Sociopolítica

Argentina: Giros y Piruetas

papa y cristina

La elección del cardenal Bergoglio, como nuevo jefe  del Estado Vaticano, ha producido conmoción; especialmente, en las piezas del tablero político nacional. La sorpresa con recelo en el oficialismo y aliados, ante el hecho de la noticia, trasmutó en una parte mayoritaria de ellos bruscamente – con la Presidenta Cristina F de Kirchner, a la cabeza-, en tímidos elogios y en fuerte “esperanza” sobre  un cambio en las deterioradas relaciones Gobierno-Iglesia.

Los organismos de derechos humanos –en particular Madres y Abuelas de Plaza de Mayo-,  intelectuales y periodistas afines, han respaldado en todo estos años las políticas de DDHH que el gobierno vino implementando. El apoyo  recibido, por parte de estos organismos hacia el   gobierno Kirchnerista sobre estos temas, fue un acicate en el frío comportamiento del mismo ante las autoridades eclesiásticas.

La resistencia  de los clérigos hacia algunas políticas oficiales, especialmente sobre  temas nucleares y urticantes que la Iglesia considera irrenunciables, ha sido la  piedra angular en esta gélida relación que se ha ido construyendo.

Sin embargo, algunas voces de intelectuales afines al Kirchnerismo, comenzando a cuestionar el cambio en la postura gubernamental, fueron diluyéndose bajo la sombrilla de la Presidenta. Con paños fríos, el gobierno fue calmandolos bajo el elixir de la “esperanza” en Francisco: quien ha descubierto en el nuevo Papa, a un hombre “humilde y conciliador”, con el plus de ser Argentino…

Con usted, señor lector, los protagonistas.

Las voces oficiales emergentes

Desde las primeras horas de haber sido electo el arzobispo Bergoglio, las calles de la Capital fueron sembradas de afiches, supuestamente impulsadas por el ministro de Comercio, Guillermo Moreno, en donde se leía con letras destacadas: “El primer Papa Peronista”. También en esas primeras horas, el Vice-Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Gabriel Marioto, conjuntamente con el senador nacional, Aníbal Fernandez, fueron los únicos del ejido gubernamental quienes dieron apoyo al electo ex arzobispo, para dirigir los destinos del Vaticano.

Juan A. Medina, jefe de gabinete, salió al cruce sobre aquellos que le endilgaban al gobierno un cambio de actitud frente al electo Bergoglio, como Papa. Fustigó y negó tal cambio de postura política, preguntándose: “¿Cómo lo de Francisco puede ser algo malo?”. Relativizando algunas opiniones sobre la interna de algunos oficialistas, castigó a aquellos que “inventan que estamos enojados y después, como no lo estamos, dicen que cambiamos”.

Por su parte, el Canciller Argentino Héctor Timerman, sostuvo en un medio radial, que “nunca cambiamos de posición”. A renglón seguido justificó la política del gobierno porque “nos parecía que había que participar de algo que es un gran orgullo para los argentinos y una gran emoción para los que somos creyentes”.

“Muchos quieren encapsular la posición entre buenos y malos. No es el eje de la discusión. El eje es que hay un papa latinoamericano, argentino, que por primera vez en la historia del cristianismo vamos a ver a alguien de América Latina sentado en el sillón de San Pedro”, explicó el Canciller.

La cuerda que sostiene los principios y la coherencia, ha comenzado a aflojar…

El diputado nacional, Carlos Kunkel, de extracción “peronista de izquierda”, a las antípodas en el pensamiento del ex cardenal, en un acto en la localidad bonaerense de San Fernando, exclamó: “(…) Un peronista, al que nunca le negamos la condición de tal, aunque tuvimos diferencias con él respecto de la aplicación concreta de algunas medidas, ha llegado a Papa”. En declaraciones a la revista La Tecla, el diputado expresó: “Cómo será de grande el peronismo, que un discípulo de Perón, un militante del peronismo en su juventud, es Papa”. El diputado, Kunkel, fue quien en el día de la elección de Bergoglio como Pontífice y, a pedido de los diputados opositores de frenar la sesión que se realizaba en la cámara baja en ese momento, reaccionó  a los gritos e insultos…

El dirigente “piquetero” Luis D’Elía, vía Twitter, fue unos de los primeros en atacar al prelado electo. Lo comparó con el fallecido Juan Pablo II, denunciándolo como agente “imperialista para destruir la unión sudamericana”, además de ligarlo con la dictadura. A los pocos días, desapareció toda crítica por parte del dirigente hacia el actual Papa Francisco.

