Sociopolítica

Diógenes a la fuerza

Waterhouse-Diogenes-1La razón de que Diógenes pasará a la posteridad, no fue su vida pordiosera, su inmaculada pobreza, su falta de posesiones materiales; la razón fue que ese estilo de vida era fruto de su voluntad, de una coherente convicción.

Cosa muy diferente es que nuestro gobierno, azuzado por la UE, quiera hacernos ascetas a la fuerza, austeros por mandato jerárquico, Diógenes velis nolis.

Ahora tenemos austeridad hasta en la sopa ( menos algunos que de tanta austeridad no tienen sopa) y se nos vende la palabreja como una santa penitencia, llevadera y hasta mística y heroica. El problema es que esa austeridad viene impuesta, y no precisamente por gente connaturalizada con su significado, sino por élites de la oligarquía, que predican el ascetismo desde su abundancia.

Los diccionarios se han apresurado a describrir la palabra austeridad en su sentido político como “medida económica que defiende la subida de impuestos y reducción del gasto publico”. Por tanto su sentido de voluntariedad se volatiliza, y su sentido etimológico “aspereza” pasa a ser una consecuencia de imperatividad política. Sin embargo, dentro de ese “gasto público” vemos que su reducción va dirigida siempre hacia áreas esenciales como la educación y la cultura, mientras que no hace mella en el nivel de vida de los predicadores de la austeridad, que siguen con su vida aurífera y sus derroches superficiales.

Hace unos días se conocía que España ha sido el país en que más ha crecido la desigualdad durante la crisis; quiere decir que la austeridad está teledirigida, aplicada, paradójicamente, a las clases ya de por si austeras, aumentando la brecha entre clases.

No acaba aquí el asunto: lejos de ser conscientes del parasitismo que el rico ejerce sobre el pobre, valiéndose de su impuesta conformidad salarial para aumentar su fortuna, han llegado a engendrar un resquemor de conciencia en las clases bajas, que sienten un aire de vergüenza al pedir lo que le corresponde legítimamente. Los parásitos, según ellos, somos nosotros.

No muerdas la mano que te da de comer” dice el refrán; la gente lo ha llevado al extremo, pues ni siquiera muerde la mano que le quita de comer, que le provoca el hambre, y es que se ha quedado sin dentadura de conciencia, y tan sólo paladea la mísera inmundicia superflua en forma de espectáculos televisivos.

La historia, en definitiva, ha cambiado bastante: si Alejandro Magno ofreció riquezas a Diógenes y éste las rechazó, hoy nosotros pedimos siquiera vivir dignamente y nuestros Magnos nos responden: austeridad.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.