Sociopolítica

¿Conocemos la vergüenza?

perrito

Este fin de semana pasado, desde el jueves hasta el domingo,  tuve que estar en mi pueblo.

Amigos, han sido unos días de reflexión y que me han llevado a un conflicto interno.

Bueno, personas revolviendo en la basura ya es, más que menos, algo normal por desgracia.

Hablando con Cáritas y Cruz Roja, la situación esta muy complicada. Me dicen que si viese los expedientes que tienen sobre familias y personas me asombraría. Es penoso, pero lo que ya me apretujó el corazón es que se va a abrir un comedor, colaborando Cruz Roja, Cáritas y el Ayuntamiento, poniendo a la cocinera y el comedor del colegio, que ya no se utiliza y que tiene cabida para 80 plazas, para dar de comer a niños desnutridos.

Se me partió el alma cuando me contaron eso. Sentí que mi labor con la droga pasa a un lugar secundario, existiendo estas necesidades más acuciantes.

Me sentí hasta en cierta forma como ridículo, una sensación extraña. Ahora mismo hay cosas que están muy por delante de mi labor, que por supuesto continuaré en ella, pero si tengo que abandonarla un tiempo por echar una mano a los más necesitados, los que me conocéis sabéis cual sería mi prioridad.

No me gusta lo que veo. El remate fue en el psiquiatra, en mi revisión rutinaria.  Cuando llegué había un chaval con sus padres, no voy a explicar cómo estaba y lo que hacía, pero me hizo sentir estúpido, replantearme si mi enfermedad es tan importante.

Para cada uno lo suyo es importante, pero a mi se me metió eso en la cabeza, lo hablé con mi médico y comentó que era lógico. No voy a comentar más. Soy demasiado observador… pero de verdad le damos demasiada importancia a muchas cosas en la vida, cosas materiales, intrascendentes, habiendo como hay verdaderos problemas y enfermedades muy duras, (hambre, ahora la vemos aquí, pero hay partes del mundo que es el día a día) y nosotros nos enfadamos porque no nos funciona el móvil, porque no se ve la tele, porque queremos droga, nos gusta que nos vean con el mejor coche, el perfume de moda, hasta los calzoncillos de marca, dejamos comida porque no nos gusta y un etc. larguísimo. Nos insultamos, nos faltamos el respeto, que si roban los que gobiernan, que si tu más, que si yo menos, que te denuncio, que te tengo envidia…

Me pregunto: ¿estoy soñando o qué realidad es esta? Y, lo peor de todo, es que yo fui uno de ellos.

¿CONOCEMOS LA VERGÜENZA?

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.