Hace unos días, el político mejor considerado por los españoles, decía en TV: “De los políticos hay que saberlo todo”. Sabias palabras en los momentos de escepticismo político que está viviendo nuestro país.
Los españoles y las españolas estamos cansados del “Yo no sé nada” , “Tú más que yo”, y otras banalidades que durante años han servido para justificar la degradación política que nos ha traído hasta la situación actual.
No existe un asumir la culpabilidad sobre actuaciones que nos han llevado a tener que recortar nuestros derechos civiles esenciales, porque el dinero de los contribuyentes se malgastaba en obras faraónicas y sobre todo en los sobrecostos que, supuestamente se embolsaban algunos corruptos sin preocuparse de la ciudadanía.
La Justicia, al igual que la Educación, debe salir del control político para pasar a manos profesionales. La Justicia y la Educación deben ser totalmente independientes para ser justas. Los Gobernantes sólo deben procúrarles los medios necesarios para su funcionamiento.
No se puede consentir que cuestiones como malversaciones de fondos públicos puedan tener tan largos periodos de instrucción que puedan llevarlas a una posible prescripción del delito.
Los españoles necesitamos poder creer en la Justicia, y en la Política, y para ello necesitamos poder elegir a nuestros representantes uno a uno.
