Sociopolítica

Matrimonio gay y adopción

Un tema que levanta ampollas en una sociedad de doble moral en temas que no tienen más que lo que tienen, pero en las que creamos unas polémicas que, bajo mi punto de vista, llegan a ser alarmistas habiendo hambrunas, enfermedades, drogas, etc. es el del matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción de niñ@s por su parte.

Saltan las alarmas sociales por la parte mas conservadora de nuestro país y la que no lo es tanto, pero que calla porque tampoco le gusta esto, aunque quieran ponernos el supositorio de ‘progres’. Siempre hablo por mí, y es mi opinión como librepensador que se expresa desde lo que considera es la libertad de opinión y no desde el extremismo absurdo que muchos colectivos quieren imponer.

Empezando por el tema a tratar, un apunte a nuestro Tribunal Constitucional: 7 años para tomar una decisión  ¡ya tiene narices la cosa!. No sé a qué tanto alarmismo, ya llevan muchos años como parejas de hecho, ¿qué más nos puede dar que se les considere matrimonio por lo civil? No tiene la mayor importancia, al menos creo yo. Continuamos sin aceptar a los seres humanos que eligen a los de su mismo sexo para vivir sus vidas, desarrollar sus sentimientos y amarse con la normalidad que ello debe acarrear.

A mí me da esto un ligero tufillo a que seguimos viendo en las relaciones de personas del mismo sexo sólo el plano sexual, y en lo más denigrante, bajo y chabacano que podamos pensar, cuando entre los que nos consideramos ‘heteros’,  una inmensa mayoría en el plano sexual somos de lo mas bajo y rastrero, tanto que uno a veces ni se atreve a imagina:, mentes calenturientas las nuestras, que no piensan más allá del puro sexo y que olvidan los sentimientos que éstas personas, como cualquier ser humano, puedan tener, pero con una diferencia con nosotros: que nos comprenden y son capaces de asumir lo suyo, cosa que muchos de los considerados ‘heteros’, ni por asomo llegamos a comprender, pues continuamos siendo cerriles o lo que es peor, delante de ellos ponemos una cara y detrás, el consabido ‘maricones’.

Si no es imcomprensible toda esta polvareda con el matrimonio es, simplemente, dejar vivir en paz a los seres humanos, sean de la condición que sean. Ya tenemos suficiente con condenar desde la Iglesia cualquiera de ellas como pecadores, absurdas religiones, naturalmente interpretadas por el hombre, donde solo hay cabida para el “macho”, ni siquiera la mujer, hasta hace unos años era considerada persona es mas, en muchas religiones se les sigue vejando como tales.

Me dirán que es anti-natura, estoy de acuerdo, el hombre y la mujer se crearon para la continuación de la especie; pero el amor y el cariño se inventaron para las relaciones humanas entre las personas desde el respeto entre unos y otros. El mundo avanza y no somos nadie para señalar a nadie por sus creencias y menos por sus tendencias. Lo principal es la persona y su corazón. Dejémonos ya de doble moral y veamos la realidad tal y como tiene que ser.

Adoptar, ¡por Dios!,  la figura del padre y de la madre ¿dónde queda?, ¿cómo se puede educar a un hijo sin esas figuras?, ¡manos a la cabeza!, la Iglesia santiguándose, ¡por Dios!,… Pisemos en la tierra, yo no soy pediatra ni psicólogo, sólo expreso lo que siento y pienso: ¿es qué no hemos escarmentado con la educación clásica: la madre en casa y el padre a trabajar? Ese clasicismo que dejó secuelas en algunas de nuestras generaciones en las que sus mujeres no han estudiado porque ‘no estaban para eso’.  A ver si me explico: la sociedad va avanzado, los valores han cambiado, la juventud es más escéptica con la educación clásica. Y digo yo: un niño adoptado por una pareja del mismo sexo, ¿no se criaría con unos valores mucho más abiertos y libres que otros de familia conservadora? Se le explicaría que la sociedad está llena de opciones, y que escoja la que escoja, sus padres estarán con él, que el amor lo puede todo y que amar es lo más bello que le puede pasar a una persona.  La tristeza de un hijo que nace en una familia en la que tiene que callar sus tendencias por el miedo al rechazo, como existen, por miedo a la incomprensión, que existen, y su vida truncada, casándose con alguien que no desea,  por el que dirán, que existe, con hijos que Dios sabe la educación que tendrán… No sé ¿qué es lo mejor? Puestos a elegir: ábrele las puertas a la comprensión de la vida y no le pongas obstáculos a su desarrollo.

Y no pensemos que las relaciones sólo se basan en el sexo, no seamos tan bajos, es una parte importante, pero el amor y la comprensión están por encima de todo ello, tanto ‘heteros’ como del mismo sexo.

La vida consiste en el respeto y en la comprensión, en ser prácticos y entender a los demás, los extremismos no tienen cabida porque acaban en actitudes feas y desagradables .

¿Quién les iba a decir a los judíos que por ser tales iban a acabar quemados en campos de concentración? ¿A los negros, como esclavos?  ¿A las mujeres como esclavas sexuales de los llamados ‘heteros’?…  y mil despropósitos más.

Vivamos en paz, que por lo menos a mí no me hacen daño y creo que, a la mayoría tampoco.

Me creo con todo el derecho del mundo a expresar mi opinión sobre ésto, pues el hijo de mi segunda mujer (mi hijastro) al cual quiero como a un hijo,  es gay y sigue siendo mi hijo  y le queremos con locura, que  nadie la haga daño, porque para eso tiene a sus padres y la comprensión total de ellos.

Y todo lo demás, son tonterías.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.