Sociopolítica

Memoria Histórica: españoles que sufrieron la injusticia

Memoria Histórica

Comenzaré por algo personal. Mi abuelo materno  fue teniente de alcalde de un pueblo de Albacete durante la República. Al terminar la guerra, el nuevo gobierno fascista lo condenó  primero a muerte y luego a 30 años y un día de cárcel. Y aunque por mediación de algunas personas influyentes que conocían su bondad y buen hacer durante su mandato fue puesto en libertad a los cuatro años, durante este tiempo tuvo que sufrir la tortura psicológica de que a mitad de la noche, mientras dormían,  aparecían soldados y nombraban en voz alta a quienes debían acompañarles para no volver más, con la incertidumbre y el miedo del resto. Y así cada día ¿hasta cuándo?

Entre tanto  mi abuela, para ayudarle a sobrevivir, tenía que visitarle tres días a la semana, al menos unos treinta kilómetros de ida y vuelta a pie con nieve, con lluvia o  con el insoportable calor  con la comida y ropa que podía procurarse. Y no era la única, como todos sabemos. Solían juntarse las mujeres para superar sus propios miedos a ser asaltadas por el camino. Del heroísmo callado de estas mujeres y hermanas de presos se habla poco. No era raro que al llegar a la prisión con sus pobres cestas de comida se les informara de que su marido o su hermano habían sido ejecutados o no se sabía más de ellos para siempre. Y tampoco era raro el que con criminal alevosía se les fusilara ocultándoles a los familiares  el telegrama en que se les conmutaba la pena de muerte.

Mi abuelo pudo escapar del paredón, aunque llegó a estar en capilla para ser fusilado, pero  le conmutaron la pena y a los cuatro años le dieron la libertad junto con un regalo de despedida: el destierro de su propio pueblo que un día  le había elegido como corresponsable de su gobierno. Su delito, como el de tantos miles de españoles,  fue el de  ser fiel a sus principios republicanos en una sociedad que había optado por la República y expulsado a la Monarquía.

Y ya sabemos lo que siguió tras el golpe de estado militar fascista, y cómo este país fue  humillado y  siguió durante cuarenta años el derrotero que impuso aquel dictador sanguinario sin que se le haya dado la oportunidad de retomar su historia donde quedó  a causa del golpe de mano de  aquel  general sin conciencia alguna.Y  nadie planteó tras su  muerte un referéndum para saber si el pueblo español quería recuperar su arrebatada  memoria de la República, porque ya sabemos la chapuza que fue la Constitución del 78 refrendando la monarquía continuista del Régimen, y  que  ha costado a muchos aceptar tanto como perdonar el inhumano proceder de aquel monstruo que fue el General de infausta memoria y el torpe proceder de quienes llevaron al país a las andadas monárquicas en donde nos hallamos hoy.

Un hermano de mi abuelo pudo escapar a Francia y durante muchos años mantuvieron una correspondencia regular. Se querían entrañablemente, y en aquellas cartas siempre le prometía aquel  que el fascismo español caería pronto y se podrían abrazar. Y – lo que son las cosas de la vida- el mismo día que llegó al pueblo tras la muerte del dictador pudo al fin ver a mi abuelo. Acababa de morir la noche anterior.

Este es un público homenaje a sus memorias, a la memoria de todos los presos y exiliados a causa de sus ideas de libertad y de justicia; a la memoria de mi abuela, y de las mujeres hijas  y hermanas de presos y exiliados; a la memoria de mis padres  y la de tantos y tantos españoles y españolas que tuvieron que soportar ese régimen sanguinario la mayor parte de sus vidas bajo la dictadura más feroz que ha sufrido este país.

A las nuevas generaciones: 

Espero que las nuevas generaciones aprendan a perdonar los crímenes, agravios y humillaciones, el hambre y la miseria  a que fueron obligados tantos de sus familiares y que aprendan igualmente a  poseer una ética liberadora y un amor a la libertad  que imposibilite a otras gentes contrarias a toda idea de justicia, unidad y fraternidad el tener adeptos entre personas civilizadas, y menos aún a que un día tengan el poder y se arroguen en derecho a disponer de la vida de las gentes como si les perteneciera.

Espero de las nuevas generaciones que tengan el valor de pensar por sí mismos y eviten ser programados por los curas y los políticos conservadores y ultras y  por los medios de comunicación o las industrias de la distracción que tienen como objetivo el controlar sus conciencias, su tiempo y su vida, con lo que estarían  en la antesala de un nuevo posible golpe de estado fascista. Espero que hayamos aprendido algo todos nosotros.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.