Científicos del Instituto de Ciencias de la Tierra de Orleans (Francia) y de la Universidad de Munich (Alemania) han documentado el rápido aumento del magma durante la erupción del volcán Chaitén (Chile) en mayo de 2008. El análisis de las cenizas del volcán revelan que algunos tipos de erupciones pueden producirse «muy rápido y con poco aviso».
La erupción del volcán Chaitén (Chile) provocó la evacuación de la mayoría de los habitantes de la ciudad de Chaitén, a 10 km del volcán, y sus alrededores. Ahora viven en otro lugar por la proximidad este volcán atípico, que sorprendió el 2 de mayo de 2008 con una erupción explosiva sin previo aviso de un magma muy viscoso, el rhyolite. El análisis completo aparece esta semana en Nature.
“Algo debió provocar la erupción para que pasara tan de repente. Una de las razones por las que un volcán no avisa pueden ser las propiedades físicas del magma que, en este caso era suficientemente fluido y flotante para elevarse rápido. Pero en la actualidad, no hay suficientes datos para probar la hipótesis del magma, de un acontecimiento sísmico o la interacción de un magma con otro”, revela a SINC Jonathan Castro, autor principal del estudio e investigador en el Instituto de Ciencias de la Tierra de Orleans (Francia).
Cuando los volcanes entran en una fase de erupción, se suelen observar antecedentes geofísicos durante semanas o incluso meses, antes de que se produzca la erupción, por lo que los científicos pueden estimar la rapidez con la que se mueve el magma. Pero el volcán chileno rompió estos esquemas al entrar en una fase de erupción sin avisar. Su explosión de rhyolite fue la primera monitorizada por científicos.
“La actividad del Chaitén es sorprendente. No conozco otros volcanes que produzcan el tipo de magma del Chaitén y que entren en erupción con tan poco aviso”, asegura Castro, quien, junto al alemán Donald Dingwell, ha analizado los cristales tomados de los depósitos de ceniza para obtener información sobre el almacenamiento y aumento del magma pre-eruptivo, así como su presión, temperatura y contenido en agua.
La subida rápida del magma es una clave
Emabos equipos han demuostrado que el magma del Chaitén ascendió muy rápido. En unas cuatro horas, partió desde cinco kilómetros por debajo de la superficie de la Tierra hasta explotar. Según los científicos, la explosividad durante la erupción puede producirse por periodos cortos de tiempo de desgasificación, pero sobre todo porque “los volcanes de rhyolite pueden producir erupciones muy grandes e inesperadas”, declara el investigador estadounidense.
Además, la actividad actual del volcán es “probablemente tan peligrosa como lo era cuando la erupción empezó debido al alto nivel del crecimiento de la cubierta de lava, la actividad sísmica y los consecuentes colapsos de la cubierta caliente para producir flujos piroclásticos”, afirma Castro. Algunos de estos flujos pueden alcanzar la ciudad o las áreas colindantes si son lo suficientemente grandes.
Para evitar mayores desastres volcánicos, los autores hacen hincapié en la necesidad de monitorizar los volcanes de rhyolite que hayan mostrado cualquier actividad en los últimos 10.000 años, en particular en regiones más pobladas.
Sin embargo, los recursos humanos y económicos no permiten una monitorización amplia de los volcanes. «Como Chaitén está activo, su erupción debería ser monitorizada de cerca, para que los científicos podamos entender las posibles amenazas de otros volcanes como este”, concluye Castro.
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Referencia bibliográfica:
Jonathan Castro; Donald Dingwell. “Rapid ascent of rhyolitic magma at Chaitén volcano, Chile” Nature Vol 461, 8 de octubre de 2009, doi:10.1038/nature08458