Sociopolítica

Reflexiones sobre el Parlamento Europeo

Cada cinco años nos encontramos con una nueva campaña electoral para decidir los parlamentarios que nos representaran en la Eurocámara. Las personas  ‘colocadas’ en las listas electorales nos hablan de lo necesario que es y de lo que significa tener una mayoría en un Parlamento con 375 millones de votantes que elegirán 766 diputados… Pero una vez elegidos/as y constituido el Europarlamento, nadie se acuerda de nosotras/os y solo nos llega que las decisiones de la UE se toman por el Consejo de la Unión y que lo que legisla la Eurocámara termina como acuerdos que los Gobiernos recogen o no según les convenga, y así nos encontramos con países como Inglaterra, que dice que de Euro tararí que te vi…

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Lo más flagrante: el Acuerdo de Schengen de 1985, en vigor desde 1995, firmado en Luxemburgo, y que establece la libre circulación de personas está siendo puesto en duda por Bélgica, e Inglaterra nunca lo puso en marcha.

Lo único que nos llega a la ciudadanía, son los privilegios de los que gozan sus señorías. Los diputados al Parlamento Europeo gozan de los privilegios e inmunidades siguientes: libertad de desplazamiento sin restricción alguna; máximas facilidades aduaneras y de control de cambios;  no pueden ser objeto de persecución, arresto o detención en razón del ejercicio de sus cargos, y son inmunes a la jurisdicción penal, salvo que medie su levantamiento por la propia Cámara.

Los eurodiputados disponen de un importe mensual máximo de asistencia parlamentaria, con fondo al cual pueden seleccionar y contratar a su propio equipo de asistentes y asesores políticos o técnicos. En 2009 el importe mensual puesto a disposición era de un tope máximo de 17. 540€.

Desde la entrada en vigor del estatuto único de los diputados al Parlamento Europeo, en noviembre de 2009, todos los eurodiputados se benefician de idéntica asignación:  un total de 7. 665,31€ mensuales brutos. A esto deben añadirse las subvenciones a la vivienda para aquellos que trasladen de modo permanente su residencia a Bruselas o Estrasburgo, o bien, alternativamente, las dietas por desplazamiento y estancia desde su lugar de residencia hasta las oficinas del Parlamento Europeo.

Finalmente, los eurodiputados tienen derecho, tras la conclusión de su mandato parlamentario, a percibir una indemnización transitoria (entre 6 y 24 meses).

Pero de todo, esto a la ciudadanía solo nos llega una propuesta de reducción de privilegios: como en vez de viajar en 1ª clase en avión, viajar en clase turista y resulta que todos votaron en contra, aunque los  españoles, con Mayor Oreja y López Aguilar a la cabeza, dijeron que “Todos se habían equivocado de botón”…

Pienso que si la Eurocámara no consigue hacer de obligado cumplimiento sus resoluciones,  cada vez más  españoles se quedarán en sus casas en vez de ir a votar.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.