Sociopolítica

Los Estados Unidos no necesitan a Cuba

Las cosas como son. De nada vale levantar los ojos al cielo o ponerse a dar gritos destemplados, basta con echarle un ojo a la realidad que es terca y permite, cuando sabemos mirarla sin prismas ideológicos, llegar a conclusiones mejor encaminadas.

EEUU Cuba

Tumba de Jorge Mas Canosa, uno de los más conocidos líderes anticastristas en Miami.Ubicado en el Cementerio Caballero Rivero Woodlawn Park North, en Calle 8, Miami. Foto: ferrando

Las recientes declaraciones de la comisaria de Educación de la Unión Europea, Androulla Vassiliou, tras reunirse con el ministro de exteriores cubano, prueban que el verdadero interés de Cuba no está en Europa sino del otro lado del estrecho de la Florida, en efecto la titular europea, aseguró que en sus conversaciones con el señor Rodríguez, este le había manifestado que “si comienzan las negociaciones con la UE, sería un buen mensaje también para Estados Unidos“.

Pero si no bastaran estas proclamaciones, remítase el lector a las proposiciones oficiales del Minrex, dando a conocer el desbloqueo de las conversaciones con la Unión Europea “Cuba considerará la invitación formulada por la parte europea, de manera respetuosa, constructiva y apegada a su soberanía e intereses nacionales.” Dicho de otra manera: Ni fu ni fa.

Un país deseoso de normalizar sus relaciones con otro, no se hubiese limitado a tan lacónico mensaje, al contrario, aprovecharía la ocasión para proponer un marco de negociación aceptable del tipo: estamos dispuestos de inmediato a considerar todos los temas, incluyendo el de los derechos humanos. Pero no ha sido así, al contrario, tanto el presidente general, como sus acólitos, siguen mirando hacia Washington con las babas caídas desde la oportuna enfermedad del Dictador en Jefe. Las invitaciones a negociar se repiten cada año, sin que hasta la fecha hayan dado los resultados esperados por La Habana.

Aunque el lobby cubano, encabezado entre otros cubanólogos de prestigio por el académico señor Arturo Lopez-Levy, se ha apuntado recientemente algunos tantos, como lo prueba el revuelo provocado por las declaraciones del magnate azucarero Alfonso Fanjul o del ex Gobernador de la Florida, sin olvidar un reciente sondeo de opinión, que aventaja las posiciones conciliadoras, deseadas por el gobierno insular, no parece que la administración norteamericana vaya a dar pasos encaminados a una próxima normalización de las relaciones.

Quieto en base

¿Por qué? Pues porque económicamente no les interesa. Cuba no tiene nada que ofrecer que los Estados Unidos ya no tengan; por el lado de la política real, desde hace mucho tiempo los Estados Unidos ambicionan el mundo. El caso cubano, no afecta por el momento sus apetencias globales y para nada, a su política doméstica. Las medidas encaminadas a transformar paulatinamente la economía cubana en un capitalismo de Estado, convienen pues al final, a pesar de no ofrecer sustanciales cambios democráticos, garantizan por lo menos el férreo control del Estado cubano sobre la sociedad.

Nadie en la Casa Blanca desea que se produzca algún desorden que obligue, como en el pasado, a intervenir en los complicados asuntos insulares. Se espera que poco a poco con la ayuda de Dios y los intercambios pueblo a pueblo, entiéndase privados y pagados al contado, irán mejorando las condiciones del cubano promedio, que como sabemos sigue votando con los pies y está muy lejos, por diversas razones que no vienen al caso, de implicarse en lo inmediato de manera masiva y voluntaria en inciertos procesos políticos.

Así pues, los implicados siguen deseando cosas divergentes. Cuba ha dejado de apostar por Europa desde mediados del siglo XIX, cuando los Estados Unidos se convirtieron en su metrópoli económica. Hoy América del Norte gracias a la globalización exitosa, tampoco necesita a Cuba. Como ya lo dijo el difunto economista Oscar Espinosa, si mañana desaparece el embargo, dada la actual debacle económica, no habría nada que vender.

Los únicos que quieren a Cuba y la plebiscitan cada día son los cubanos, que dentro y fuera siguen varados en los lugares comunes, impulsados por el nacionalismo primitivo, entre ellos el de su presumida –y harto fantasmeada- importancia mundial, esperando por vanos milagros que nunca llegarán por ese camino.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.