Mientras los países del “primer mundo” padecen los efectos de la crisis financiera provocada por las llamadas hipotecas basura estadounidenses, los expertos internacionales encargados de estudiar los principales desafíos que han de afrontar los Estados pobres del planeta lanzan un grito de alarma. Estiman, en efecto, que las perspectivas de desarrollo de nuestro planeta están ensombrecidas por un cúmulo de amenazas globales. Sus poco halagÁ¼eñas conclusiones se reflejan en el último informe anual del grupo de estudios “Millenium Project”, auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas.
Entre los retos que tendrá que afrontar el ser humano de aquí al año 2025 figuran la inestabilidad y violencia generadas por el constante incremento del precio de los alimentos y los productos energéticos, la escasez del agua, la ineficacia de los Gobiernos, el cambio climático, la desertificación y la intensificación de las corrientes migratorias. Sin olvidar, claro está, la proliferación de los conflictos armados, sean estos internos, internacionales o regionales. En lo que va de año, se registraron 14 conflictos, que tuvieron por escenario países de Asia, África, América Latina y Oriente Medio. Según los autores del informe, durante el próximo decenio los enfrentamientos armados podrían afectar a 46 Estados, que suman una población de 2.700 millones de personas.
Asimismo, se detectan los primeros indicios de inestabilidad política en 56 países, cuyo número de pobladores asciende a 1.200 millones de personas.
Al pasar revista a los desequilibrios socio-económicos registrados en los últimos decenios, los miembros del “Millenium Project” hacen hincapié en el hecho de que actualmente el consumo mundial supera los niveles de producción. El efecto, el precio de los productos alimentarios ha registrado un aumento del 129% en comparación con el año 2006. El encarecimiento de estos productos podría convertirse en el detonante de una nueva crisis mundial.
Los informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señalan que una treintena de países padece ya la escasez de productos alimentarios. Se trata, en la mayoría de los casos, de naciones en desarrollo.
La ausencia de políticas sociales en materia de alimentación podría acelerar el enfrentamiento entre “pobres” y “ricos”. De hecho, para mantener el ya de por sí frágil equilibrio, los suministros de productos alimentarios se deberían duplicar de aquí al 2013, lo que implica también un incremento de las reservas de agua y de las superficies cultivables, así como la aplicación de nuevas técnicas de regadío.
A ello se suma otro factor: la demanda de energía, que se duplicará en las próximas dos décadas.
En cuanto al cambio climático se refiere, los expertos afirman que la principal víctima del recalentamiento será el continente africano, cuya región meridional perderá alrededor del 30 por ciento de las superficies cultivables de aquí al 2030.
Otro aspecto preocupante es el constante incremento de los llamados “Estados fallidos”. Según la revista norteamericana Foreign Policy, los países más vulnerables del planeta son Somalia, Sudan, Zimbabwe, Chad, Irak, República Democrática de Congo, Afganistán, Costa de Marfil, Pakistán, República Centroafricana, Guinea, Myanmar, Haití, Corea del Norte y Etiopía.
Finalmente, conviene señalar que la mayoría de los desafíos son transnacionales. La solución de unos debería poder afectar a la cadena creada por el cúmulo de problemas. Sin embargo, los expertos de las Naciones Unidas estiman que hoy por hoy los mecanismos capaces de corregir este estado de cosas brillan por su ausencia.
Adrián Mac Liman
Analista político internacional