La drogodependencia es un tipo de adicción recurrente pero tratable. Sin embargo, no todas las personas drogodependientes evolucionan igual al dejar el consumo de drogas. Un nuevo estudio muestra que, en el caso de la cocaína, una puntuación alta en la llamada ‘Escala de craving’ (ansia o deseo de consumo), una personalidad antisocial y haber consumido heroína son los principales factores para recaer en su consumo.
“Conocer las variables relacionadas con los resultados del tratamiento permite que las personas puedan recibir un trato específico, reducir la probabilidad de que abandonen el procedimiento, que dejen de consumir y que no recaigan”. Estos eran los objetivos del nuevo estudio, según explica a SINC Ana López, la autora principal e investigadora de la Universidad de Santiago de Compostela (USC).
En el estudio, publicado en la revista española Psicología Conductual, se analizan las variables significativas (sociodemográficas, psicopatológicas y características del consumo de cocaína y otras sustancias) que explican la presencia de consumos de cocaína después de dos años de demanda de tratamiento.
Una puntuación alta en la ‘Escala de craving’ al inicio del tratamiento (que mide el ansia o deseo de consumir drogas), un patrón de personalidad antisocial y haber consumido heroína alguna vez en la vida son los principales factores para volver a consumir cocaína. Por ello, “es fundamental realizar una evaluación previa de la historia de consumo y de los patrones de personalidad”, afirma la investigadora.
Los investigadores analizaron una muestra formada por 38 personas (35 hombres y 3 mujeres, con una edad media de 31 años y que comenzaron el tratamiento por problemas con el consumo de esta sustancia en centros de drogodependencias de Galicia) al inicio de la terapia, y dos años después.
Según el trabajo, la impulsividad y la búsqueda de sensaciones también son factores relacionados con el consumo de sustancias. ”No es extraño que las personas que han probado sustancias como la heroína, una sustancia con un amplio rechazo social, puntúen alto en impulsividad y búsqueda de sensaciones. Al mismo tiempo, estos rasgos son característicos del patrón de personalidad antisocial”, explica la investigadora.
Además, los autores destacan que, en contra de los que se creía hasta ahora, la existencia de depresión o ansiedad al inicio del tratamiento no tiene por qué indicar peores resultados a largo plazo. “Con frecuencia estos síntomas son consecuencia del consumo de cocaína y una vez que deja de consumir la sintomatología empieza a mejorar”, concluye López.
Aunque han aumentado las demandas de tratamiento por problemas con el consumo de cocaína en los centros españoles de drogodependencias, todavía son escasos los estudios que analizan la evolución en el tratamiento de los consumidores. De ahí la importancia de este tipo de investigaciones.
————–
Más información:
Vídeo de la noticia.
Prevalencia del consumo de cocaína en España.
————–
Referencia bibliográfica:
Ana López, Elisardo Becoña, Lorena Casete, Mª Teresa Lage, José Mª García-Janeiro, Avelina Senra, Isabel Vieitez, Juan Sobradelo y Jesús Cancelo. “Variables significativas para explicar el consumo de cocaína a los dos años de demanda de tratamiento”. Psicología Conductual, 17(2):203-216; septiembre de 2009.