Economía

Sánchez Gordillo, ¿un loco o un visionario?

En la sociedad del pensamiento único, del todos a una, pero no fuenteovejuna, sino becerro de oro, en una época en la que el individualismo ha alcanzado su máximo exponente con las sociedades cerrándose cada vez más en su esencia pura, purista, o enfermiza, que de todas las formas se puede denominar, la presencia de un personaje o personajillo, que cada cual elija el térmion, como Sánchez Gordillo supone, sin duda, un soplo de aire fresco.

No dudo de que muchos desconocían la existencia y la esencia de este político ajeno a las directrices de los intereses habituales y muy cercano a los de sus iguales, ¿los otros políticos?, no, sus conciudadanos, aquellos que lo elijen de manera habitual como su alcalde y que levantan orgullosos la hoz y el martillo, ajado por el tiempo, para combatir las ventoleras crematísticas de otros lares.

Ahora se encuentra de plena actualidad, apareciendo en todas las cadenas de televisión, en la mayoría de la prensa escrita y haciendo sus escarceos en las radios de difusión nacional, y todo por su acción, delictiva a todas luces y por la que debería de ser juzgado y condenado, pero reivindicativa de una realidad que está asolando a nuestra sociedad, la realidad de la caída de las clases medias venidas a más en el pozo sin fondo de la miseria más absoluta.

Sin ingresos regulares, con deudas acumuladas por los excesos del pasado y sin un horizonte al que aferrarse estas familias sobreviven sobre la esencia de una esperanza, un halo imperceptible que les pueda hacer sobrellevar su propia vida. Y Sánchez Gordillo ha puesto el dedo en la yaga, consiguiendo la repercusión mediática que otros no consiguen con un único objetivo, alertar de la situación que estamos viviendo.

Familias, otrora de posibles, se encuentran ahora sin nada que llevarse a la boca, por sus excesos, sin duda, pero también por culpa de los del gobierno que no ha sabido mimar como debía la red de protección social en la que todos confiábamos y que ahora resulta que tenía más agujeros de los que nos podíamos haber imaginado.

No es positivo para la sociedad que se mimeticen actuaciones como la de Sánchez Gordillo, pero como hecho aislado sirve para recordarnos los nombres y apellidos de los verdaderos olvidados de esta crisis. Es bueno comprobar como todavía hay políticos comprometidos con sus ideales, a pesar de los pesares y de las directrices del más allá.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.