Karma

El poder de la oración

Se dice, y muchas veces así es, que “orar no sirve de nada“, y ¡claro que no vale de nada!, entendiéndolo desde un punto de visto lógico, científico y racional. Orar no es sino una repetición sistemática que no nos conduce… a nada. De hecho, se dice que a un ordenador lo pones a repetir un mantra o una oración y por ello no se rompe, no se vuelve más inteligente, no cambia su estructura… afortunadamente – añado yo -.

orar budismo tibetano malaAhora bien, ¿qué sucede cuando varias personas se unen, mucho más si es en un círculo cerrado – pura geometría sagrada en sí misma – y se empieza a recitar una oración, sea la que sea,  para el mayor bien de todos los seres? Da igual si lo hacen en el mismo idioma o en diferentes… el hecho claro es que todas las mentes de esas personas cesan su actividad intelectual al cabo de unos minutos, y entran en una dinámica de automatismo, donde la mente ya no entiende, ni funciona. Cuando transcurre un tiempo, la mente ya no es que no lo entienda, es que ni le interesa, y ahí entrará el sentimiento,  la magia, el placer del “no SER”, ese estado en el que llegamos más allá de la mente. Ese sí es el poder de la oración, la mente calla y se siente y percibe todo lo demás, aunque no se pueda describir, no hay términos, ni cuantificaciones, no puedes describirlo… pero sí puedes rememorarlo, re-sentirlo en ti mismo como aquella mágica vez…

¿Para qué sirvió esa oración? Tal vez para acallar la mente, para ayudar a que todos los que ahí estaban reunidos, tuvieran una idea clara en común a desarrollar y tal vez, para que todos dejarán de ser ‘gente’ para ser una única unidad de trabajo.

Yo no he hablado de Dios, ni del maestro Jesús… sencillamente es algo más terreno, porque al ser humano hay que hablarle de cuestiones terrenales, sencillas. Resulta chocante la gente que no cree en Dios y acaba recitando sutras, con un mala en la mano… ¿Qué diferencia hay con un rosario y un Padrenuestro? En realidad ninguna, tan solo la connotación psico-social que nos hemos forjado y que nos lleva a perder mucha de nuestra energía en negar lo evidente: que la espiritualidad está ahí latente y no se puede omitir por más tiempo…

Evidentemente esto es solo una opinión, tan buena y magnífica como todas las demás. Por eso, si les sirvió, me alegro; si no les dijo nada, bueno, nada pretendía; y si le removió, sienta qué le removió, su espiritualidad, sus sentimientos, sus bloqueos… Tal vez re-sonamos diferente cuando oímos estas afirmaciones desde el no apego y el no rechazo ¿no creen?

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.