Sociopolítica

Código de Buenas Prácticas del PP

Corría el año 2009 y en la sede central del PP, en calle Génova, algunos ilustres del partido conservador daban los últimos retoques a un documento que saldría a la luz bajo la divisa de “Código de Buenas Prácticas del PP” con el que se intentaba trasladar a la ciudadanía la idea de que la organización de la gaviota era una entidad que apostaba, decididamente, por la buena praxis, por la integridad, la honradez y la transparencia. Un año antes, Mariano Rajoy había decidido asignar para el puesto de Tesorero a Luis Bárcenas, vinculado de por vida al corazón económico del PP, que pasaba de gerente del partido a ser el jefe de las finanzas.

Ladrones de curso legal...

Ladrones de curso legal… Foto: anieto2k

En el despacho de al lado, Luis Bárcenas, “L.B.” o “Luis, El Cabrón”, tal y como aparece retratado en la contabilidad B de Francisco Correa (el cabecilla de la trama Gürtel), se dedicaba, según informa el diario El Mundo, a repartir, presuntamente, sobres con dinero B de entre 5.000 a 15.000 euros mensuales, a la cúpula del partido y a otros altos cargos.

Los del “Código de Buenas Prácticas del PP” seguían con su ardua tarea, mientras Francisco Camps (ex presidente de la Generalitat Valenciana) viajaba a Madrid a recoger los trajes que le había preparado su compi, Álvaro Pérez, alias “El Bigotes”, a quien felicitaba las fiestas navideñas de esta guisa: “¡¡Feliz Navidad, amiguito del alma!!”, según recogen las grabaciones de la policía. Ese mismo año la UDEF le pilla a Correa otra grabación en la que este comenta que “Yo a Bárcenas le he llevado, en un día… vamos a sumar, 1.000 millones de pesetas. Yo, Paco Correa, le he llevado a Génova (sede del PP) y a su casa”. Claro que de todo esto Mariano Rajoy ni papa, y Bárcenas a lo suyo: billetes de 500 eurakos, mucho Don Perignon, caviar de beluga y trajes de Armani y Brioni, mientras ensobraba los sobresueldos al grito de “Vega Sicilia para todos”, presuntamente.

Llegarían los años de vino y rosa, las primeras victorias electorales en autonomías clave, el triunfo municipal y, por fin, la conquista del Ejecutivo. Y a uno de esos lumbreras de los del  “Código de Buenas Prácticas del PP” se le ocurrió que había que justificar la debacle económica, había que encontrar la piedra filosofal que justificara los dispendios y el despilfarro. Había llegado el momento de desempolvar la idea de hacer creer a la ciudadanía que los españoles habían vivido por encima de sus posibilidades y que eso respaldaría el recorte en sanidad, en educación, la pérdida de derechos laborales, la desaparición de inversiones culturales, la subida de impuestos, los desahucios, el rescate de la banca, y todo el paquete de medidas antisociales con las que nos han venido a joder la vida.

Y ese mensaje, repetido día tras día, desde la totalidad de los medios de comunicación, por todos los contertulios de este país, ha ido calando poco a poco, hasta hacernos creer que era verdad, que usted y que yo hemos vivido como dilapidadores del dinero público, que hemos derrochado como cosacos y que por nuestra mala cabeza ahora el país está como está.

Claro que este mensaje tiene muy mal encaje con la cruda realidad de un Tesorero del PP que ha sido capaz de almacenar (que se sepa) más de 20 millones de euros de dinero B en paraísos fiscales, mientras uno se lo imagina cantando lo de la “falsa moneda” a la vez que prepara la batería de pagos B a sus colegas de Génova, presuntamente. Esta cantinela de que usted y yo somos los culpables del expolio del país casa muy poco con el hecho incontestable de que Cospedal ha ganado en 2011 más de 200.000 euros, amén de haber tenido a su marido colocado como consejero de Red Eléctrica de España y otras compañías, o con que Ignacio González (presidente de la Comunidad de Madrid) se haya comprado por 770.000 euros un ático en Guadalmina en Marbella, o con que Cristóbal Montoro (ministro de Hacienda) se embolse cada mes 1.823,86 euros del Congreso en dietas por alojamiento y manutención, teniendo como tiene tres pisos en Madrid, o con que Rodrigo Rato después de haber capitaneado el hundimiento de Bankia haya sido premiado con el cargo de consejero de Telefónica con un sueldo cercano a 200.000 euros.

Yo no sé usted, pero yo lo único que he hecho en los últimos treinta y cinco años ha sido trabajar como un cabrón, para poder, a lo más, tener un utilitario y una casa que estoy pagando con una hipoteca que me tiene exhausto. Ellos, los Bárcenas, Camps, Ignacio González, Rato CIA, sí que parece ser que son los que verdaderamente han vivido muy por encima de sus posibilidades. Por lo tanto: déjennos en paz, dejen de confundirnos de una puñetera vez y métanse su “Código de Buenas Prácticas” por donde les quepa.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.