Con el imparable avance del mundo 2.0, van surgiendo nuevos términos que tenemos que asimilar y entender en muy poco tiempo para no quedarnos obsoletos.
A todas las personas, en mayor o menor medida, nos importa lo que opinen y piensen los demás de nosotros. Como digo yo, hay que darle una importancia relativa y no obsesionarse; caerle bien a todo el mundo es imposible. Los primeros que debemos estar seguros de nosotros mismos somos nosotros debido a que nuestra autoestima se transmite de muchas maneras a las demás personas.
Muchas personas respiraron tranquilamente cuando surgió el maravilloso imperio de la red, que permitía interactuar de las formas más diversas desde el anonimato, pudiendo comportarse de otra forma sin importarles los demás porque no les podían ver ni controlar. Sin embargo, se está demostrando que en la red también queda nuestro rastro y se puede saber lo que hacemos y lo que dice de nosotros la red. Por lo tanto, debemos prestar atención a los apartados de privacidad de las diversas Webs, foros, redes sociales y profesionales que usamos para que sólo las personas que nosotros deseemos puedan acceder a nuestros datos.
Hay quienes se dedican a rastrear y cotillear las vidas cibernéticas de los demás y pueden acceder a tener más datos de los que podemos pensar. Por lo tanto, no debe de cundir el pánico pero sí estar alerta y tomar las precauciones lógicas que nos dicta el sentido común. Por ejemplo, siempre que uséis un ordenador que no sea el vuestro para mirar datos bancarios o privados, no olvidéis borrar el historial para que no quede registrado y nadie pueda acceder. No os fiéis porque igual vosotros no lo miráis pero ¿estáis seguros que todo el mundo hace lo mismo que vosotros?
Desde hace unos años ha surgido con fuerza el termino Egosurfing que significa “Buscar en la red, en bases de datos, medios escritos u otros documentos menciones del propio nombre o de los demás” (Sean Carton y Gareth Branwyn)
Os preguntaréis que quién hace esto. Pues cada día, más personas. Lo hacen con múltiples tareas o fines porque cada vez nos relacionamos más a través de la red para nuestra vida personal y profesional, dejando a un lado el contacto directo con los demás.
Por ejemplo, en la selección, esto está haciendo furor en Estados Unidos y los seleccionadores y headhunters se dedican a rastrear y verificar los historiales de los candidatos que les interesan para comprobar y ver qué encuentran por ahí y poder, así, disponer de información extra. Si uno no tiene nada que ocultar, debe de estar tranquilo. Muchas personas dicen que es algo exagerado, sin embargo, la red se está convirtiendo, a pasos agigantados, en la principal fuente de reclutamiento.
Los entrevistadores cumplen una función y deben de asegurarse que los candidatos son los adecuados. Está claro que aquí se verá la diferencia entre los buenos profesionales y los que no tienen escrúpulos. Porque si uno encuentra información sobre la vida personal o íntima de determinados candidatos, independientemente de que estén en la red al alcance de cualquiera no deben ser usados arbitrariamente, porque no son relevantes para el desempeño del puesto, sin embargo, es complicado que no les influya. Esto llegará a España, antes o después.
Ahora os planteo unas preguntas: ¿Sabéis lo que dice de vosotros la red?
¿Cómo cambiar lo que encontréis? Si no encontráis nada sobre vuestra persona ¿es bueno o malo?
Para comenzar, debéis saber lo que dice de vosotros la red para poder estar al tanto y no llevaros sorpresas que os pillen fuera de juego. No hay duda de que cualquiera pueda manifestar opiniones o afirmaciones sobre si mismo o sobre otras personas o instituciones en la red de forma gratuita, sin que sean veraces y contrastadas, pero ese es uno de los peligros de la red. Sin embargo, el que busca información de vosotros no sabe lo que es cierto o no. Así que debéis estar preparados por si acaso.
Si os encontráis cosas negativas veraces sobre vuestra candidatura deberéis trabajar por convertirlas en positivas. Si encontráis datos personales tenéis que revisar la privacidad y modificarla poniendo la máxima. Si aparecen datos difamatorios sobre vuestra persona, sabed que tenéis vuestros derechos y que lo podéis denunciar ante la justicia para que tomen las oportunas medidas legales.
No encontrar nada en la red sobre vosotros puede ser malo porque hoy en día está cobrando mucha importancia nuestra identidad digital y adquiere cada vez mayor relevancia que sepáis usar las diversas herramientas existentes. Sois productos y, como tales, debéis aprender a diferenciaros con vuestra propia marca personal que no deje indiferente a los demás. Vuestros pasos en la red pueden decir mucho de vosotros a nivel de capacidades y aptitudes.
Eso sí, esto es una opción personal que no tiene porqué convenceros a todos. El que no aparezca nada de vosotros en la red no es ni positivo ni negativo sino neutro.
Conocer lo que dice de vosotros la red os hace ir con ventaja y estar tranquilos porque sabéis que las verificaciones van a dar puntos extra a vuestra candidatura. Mucho cuidado a los que mienten porque la red os puede descubrir y jugar un mala pasada.
Pero el egosurfing no funciona unidireccionalmente. Vosotros también podéis rastrear información y opiniones sobre las empresas a las que optáis para ver qué se dice de ellas y sacar vuestras conclusiones. Cuando todas las fuentes u opiniones van en una misma dirección está claro que algo de verdad habrá. Hay veces que tenéis la información delante de vosotros y no sabéis utilizarla. Antes de incorporaros a una compañía, debéis estar seguros de que es la que os conviene. Como siempre, la preparación es fundamental y entre otras cosas, es buscar la información necesaria. Eso sí, también debéis investigar las fuentes que ojeáis porque hay gran diferencia entre las adecuadas y las que no lo son.
Ahora sólo os queda hacer una cosa. Poned vuestro nombre en el buscador que utilicéis… y a ver qué encontráis.