Karma

¿Qué nos aporta el sufrimiento de un ser vivo?

Mira, unos niños que vienen a jugar conmigo,qué bien, voy a mover el rabito para que sepan que busco un sitio donde me quieran, pues estoy harto de vagabundear y, viendo a otros colegas cuidados, queridos y respetados, a mí también me gustaría ser como ellos, sólo quiero cariño, pues yo seré agradecido con ellos y les colmaré de lametones.

Mira, mira… ya vienen, hola, mira mi rabito va a toda velocidad quiero jugar con vosotros.

Parece que me quieren poner algo en el cuello, será una collarcito igual que el de mis colegas, bien, bien… voy a tener amitos, ¡uy! duele mucho, me hacen daño metiéndomelo por la cabeza, me duele mucho, les oigo reír, son felices pues me han encontrado, pero me duele mucho lo que me están poniendo, grito de dolor pero pienso que a lo mejor es un dolor pasajero y es necesario para luego ser querido por ellos, no les voy a morder, quiero ser como mis otros colegas, me duele mucho y es muy grande y duro lo que me han puesto, pero ya pasará o me lo quitarán pues ríen y ríen…

Bueno, me aguantaré con esto que oprime mi cabeza y no me deja respirar- Lo siento, pero se me escapa algún gemido que otro.

De repente me empiezan a mojar con algo que huele muy fuerte, bien bien me van a lavar como a los otros perritos, por fin tengo alguien que cuidará de mí…

Uno de los niños lleva una luz en la mano y me la tira, ¿qué pasa? Todo se ilumina a mi alrededor, mi cuerpo brilla, qué olor más desagradable, me está doliendo todo, corro y corro, y no puedo escapar de ésto, me hace mucho mucho daño, les grito pidiendo ayuda y no paran de reírse, no entiendo, el dolor es insoportable, ¡ayuda! ¡ayuda!, no se quita el dolor y cada vez es peor.

Quizás su último pensamiento fue: bueno, esto es necesario para tener unos amitos… pero no soportó el dolor. El animal no sabía si mover el rabo o huir. Y mientras, los niños reían y reían, viendo cómo se consumía quemado el perrito, con una lata en el cuello.

El que sólo buscaba agradar y ser querido y respetado, como sus colegas a los que tantas veces vió en el parque cómo jugaban y eran felices en compañía de los de nuestra especie, sólo deseaba cariño y amor, simplemente eso y mira lo que le dimos…

¿Qué nos sucede?  ¿Qué pasa con esta sociedad que igual tira a un recién nacido a la basura, que maltrata a un animal o a un semejante?  ¿Qué lección nos dejamos sin aprender?  ¿Todo esto es necesario?

En algún sitio leí:  “Educa a los niños para no tener que castigar a los adultos”, ¿dónde está esa civilización que igual inventa una vacuna que hace sufrir a los seres vivos y muchas veces hasta lo consideramos fiesta? ¿Por qué no evitamos todo esto? Si hay que sacrificar, que sea lo menos doloroso, no podemos sentirnos bien viendo sufrir a los demás seres vivos.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.