Sociopolítica

El Error

Escribo esto a las dos de la madrugada de un viernes 13 de Abril de 2012, ¿por qué?  – os preguntareis muchos –  porque no logro conciliar el sueño después de darme un pequeño baño de realidad mientras escuchaba, más bien estudiaba, algunas canciones de Keny Arkana, una rapera francesa de origen argentino.

Canciones, o como uno las quiera denominar pues son verdaderos manifiestos ideológicos, que quitan el sueño al tratar temas realmente importantes, que hacen que todo lo común por lo que se preocupa uno en el día a día carezca de importancia, en fin los temas de siempre: desigualdades cada vez mayores, una humanidad que no siempre merece tal nombre, el desarrollo tecnológico frente al estancamiento moral, la “no acción” política (que puede calificarse perfectamente de complicidad) frente al abuso de la economía global de mercado o capitalismo salvaje e inhumano, la esclavitud ante un sistema legítimo en el cual el derecho al voto pierde su significado y ya son un 30% los ciudadanos que no ejercen este “derecho” si es que sirve para algo realmente, más allá de elegir quién me va a robar o quién va a mostrarme su cara de pena mientras expone que estas son las medidas que España necesita, que nos impone Europa, etcétera, mientras que él /ella no sufren las consecuencias de la “crisis”.

Y me surgen varias ideas en la cabeza… ¿Si la soberanía está en el pueblo, qué cojones (y no pienso pedir perdón por hablar mal y en plata) es esto de que las pautas de la política de un país vengan marcadas desde fuera del mismo? Algunos me podríais contestar que es España la que entró en la UE y eso tiene sus consecuencias… es uno de tantos temas complejos en los que ahora mismo no me voy a sumergir.

A lo que quiero llegar es que en Islandia por ejemplo se realizó un referéndum sobre si financiar los bancos de su país, el resultado os lo podéis imaginar. De nada sirve remover el pasado en esta materia. Lo que de verdad importa es darse cuenta de que siempre existe otra opción. Otra cosa muy distinta es que manden callar o intenten que no se hagan públicas las opciones que no gustan al sistema. Porque una deuda sea cual sea siempre se puede no pagar, tendrá consecuencias, pero como todo en esta vida. Es más hay una frase que reconozco me encanta y dice así “Si yo te debo 100 € tengo un problema, ahora si te debo 100.000.000.000.000 € (podría seguir poniendo ceros pero creo que con estos ya se capta la idea) el problema lo tienes tú.”

Otros de los interrogantes que tenía en mente eran, ¿Hasta qué punto uno es libre o está atado al sistema de una u otra forma? O ¿Qué hace falta para que las cosas cambien?

Hoy día son muchos los jóvenes, adultos, jubilados, a fin de cuentas son muchas las personas, y hablo de personas no de ciudadanos ni de individuos, que echan en falta algo de humanidad en las sociedades modernas, yo lo veo a diario cuando marcho en metro hacia la Complutense, veo gente como yo, gente trajeada que viene y va al trabajo, veo madres inmigrantes que hacen la compra y van cargadas de bolsas y a la vez llevan a su hijo (español de nacimiento, y aunque no lo fuera me da absolutamente igual, es una persona) de escasos meses en un carrito para bebés. Gente sin ninguna conexión aparente que crean flujos de personas, crean la ciudad.

Una ciudad que te come por dentro. Una ciudad que apuesta por el egoísmo y el interés. Y es que cuando ves gente empujándose sin sentido para salir del metro piensas: ¿De verdad es necesario, no puedes perder unos segundos en dejar pasar a la madre de la que hablaba antes?

Es esa deshumanización, que no sé dónde esconde su origen, lo intuyo pero no lo sé, sólo sé que no me gusta y que me parece absurdo empujar a gente que si va en metro será por algo, será porque llevarán una vida de mierda, de alguna u otra forma. No lo digo por nada en especial, está sólo dedicado a aquellos que no ven otra solución más que la de empujar sin saber por qué lo hacen… bueno, lo hacen porque quieren salir y no ven otra manera más que empujando. No sé si me he explicado bien, en cualquier caso entiendan que escribo de madrugada y con sueño.

Que siempre hay opciones, que no es lo mismo empujar que dar un toque en la espalda a alguien, que hablar. Que os lo juro por lo que más queráis que siempre se sale del vagón o de donde sea. Pero de ti depende la manera de salir.

Comparando los dos ejemplos… salir del metro o de la crisis financiera se terminará saliendo, ahora bien depende de todos decidir cómo queremos salir. Y de la manera en la que actuemos como generaciones vivas, como personas espero, y no como gente, masa que no se para a pensar ni dos segundos porque el sistema hace que no tengan tiempo, porque tienen jornadas laborales infinitas o porque estén pegados a un ordenador jugando a juegos estúpidos, consolas de todo tipo, televisión tan bien llamada caja-tonta, redes sociales o cualquier otra forma de matar el tiempo, no de hacer algo con él, no, de matarlo, dependerá el mundo del mañana.

Y el mayor error no está en empujar o en no cumplir con tus deudas, el mayor error está en creer que no hay esperanzas, alternativas, pues siempre las hay. Que basta un poco de luz para iluminar una habitación y que alejarse del odio y apostar por el amor a las personas, que no al dinero, parece una buena forma de empezar a enmendar el error. Como dijo un sabio granadino: Cree para crear, crea para creer.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.