Sociopolítica

Rajoy, ausencia de liderazgo e incapacidad

Resulta incomprensible que tras haber votado en dos legislaturas a José Luis Rodriguez Zapatero (PSOE), considerado como el peor presidente de la historia de la democracia, no hayamos escarmentado, para a continuación otorgar una soberbia mayoría absoluta a Mariano Rajoy Brey (PP), a quien le cabe el gran honor, entre otros méritos, de haber alcanzado el récord de desempleo en nuestro país con 6.200.000 parados (27%), tras 17 meses de gobierno. Ni queriendo lo podríamos haber hecho peor. Analizando ambos casos por separado nos encontramos con lo siguiente.

rajoy y zapateroEl tartamudeo de Rubalcaba en sus apariciones públicas, plagado de vacuos y demagógicos argumentos, está arrastrando al PSOE al mayor de los desastres desde la Transición. Su continuidad como Secretario General, ha suscitado el mayor de los rechazos dentro de su propia formación, provocando tal desafección que ya son muchos los que comienzan a cuestionarse si podrán continuar como primera fuerza de la oposición. El famoso bluf sobre la gran inteligencia de Rubalcaba ha devenido en aversión hacia este retorcido político, cuyo fracaso ya fue vaticinado por sus propios colegas en el Congreso anterior.

Es doloroso recibir el castigo de los ciudadanos en sucesivas elecciones, pero que ese repudio alcance el 62% de los votantes de tu propio partido por considerarte “culpable” de lo que está ocurriendo, y que solo un 7,2% te admita como Secretario General del mismo, incluso por debajo de Carmen Chacón (20,2%), Eduardo Madina (13,3%) y Patxi López (10,6%), es para presentar al dimisión irrevocable, retirarse de toda actividad pública y emigrar a su Cantabria natal.

La postura de las bases solicitando se anticipe la celebración de elecciones primarias, es de una lógica aplastante e igualmente incomprensible la negativa de la Dirección socialista a la celebración de las mismas. Hasta el mismísimo Ramón Jáuregui se manifestó rotundo al valorar la peligrosa coyuntura por la que está pasando el partido con su lapidaria frase de: “O cambiamos o nos echan”. Conviene recordar que fueron ellos mismos quienes se encargaron de darle la merecida patada al desdichado Zapatero, como igualmente se equivocaron optando por Perez Rubalcaba, como indiscutible candidato a la Moncloa.

Cierto es que tampoco se pueden alegar grandes aciertos y alabanzas sobre la gestión del presidente del Gobierno. Si en efecto Rubalcaba no cosechó grandes afectos, tampoco el Jefe del Ejecutivo puede presumir de adhesiones inquebrantables, cuando los españoles califican su forma de gobernar como mala o muy mala en un alto porcentaje.

Rajoy seguirá intentando capear el temporal a base de promesas y buenismos, que ya resultan cargantes para la ciudadanía en general y descaradamente insufribles para los millones parados. No tiene nada nuevo que aportar en función de su total ausencia de liderazgo e incapacidad para improvisar soluciones como han articulado en otros países de la UE. Continuaremos recibiendo grandes dosis de lamentos y salmodias hasta el 2015, año electoral, en que romperá la hucha, ofreciendo lo que pueda y más, para tratar de ganar las próximas elecciones generales a cualquier precio, para no tener que padecer la vergüenza de pasar a la historia como el presidente que no logró gobernar dos legislaturas; algo que consiguió hasta el e inane Rodríguez Zapatero.

Los españoles, y así lo manifiestan en las continuas consultas, saben cómo valorar y qué es lo que realmente ocupa y preocupa a los políticos.

Rajoy, muy ufano, asegura que mantendrá a todo su maravilloso Gabinete, cuando lo que habría que preguntar, algo que no hace, es si los ciudadanos están dispuestos a compartir su opinión y continuar aguantando, por ejemplo, al pomposo Pons, Ana Mato, Wert, Y a algún otro mente preclara del partido como al limitado Floriano, etc.

Somos conscientes que para Rajoy tienen que resultarle lacerantes todas las duras críticas que está recibiendo, y no precisamente por los insultos con que le regalan los extremistas de turno, sino por tener que reconocer su manifiesta y desastrosa incapacidad. Por lo general, una gran parte de la sociedad reconoce su gran prestigio como ministro, pero nadie en su sano juicio le adjudicaría tal calificativo juzgando su labor como presidente del Gobierno.

La opinión actualmente está dividida, aunque son más los que dudan que pueda repetir otra legislatura, pero aún el caso afirmativo, la miseria padecida por millones de familias con todos sus miembros en el paro durante cuatro años jamás se lo perdonarán. La sola idea tener que soportarle otros cuatro años más en el poder, resultaría pavoroso y hacerlo peor francamente difícil.

Es importante conocer lo que dicen u opinan de uno, pero en ocasiones, aún lo es más quién lo dice y en qué momento.

Con independencia de lo que ocurra en el 2015, es prácticamente imposible que el presidente olvide en la vida la frase que apareció en el diario El Mundo el pasado día 12 de mayo (artículo de Pedro J. Ramírez) y que concretamente dice:

Rajoy puede pasar a los anales como el mayor autista político contemporáneo…”.

Deje paso don Mariano, a alguien lo suficientemente competente y sin compromisos ni temores para superar esta maldita crisis. No es ningún desdoro. Vd. hizo lo que pudo, pero no fue suficiente… También es una forma de demostrar ser un verdadero patriota.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.