Economía

Luis Bárcenas, el PP y un chantaje de manual

El chantaje de Luis Bárcenas

El chantaje de Luis Bárcenas

Algo calla el que otorga, u otorga el que calla, tanto monta monta tanto, porque callando se otorga y se otorga al callar, el PP calla y otorga y Bárcenas otorga callando, sabe lo que se calla, cuando lo calla y porqué lo calla mientras todos bailamos a su alrededor tratando de pillarle en un renuncio y conseguir probar lo que se intuye y decantar la balanza a nuestro favor.

Favor que nos haría si hablara antes de negociar, diáfana alegoría de un chantaje por venir, filtro y niego la mayor creando zozobra y temor sobre lo que sé, o quiero que crean que sé, porque puede que sepa, o no, aunque si todos tiemblan es que el viento sopla. Chantaje de manual, con vocación de indulto, praxis habitual en la política española, agua de borrajas que todo lo empantana y que acaba por humillar nuestras creencias, ajenas a la realidad, más amigas de idilios perplejos por doquier.

Doquier se encuentren los papeles, si los hubiera, prueba irrefutable de un engaño tremebundo y falaz, una caída a los infiernos sin aspavientos ni opción de redención, los dirigentes del PP son culpables, por acción u omisión, por encubrimiento, por ocultamiento, por mirar hacia otro lado, por no apostar al blanco y quedarse con el negro, rojo carmesí en realidad, desde Rajoy hasta el último miembro de su Ejecutiva, todos conocían las fechorías de Bárcenas y las permitieron, aunque no se beneficiaran de los sobres, que seguro que alguno no lo hizo.

Hizo y deshizo a su antojo, y nadie dijo nada, no por responsabilidad individual, sino como consecuencia de un sistema político endogámico en el que sólo importa caer en gracia, satisfacer las añoranzas mesiánicas de los que mandan, poco o nada importan los ciudadanos que votan, pobres ignorantes que se embelesan con el cuento de nunca acabar, sólo importa no enfadar a los de arriba, mirándose el ombligo sin nada que rascar.

Y rascar todo es empezar, el final del principio, el principio del final, Bárcenas de rositas, el PP en el gobierno y los españoles atónitos, futuro demoledor que nos espera, y mira que me gustaría equivocarme, apostar por dimisiones en bloque y prisiones incondicionales, pero peino demasiadas canas como para creer en los imposibles y acabo aferrándome a la maldición de la realidad, esa que todo lo puede y se lleva todo consigo.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.