Sociopolítica

Dinámicas del poder que afectan al periodismo

Hace dos años nació en Guatemala una revista electrónica, dirigida por jóvenes periodistas, con el objetivo de hacer reportajes basados, no en la mera reacción a los hechos noticiosos sino tomando la iniciativa para destapar aquello que generalmente permanece oculto porque afecta a los poderosos de siempre.

Ese periodismo valiente y necesario, que aún es tan difícil de ejercer en una sociedad que tiene muchos resabios de autoritarismo, especialmente en sus élites políticas y económicas. Lo novedoso del nuevo medio ha sido su plataforma electrónica y su modelo de financiamiento, independiente de la pauta publicitaria, pero basado en donaciones personales y el apoyo de una Universidad católica dirigida por los jesuitas.

Yo fui invitado por el Director de Plaza Pública a participar desde sus inicios como columnista de opinión, iniciativa a la que me (había sumado) con entusiasmo y con la esperanza de ver el proyecto consolidado como un espacio de diálogo plural y abierto, sin cortapisas de ningún tipo. Pero el medio nació con un “pecado original” que ahora se ha hecho explícito para los que deseen escribir en sus bitácoras. Plaza Pública ha comunicado que pretende hacer “análisis de las dinámicas de poder que afectan al interés público y que atentan contra la dignidad de las personas”, pero que las “fronteras editoriales” establecidas por sus patrocinadores consisten en no criticar a la Universidad Rafael Landívar, a la Compañía de Jesús ni al Vaticano. Lo cual me parece una grave contradicción, pues estos últimos tres actores mencionados sí que participan de esas dinámicas del poder y de sus consecuencias, intencionadas o no.

Hay abundantes ejemplos de cómo las Iglesias y las congregaciones religiosas se insertan en las dinámicas del poder, y la abdicación del Obispo de Roma ha dado la pauta para que eso se ventile en los medios de comunicación a nivel global. Por eso me parece que la decisión del Director del medio de no publicar un artículo sobre cómo la era de la información y las tecnologías de la comunicación ponen en aprietos a los credos religiosos, generalmente basados en dogmas que sólo sobreviven gracias a la desinformación, ha sido un grave error y una falta de respeto hacia sus lectores, quienes son suficientemente inteligentes para distinguir el trigo de la paja.

Peor aún, la decisión de suprimir permanentemente el Blog donde dos brillantes jóvenes, un filósofo y una bióloga, nos invitaban a pensar de manera crítica sobre temas importantes para la construcción de una sociedad pluralista, abierta y tolerante, cosmopolita y basada en el conocimiento y no en la ignorancia, no sólo es incomprensible sino que resulta una afrenta para un gran número de columnistas invitados. El mensaje es claro: la libertad de expresión tiene límites que se establecen de manera unilateral por parte del patrocinador, “Tómelo o déjelo”.

Admitimos la lógica de no morder la mano de quien nos da de comer. Por eso mismo, un medio de comunicación social que desee hacer un verdadero periodismo de profundidad, investigando y fiscalizando a todos los poderosos, debe luchar primero por establecer independencia financiera, diversificando sus fuentes de recursos para no depender de dos o tres, como en el caso de Plaza Pública. Peor aún si una de esas fuentes posee poder de veto sobre lo que se escribe pero también  sobre lo que se deja de escribir, por medio de la amenaza creíble de despedir al Director del medio si éste no le obedece.

Entonces, para que Plaza Pública sea fiel a su misión de luchar por la equidad, la interculturalidad y el medio ambiente, y en contra de la impunidad, la corrupción, la discriminación y la fragmentación social en Guatemala, debe buscar patrocinadores que no le condicionen la línea editorial desde su nacimiento. En ese sentido, se debe aprovechar el intercambio con otros medios similares en la región para buscar una estrategia de transición hacia la total independencia.

Yo, mientras tanto, regreso a escribir al Centro de Colaboraciones Solidarias que también desde sus inicios me abrió sus puertas para compartir mis ideas con el mundo de habla hispana. ¡Muchas gracias de nuevo por su apertura!
Carlos Mendoza

Economista guatemalteco

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.