Hebe de Bonafini (referente histórica de Madres de Plaza de Mayor) por su parte, envió una carta en donde se excusa sobre  su cuestionamiento hacia la persona de Bergoglio, “reconociendo” su ignorancia en la “entrega y trabajo en las villas” realizado por el entonces cardenal. También admitió sentirse con “esperanzas de un cambio en el Vaticano”, y le agradeció “por leer la carta de una Madre a la que le arrancaron toda la familia y que, junto a su hija y a muchas Madres de Plaza de Mayo, sigue luchando desde hace 36 años por una Patria libre, justa y soberana”. Despidiéndose  en lenguaje metafórico, concluyó: “Gracias, Don Francisco, y cuando se encuentre con el Papa en el Vaticano, cuéntele de mi pedido, que es el de millones de Madres”.

La Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, ha sido más cauta. Pidiéndole un “gesto” al sumo pontífice, que logre reconciliar lo actuado por la Iglesia argentina en épocas de la dictadura militar. Dijo que, “Bergoglio, nunca habló de nuestros desaparecidos ni de los nietos que estamos buscando”. Agregó: “siempre tuvimos ganas de hablar con él. Esperábamos que nos convocara como máximo exponente de nuestra Iglesia en Argentina. Pero nunca nos llamó, y lo digo con dolor, y para que se revierta, no para condenar”. Deseó la titular de Abuelas que “cuando el Papa venga a la Argentina o antes, podamos conversar y darnos la mano que nunca nos dimos”.

La titular de Madres de Plaza de Mayo Linea Fundadora, Nora Cortiñas, fue más contundente sobre el rol del ex Arzobispo Bergoglio, afirmando que el mismo prelado “ocultó y dejó de decir cosas que su investidura lo obligaba a decir. No sé si lo hizo por miedo o miró para otro lado”.

Otro incondicional aliado del Gobierno y miembro del CELS (Centros de Estudios Legales y Sociales), Horacio Verbisky, en su columna habitual de los domingos del diario Página 12, lejos de tomar una postura conciliatoria hacia (Jorge) Bergoglio- (ahora Papa) Francisco, reavivó  la causa  de los curas jesuitas: Orlando Yorio y Francisco Jalics, detenidos y torturados en la Escuela Mecánica de la Armada el 24 de Mayo de 1976; luego, liberados en noviembre del mismo año. Ambos sacerdotes habían incriminado directamente por su secuestro, al cardenal Bergoglio, como parte integrante de la cúpula eclesiástica y, haber hecho oídos sordos (o “entregas”) a manos de los sicarios de la ESMA  muchos catequistas de su congregación  Provincial Jesuita, de entonces.

En la columna dominical del 17 de marzo pasado, Verbisky, vinculó al ex arzobispo con el Jefe de la marina, Eduardo E. Massera, a través de su militancia en “Guardia de Hierro” (grupo al que perteneció Bergoglio en su juventud, asociada a la derecha peronista) y, del que luego “el Brigadier Massera le asignaría un interventor a partir del golpe”. El propósito del jefe de la marina de entonces, era “sumarlo a su campaña por la herencia del peronismo”. También los vinculó a ambos, en el año 1977 donde “la Universidad jesuítica del Salvador recibió como Profesor Honorario a Massera, quien objetó a Marx, Freud y Einstein, por cuestionar el carácter inviolable de la propiedad privada, agredir el ‘espacio sagrado del fuero íntimo’, y poner en crisis la condición ‘estática e inerte de la materia’”.

También y en esa misma columna explicó que, en Bergoglio, se reunían “dos rasgos que no siempre van juntos: es un conservador extremo en materias dogmáticas y posee una manifiesta inquietud social”. Más adelante, en la nota, define el doble juego que siempre (según sus expresiones), estuvo presente: uno en privado y otro en público: “Ambiguo”, sentenció ya, en su columna del 24 de marzo pasado.

