Sociopolítica

España no se vende

Esaú vendió su “primogenitura” por un plato de lentejas y Rajoy otorgará a Cataluña una Agencia Tributaria independiente  por permanecer una segunda “legislatura” en La Moncloa, tratando de evitar a cualquier precio que se cumpla la maldita profecía de pasar a la Historia, como “Mariano el Breve”, algo logrado por el iluminado contador de nubes, Rodríguez Zapatero, considerado, sin la más mínima duda, como el peor presidente de Gobierno desde que se implantó la democracia en nuestro país.

Si lo pretendido para evitar el independentismo catalán es concluir con una reforma de la Constitución, como propuso Rubalcaba y Rajoy admitió estar dispuesto a discutir, lo primero que ha sugerido el presidente del Gobierno como condición indispensable, inspirado por su eterno y amortizado asesor Arriola, ha consistido en suspender de la fecha de la consulta, cuya intención no es otra que posponer la convocatoria para después de las elecciones generales, en las que se juega la permanencia en el poder otros cuatro años más. Entre las virtudes más admiradas por Rajoy en su gurú, está la vocación de posponerlo todo. Pedro Arriola carece de formación sólida, pero conoce como nadie las debilidades del Jefe del Ejecutivo y todo lo que suponga dilatar la toma de decisiones comprometidas lo acepta sin rechistar le parece perfecto.

rajoy lenguaPor su parte, el mediocre Arturo Mas, miente cuando se refiere al gran futuro de Cataluña, puesto que en realidad lo que trata de buscar y encontrar desesperadamente es una salida medianamente airosa, que le permita desembarazarse de este laberinto en el que  ha involucrado a un amplio colectivo de catalanes a golpe de falacias, y de paso encontrar un porvenir para salvar su propia y desesperada situación personal.

Al referirse a encontrar marcos legales para materializar la consulta, nuevamente miente, dado que lo pretendido es mantener vivo el circo secesionista hasta poder alcanzar un pacto cuyo volumen y contenido puedan proporcionarle merecimientos de tal calibre que los propios ciudadanos le rindan pleitesía y eterno agradecimiento.

Según lo publicado en ciertos diarios digitales, en las conversaciones mantenidas entre el Gobierno y la Generalidad sobre las ofertas realizadas por La Moncloa, tienen como contrapartida ineludible el abandonar la celebración de un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Dicho ofrecimiento de manera resumida contemplaría los siguientes aspectos: creación de una “Hacienda Catalana” con capacidad de gestión e inspección sobre todos los impuestos. Mayor cesión sobre los impuestos de: IRPF, IVA, y potestad para poder elevar o reducir impuestos sin autorización, etc. etc. Ni que decir tiene que la concesión de tales beneficios en detrimento de las restantes CC.AA. originaría tal controversia cuyo alcance y consecuencias resulta inimaginable.

La ausencia de Arturo Mas en el Congreso ha sido motivada por carecer de la talla intelectual necesaria para un debate de esas características, ni disponer de argumentos con peso suficiente para defender su teoría del derecho a decidir, unido a la falta de coraje necesario para subir a la tribuna de oradores y tratar de convencer al auditorio. Tal temor llegó al extremo que al término del debate, se limitó a leer una pobre declaración institucional desde su despacho negándose a admitir preguntas.

La responsable del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho se equivocó al haber pronosticado que habría diálogo sobre financiación e infraestructuras, algo totalmente impropio que solo conseguiría el enfado por adelantado de los barones autonómicos, que ya tendrán tiempo de poner el grito en el cielo en la medida que comiencen a filtrarse las negociaciones que se están materializando entre la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría y diversos miembros pertenecientes a la Generalidad, que abochornarán a propios y extraños e incluso para algunos podría suponer el final político de Rajoy.

Lo que verdaderamente reclaman los millones de votantes y simpatizantes del PP, es que el presidente del Gobierno ejerza de tal con todas las consecuencias y exija el estricto cumplimiento de la Ley, sin intermediaciones de nadie ni tolerando exclusividades para ninguna Comunidad. Nada más absurdo que la propuesta del “Perpetuo inquilino del Palace”. Duran y Lleida, reclamando una disposición adicional en la Constitución que recoja la singularidad de Cataluña.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.