Karma

Mucho valor a poco precio

Hay personas que se apuntan a una oenegé porque les gusta ayudar a los demás.

Hay personas que apadrinan a niños del Tercer Mundo porque se solidarizan con los desheredados.

Hay personas que se van de misioneros a Áfrrica porque son felices haciendo felices a los pobres.

Hay personas que dan grandes sumas de dinero porque disfrutan contribuyendo al bienestar de sus semejantes.

Hay personas que se van caminando a Santiago de Compostela por una promesa…

Y hay personas que sonríen cuando te atienden.

El lunes pasado me dirigía a casa después de trabajar, había tenido un mal día. Serían las 21 horas más o menos. Hacía frío. En la calle, una espesa niebla hacía difícil la visión. Entré en una tienda. No había clientes, solo la persona que atendía el negocio y yo. Cogí lo que quería y me dirigí a la caja para pagar pero, no había nadie allí. Esperé cerca del mostrador. De repente, alguien salió de una habitación y vino hacia mí, me miró y sonrió. La sonrisa era franca, abierta, tenía verdad… Entonces, se me abrió el cielo. Qué fácil soy  de contentar-pensé-, qué barato soy. Gracias anónima persona. Te puedo decir que para mí, lo que me diste tiene mucho valor.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.