El Premio Nobel de la Paz (1980) y fundador del SERPAJ, Adolfo P. Esquivel, quien tuviera palabras lapidarias hacia el entonces cardenal argentino, luego de su visita al ahora sumo pontífice y en contrapunto con el periodista de página 12, declaró: “El Papa no tuvo nada que ver con la dictadura, no fue cómplice de la dictadura, no fue de los obispos que estuvieron más en la avanzada por la defensa de los derechos humanos, aunque prestigió más una diplomacia silenciosa, de pedir por los desaparecidos y los presos”. Ante la pregunta sobre la posición del periodista de página 12, añadió: “Creo que Verbitsky comete muchos errores con acusaciones de ese tipo”.

En semanas pasadas tuvieron un encuentro, los intelectuales oficialistas de Carta Abierta. Horacio González, referente de esta agrupación y Director de la Biblioteca Nacional, había lanzado duras críticas contra el nuevo papa. Ironizó primeramente,  sobre la relación que desarrollarían los dirigentes oficiales y los opositores con el nuevo Pontífice diciendo: “En el Vaticano va a estar ahora (Elisa) Carrió, (Francisco) De Narváez, (Fernando) Pino Solanas, (Mauricio) Macri, (Gabriel) Mariotto”. “Los genocidas, a lo mejor los más entusiastas irán con bandera del Vaticano y los va a bendecir a todos. ¿Puede ser bueno para Argentina conmemorar eso como si fuera un campeonato de futbol?”, se preguntó. Según interpretó H. González sobre la designación de Bergoglio,  como “un retroceso político trascendente, inútil, criticable y riesgosísimo“. Señaló entonces que “se termina un ciclo histórico político en Argentina y América Latina” donde se impuso “la derecha del capitalismo” para “controlar a las masas populares”.

Sostuvo el sociólogo kirchnerista, anticipando como tesis que, “con el nombramiento de Bergoglio se termina una larga discusión en Argentina, y me apresuro a decir que se termina hacia el lado de las derechas constitutivas de la estructura mundial del capitalismo y del retroceso de la vida popular en los pueblos de Latinoamérica”.

Días después, el mismo Director de la Biblioteca Nacional morigeró sus apreciaciones.

Interpretaciones: ¿Quo Vadis?

El filósofo, Juan Pablo Feinmann, sostuvo que “hay una lucha alrededor de Bergoglio, de posesionarse de él”. Aseguró que la presidenta “baja la línea” sobre la postura hacia el nuevo Papa: “Va, se encuentra, La Cámpora(1) hace misas, ella marca una línea de que ‘este papa tiene que ser nuestro, el que se lo gane, tiene que ser nuestro'”.

Según el filósofo: “Debe haber una lucha por captarlo. Ella (Cristina de Kirchner) se ha distinguido sobre los otros. Está actuando como funcionaria, no como militante, pero como una funcionaria militante que se da cuenta de que este tipo puede ser otro tipo. Y el tema de las grandes películas es el cambio de los personajes. Puede ser que no tenga que ver con Bergoglio, sino con Francisco. Está diciendo ‘No jodan más con Bergoglio. Ahora es Francisco’. Ya lo está haciendo con esos carteles”. Al respecto, sobre aquellos  afiches aparecidos con la imagen del Prelado cuya leyenda dice, “Católico y Peronista”, Feinmann, luego de repudiarlos agregó: “Esta es una definición de la derecha peronista. Acá se está jugando la apropiación. Apenas Cristina da el discurso, dice que eligió su nombre por San Francisco de Asís, un pastor de los pobres. Hay una lucha que se da a través del peronismo. Los que están enfrentados a Cristina, no sé si saben que forman parte de la derecha peronista, que es la única que va a poder dar un reemplazo a este gobierno. Que Bergoglio  juegue de ese lado… el lado que se lo apropie va a lograr mucho poder, acá y en América latina”, sentenció.

