Karma

Elefantes blancos

Un aprendiz de novicio vivía aprisionado por los límites de la razón y de la lógica. Para todo exigía una respuesta conceptual que cupiera en su mente.

Elefantes blancos

Elefantes blancos. Lake Palace, India. Foto: rahuldlucca

Un día preguntó al Maestro:

– Señor, ¿quién sostiene el mundo?

– Ocho elefantes blancos, – le respondió -.

– ¿Y quién sostiene a esos ocho elefantes blancos? – insistió el mozalbete.

– Pues, otros ocho elefantes blancos, – repuso el Maestro -.

Esto me recuerda una anécdota que le sucedió a San Agustín cuando era joven y que cuenta en sus Confesiones:

Paseaba un día por la playa tratando de entender el misterio de la Trinidad, el origen del mundo, la inmortalidad del alma, el problema del mal, y otra serie de misterios. Vio a un niño que jugaba en la orilla y que entraba y salía en el mar con su cubo trayendo agua que vertía en un hoyo que había hecho en la arena.

– ¿Qué haces?, – le preguntó.

– Estoy trasegando el agua del océano.

– ¡Pero si no va a caber en ese agujero!, – exclamó riendo el futuro obispo de Hipona.

– Pues eso, – le respondió el chaval.

Un venerable Maestro Zen comentaba sonriendo a sus inquietos discípulos que buscaban un atajo para alcanzar la plenitud, la libertad interior y comprender el samadhi y el nirvana.

– ¿Cómo os voy a explicar el sabor de una taza de té?

Y el Maestro Zen seguía trabajando en su jardín con una amplia y cómplice sonrisa.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.