Sociopolítica

Kim Dotcom, el NSA y los límites de la ética

Tras las puertas de una gran mansión en Auckland, New Zealand, se refugia uno de los hombres que traen al NSA de cabeza.

Kim Dotcom

Kim Dotcom. Foto: tonynetone

Kim Schmitz nació el 21 de Enero del 74 en Kiel, Alemania.  Antes de fundar el polémico sitio web Megaupload, el cual le llevaría a adquirir una suculenta fortuna por medio del envío de archivos pesados a través de la red, ya había experimentado los límites de la legalidad, siendo condenado a un par de sentencias probatorias por fraude informático y manejo de bienes robados (1998) y  malversación (2003).  A día de hoy, tras ser condenado en el 2012, por violar la ley de la propiedad intelectual debido a un vídeo promocional de su sitio, en el que intervenían varios artistas famosos, permanece bajo arresto domiciliario tras desembolsar una jugosa fianza.

Desde esa inmensa propiedad que necesita de un coche de golf para ir hasta la casa de invitados, Kim promueve la libertad total bajo la encriptación de datos para el envío de archivos a través del sitio web que fundó en el 2013, llamado Mega. Y eso que, en teoría, tiene terminantemente prohibido el acercarse a internet.

El número uno mundial del Call of Duty dice que se ha centrado, que su principal preocupación ahora es estar con sus hijos, y que ya no haría ninguna de las locuras que hizo cuando era un veinteañero –como ganar la famosa carrera de coches Gumball para millonarios excéntricos—. Dice ser un hombre preocupado por la libertad del individuo y en contra de la opresión del sistema.

Lo interesante de su razonamiento es el concepto de seguridad que ofrece a sus usuarios. Según sus propias palabras, “todo el mundo debería estar preocupado por su intimidad” ya que el sistema espía virtual que posee acceso hasta la firma electrónica de Merkel, se podría convertir, si no lo es ya,  en un sistema de control completamente totalitario.

En el caso de que nos creamos su discurso, su caso no sería el primero en el que un timador que acaba del bando de la justicia, recordemos al famoso Frank Abagnale Jr. Que de ser uno de los mejores falsificadores de cheques del mundo pasó a trabajar para el F.B.I y de ahí a formar su propia compañía  para la consulta de fraudes.

En cualquier caso, el gran hombre de Mega propone un muy interesante debate que venía dejándose a un lado mientras el mundo virtual se convertía en la nueva plataforma económica del mundo. Como todo sistema que se crea desde cero, pasa por una fase en la que los nuevos creativos hacen y deshacen a sus anchas mientras el poder ejecutivo se encarga de definir los límites éticos.

El encargado, hasta ahora,  de definir la filosofía ética a nivel mundial ha sido el gran demiurgo norteamericano, que como todo imperio dominante a lo largo de la historia, está pasando al estado de putrefacción. El leucocito, Snowden, ha sido el encargado de comenzar la limpieza de esas células muertas; y personajes como Kim Dotcom se están encargando de financiar el tratamiento.

Pero en realidad, el gran debate que se oculta bajo leyes de protección de datos y espionaje informático es el mismo que se viene dando desde el principio de los tiempos: la libertad del individuo y si ese individuo en su plena libertad posee el suficiente criterio para ejercerla.

En este caso, no me parece muy responsable que se tenga la total libertad para enviar información a través de la red de una manera totalmente impune. Imaginemos que bajo esa encriptación alguien manda los pasos a seguir para la destrucción del pentágono o aquella famosa receta secreta de tu abuela para las patatas con bacalao.

No, no, sin duda hay cierta información que es mucho mejor no compartir.

PAZ

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.