En la contratapa de un matutino, Mempo Giardinelli, caracteriza a la jerarquía eclesiástica Argentina y Latinoamericana del siguiente modo:  “conservadora, y en eso no hay fisuras. De hecho, cuando se las permiten, no es por tolerantes sino por pragmáticos. Son inflexibles en la condena a quienes cuestionan dogmas y en la satanización de los homosexuales; en la sub-valoración de la mujer, la tolerancia a las desigualdades y la inclinación a ciertas inquisiciones”.

El escritor en su  pensamiento deriva que, “por eso seguirán en contra del matrimonio igualitario, la anticoncepción de emergencia y el aborto seguro y no punible, mientras seguramente curas deplorables como Von Wernich y Grassi continuarán siendo protegidos. De igual modo es previsible que el nuevo alineamiento papal contra la pobreza consistirá en acciones piadosas frente a las consecuencias, pero no en luchar contra las causas y sus responsables. Y nada indica que el Vaticano se abrirá a otros grandes temas pendientes, como el celibato”.

El politólogo, Atilio Borón, realizó una extensa nota en un periódico capitalino llamada: “De Bergoglio a Francisco”. En la misma, luego de analizar el derrotero del prelado y la institución eclesiástica a lo largo de estos años en Argentina;  su relación con la dictadura y la función vaticana aliada a los intereses del “gran capital”, imprime el verdadero sentir en la “prueba  obscena en explosión de júbilo de los genocidas en los juzgados cuando se conoció la designación de Bergoglio como pontífice, o la desbordante alegría de las más diversas expresiones y variados representantes de la derecha argentina, o la fenomenal campaña apologética de los diarios de la burguesía y del imperio(…)”.

Más adelante, en su escrito, agrega una pregunta  intrigante: “¿cómo creer que Francisco va a imitar al santo de Asís, cuya renuncia a la riqueza y los bienes materiales fue total y absoluta?”. En este cuestionamiento sustenta que será difícil, bajo acompañamiento de estos ricos, su “opción por los pobres”. Asegura, Borón,  que se cuidará (Francisco) “en decirles a los mismos quien es el que lo condena en este valle de lágrimas, padecimientos e infortunios”.

Lejos está, declara el politólogo, en el actual pontífice algún “alentamiento a una rebelión anticapitalista de los pobres, dado que su suerte está hechada”.

Sobre su comparación con Juan Pablo II, Atilio Borón desmenuza las diferencias de contextos históricos, que hizo que Wojtila, fuese “el ariete imperial” que se necesitaba para “derribar regímenes en estado avanzado de descomposición, moral y político”, como entonces era la URSS y países del este.

Según este mismo autor, “las condiciones políticas no son las mismas, sumadas a los escándalos de crisis financiera, delitos económicos del Banco Vaticano, alianzas con intereses mafioso, pedofilia y sus juicios, el celibato sacerdotal, la incorporación de la mujer al sacerdocio. Los aliados Imperialistas –como reconocen sus propios intelectuales orgánicos-, no poseen la misma gravitación de entonces”. Es por ello, que en caso de querer utilizar la misma táctica, aplicada por su antecesor (Juan Pablo II), en Latinoamérica, la respuesta “sería muy diferente”, que hace 30 años.

Remata el politólogo Borón, diciendo que “tal vez por eso Leonardo Boff confía en que, pese a sus antecedentes, Francisco se abstendrá de seguir el curso que la derecha y el imperialismo le instan a seguir y elegirá, en cambio, el camino de la reforma. En pocos años la historia ofrecerá su veredicto”.

En tanto, nuestros vernáculos dirigentes  han quedado pedaleando en el vacío ante un acontecimiento inesperado. ¿Será que  han perdido la brújula y la vergüenza a  los principios?

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(1). Agrupación creada por el ultra-kirchnerismo, con  apoyo directo del Gobierno. Los jóvenes dirigentes de esta “tendencia”, ocupan actualmente cargos en altos organismos oficiales. Algunos dirigentes opositores denuncian a los militantes de este grupo como “arribistas” (oportunistas).

Fuentes:

Diario Página12

Diario El Cronista Comercial

Diario Perfil

http://tn.com.ar/programas/palabras-palabraswww.urgente24.com

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.