Sociopolítica

España is different

A España, algunos la ven como el lento planear de un águila con las alas extendidas, buscando víctimas a las que poder sangrar para alimentarse. A España, otros la ven como un reducto de pensamientos abiertos que necesitan hacer subir los índices de inteligencia, alentando la investigación y acariciando detrás del oído a las mentes biempensantes que, tratan de detener el entendimiento lineal que propicia el retorno a unos tiempos que estancaron a un país, cuyos gobernantes obligaban a sus ciudadanos a bajar la cabeza en demasiadas ocasiones.

La sumisión de algunos, yergue las cabezas de otros que buscan alimentar al gusano de la ineptitud.

Si en un país de ciegos, el tuerto es el rey, este se aprovecha demasiado de la supuesta ceguera intelectual del hombre. Aquellos que más se acercan al político de hoy en día, son aquellos que se sienten menos capaces de decir algo al respecto.

Sumisos, los perros de la política se postran ante unas decisiones que sólo aventajan el deterioro de una sociedad que no merece un trato de tal magnitud.

TVAl primer grupo, unos lo llaman la derecha radical. A los del segundo, otros los catalogan de reaccionarios y revolucionarios.

La derecha y la izquierda han perdido la perspectiva desde que el invento del dinero tomó una relevancia demasiado exacerbada.

La defensa de los valores humanos se resume en un tratado que se utiliza para defender la mala gestión de los mandatarios españoles. Ellos creen que nadie se da cuenta de nada, que las personas se plantan delante de un reality y dejan que la baba manche los apoya brazos del sofá. Subestiman demasiado a aquellos que tratan de luchar por sacar el país adelante.

En el momento en el que los ciudadanos deben hacer de policías, la actitud del político fracasa. En el momento en el que los mandatarios se escudan en un tratado que desobedecen, pierden toda la poca credibilidad que tenían.

La casta política es un mal reality donde, uno a uno, comienzan a caer los nominados, instigados por la indignación ciudadana.

España es un país con una riqueza cultural que algunos se empeñan en destruir para sacar a relucir unos valores totalmente inadecuados para los tiempos que viven. La España de principios del siglo veinte mató a sus intelectuales por miedo. La España de ahora no se anda con chiquillas y mata a todos sus ciudadanos, indistintamente de si son o no simpatizantes de cualquier tipo de ideología.

Los gobernantes de ahora se aprovechan de la situación y reducen a los que les votaron y a los que no lo hicieron tratando de convertirlos en parias sociales. Se empeñan en convertir los derechos en desechos. Desde el pedestal de su incoherencia se apoltronan en un sillón de oro español y compran a su antojo las decisiones de su pueblo.

A España, algunos la ven como el último reducto de la democracia europea. Mientras otros tragan todo lo que les echen, la indignación toma las calles tratando de sufragar la incesante oleada de mala gestión e ineptitud parlamentaria.

La solución reside en un pueblo que no se deje llevar por sí mismo, en la magnificencia de unos ciudadanos que no respetan a quienes no se interesan por ellos, en el pensamiento individual aplicado a la comunidad, ahuyentando el radicalismo y las ideas poco populares. El poder del hombre busca su propia redención en los tiempos que corren.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.