Sociopolítica

Contra la corrupción, cortar por lo sano

Ante la situación de la corrupción: Barcenas, EREs, filtraciones en los periódicos, financiación irregular de los Partidos, etc. los ciudadanos se encuentran perplejos y barajan conceptos como: cortar por lo sano, reiniciar el sistema democrático, ingobernabilidad, vergüenza, impotencia….

Somos los ciudadanos, ante una Justicia inexistente, los que debemos poner en su sitio a ' los chorizos'... Foto: Mataparda

Somos los ciudadanos, ante una Justicia inexistente, los que debemos poner en su sitio a ‘ los chorizos’… Foto: Mataparda

En general hay un ambiente maduro contra la corrupción de los políticos, pero ¿cómo pueden los ciudadanos  actuar para corregirla? Contestan los mismos políticos: votar, usar la democracia. No todos los políticos somos corruptos, y combatir la corrupción es esperar a las nuevas elecciones, elegir la lista de otro partido, ver si los nuevos funcionan mejor; y si no, repetir el ciclo, es decir, esperar otros cuatro años. Visto lo visto, este modo de actuación no es aceptable pues  por experiencia sabemos que ha producido o encubierto paro, burbuja inmobiliaria, afectados por las hipotecas, rescate bancario, afectados por las preferentes y corrupción galopante.

La solución  a la corrupción no puede venir de quienes la han provocado: los partidos; la solución a la corrupción ha de pasar por la regeneración democrática completa, que lleve a cabo el reinicio del sistema democrático y que incluya el cambio del sistema electoral hacia la democracia plena. Un cambio que permita a  los ciudadanos  conocer de cerca a los candidatos en circunscripciones pequeñas y elegirlos directamente, uno a uno, cada circunscripción al suyo. Los Políticos nuevos serían elegidos por sus méritos y no por estar en la lista de un partido, y el sistema debería permitir a sus circunscripciones exigir a sus políticos responsabilidades uno a uno; y, en su caso, deponerlos incluso durante la legislatura. Un sistema así, limpiaría de corruptos el panorama político en poco tiempo.

El sistema electoral actual de listas cerradas produce políticos de la confianza de los partidos. La frase “quien se mueva no sale en la foto” se ha hecho famosa y caracteriza la situación de que solo los políticos obedientes al partido y que gozan de su confianza, están en Política.

Esos políticos elegidos van al Parlamento y allí pueden promover o paralizar iniciativas, que presuntamente favorecen a los partidos y a aquellos “ordenadores “o poderes fácticos que les apoyan o en su caso les  “ordenan”: bancos, grandes empresas, medios de comunicación, grandes fortunas etc. Colocan a personas de confianza en los órganos de control del Estado: Tribunal de Cuentas, Consejo Superior de la Judicatura, Banco de España, Comisión Nacional del Mercado de Valores   etc. y han sido capaces, presuntamente, de organizar o permitir toda la trama de corrupción que actualmente está siendo destapada y que tiene a los dos grandes partidos, pero no solo a ellos, en su centro.

El círculo vicioso: partidos- listas electorales-órganos de poder real, es ya completamente evidente después de 30 años de Partitocracia. Cada vez somos más los que pensamos que mientras eso siga así, nada cambiará. La corrupción tampoco.

Los políticos y la política deben estar al servicio del pueblo y bajo su control último y directo; y el sistema electoral debe canalizar ese poder del pueblo. En este esquema los partidos tienen un gran papel a jugar como canalizadores, no exclusivistas, de la acción política. Pero la última palabra acerca de quien está en política es de los ciudadanos. No de los partidos confeccionando listas de sus políticos.

Nada hay más importante para la salud de la democracia que la modificación del sistema electoral; y sin embargo esa idea no está en el debate público. Y debería estarlo. No sirve decir que lanzarnos a mejorar el sistema electoral en este momento distraería de la salida de la crisis económica; es que si no se resuelve el sistema electoral, unos saldrán de la crisis a costa de otros, como siempre.

Como país, ¿qué deberíamos hacer? Centrar todos los esfuerzos de lo que se ha dado en llamar la sociedad civil, en exigirle al gobierno y a los partidos, e incluso a Europa, el cambio del sistema electoral en España y seguir con las reformas para salir de la crisis, teniendo en cuenta que se revisarán las actuaciones realizadas, cuando se tenga la democracia plena. Contamos para ello con la potencia de las redes sociales y las nuevas tecnologías. Cuando mediante el esfuerzo de todos se consiga, todas las demás reivindicaciones: stop de los desahucios, democracia real ya, regeneración democrática, resolución de los casos de corrupción, independencia de la justicia, control independiente de las instituciones, reforma educativa estable y duradera, fiscalidad más justa en la que pague más quien más tiene,  disminución de la economía sumergida a niveles europeos etc., vendrán por añadidura porque aumentará la confianza en el sistema al tener cada afectado un diputado en el Congreso a quien dirigir sus problemas y exigir solución.

Lo dicho: cambiar el sistema electoral y cortar por lo sano es lo más sensato. Entre todos podemos.

Y recuerda, si quieres que esto cambie, tu firma cuenta: Por el cambio del sistema electoral

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.