Sociopolítica

¿Qué Coño es el Opus Dei?

 

José María Escrivá de Balaguer, fundador de la Prelatura Católica de la Santa Cruz del Opus Dei.

 

Dr. Belisario Rodríguez Garibaldo

Jurista, Periodista, Sociólogo,

Analista Político, Profesor y Escritor.

E-mail: brodgari@hotmail.com

Web: http://www.pa/secciones/escritores/rodriguez_belisario.html

 

“No me busquéis en palacios e iglesias, pues allí no me encontrareis. Si levantáis una piedra, allí me hallareis; si cortaseis un pedazo de madera, allí estaré. Dios esta dentro de ti, en aquello que les rodea y en todos los demás.” – Jesús de Nazareth; Evangelio apócrifo del apóstol Tomas.

 

De los secretos del Opus Dei se dicen muchas anécdotas y denuncias, generalmente entre miembros que se han salido de dicha orden. Desde la castidad de sus miembros, la austeridad de sus vidas, la moralidad en la vida social y familiar, la disciplina interna e incluso hasta practicas religiosas que colindan con el medioevo, además de su gran fortuna económica, con su clara influencia económica, social, cultural y política. 

 

En la novela ‘El Código Da Vinci’ de Dan Brown, llevada al cine con la película de ‘El Código Da Vinci’, aparece el uso del cilicio en la pierna y la disciplina del látigo, que era una práctica medieval de auto-mortificación, siendo implementos que usaba el personaje del monje eunuco del Opus Dei que perseguía al Priorato de Sión, para evitar que estos revelasen el secreto del linaje de Jesús con Maria Magdalena que era su hija Sara, quien era considerada ancestro de los reyes merovingios y ciertas dinastías europeas, pero muy especialmente para poder evitar cualquier prueba de la humanidad de Jesús, que estremecería a los cimientos del poder religioso cristiano.

 

Sin embargo realmente en el Opus Dei a los miembros numerarios de la orden les obligan como deber de hacer votos monásticos de obediencia, castidad y pobreza en caso de hacer vida religiosa sacerdotal (como suele suceder en una orden religiosa católica), pero en caso de ser laicos seculares deberán hacer los mismos votos pero limitados a la humildad, moralidad y austeridad pero adicional a la consagración personal y familiar a la orden, además de servirle con su fortuna y trabajo. No es tanto que deberán legar toda su fortuna o el esfuerzo de su trabajo, sino mas bien que los numerarios y numerarias del Opus Dei lo ponen al servicio de la ‘obra’, pero también contribuyen con una ofrenda periódica, como tributo o diezmo para la orden.

 

El secreto de captar tantos miembros como numerarios entre laicos y seglares, además de quienes quieran hacer vida religiosa como sacerdotes y monjas, radica en desarrollar su influencia en la sociedad secular, en especial entre sectores conservadores y con cierta posición económica e influencia política. De allí que en toda Europa (pero también en América), aunque también muy especialmente en España, muchos numerarios y numerarias pertenecen a diversas profesiones, banqueros, empresarios e incluso políticos (vinculados a partidos conservadores, populares, democristianos o derechistas). Su influencia se extiende al ámbito educativo, fundando a Colegios (educación elemental y bachilleratos, sean masculinos, femeninos o mixtos), así como Seminarios sacerdotales y Conventos, e incluso universidades católicas, entre estas la Universidad de Navarra, además de medios de comunicación católicos, organizaciones sociales y empresariales.  

 

Esta influencia en al ámbito religioso, secular, sociedad y educativo es el secreto de su crecimiento, imitando así a otra ordenes católicas mas antiguas con igual o mayor influencia en la sociedad, pero con cierta tendencia social y progresista, como jesuitas, dominicos, paulinos, salesianos, lasallistas, seglares o ecuménicos. De esta forma las ordenes mas conservadoras de la Iglesia Católicas han tenido un gran nivel de influencia en la sociedad, tal como franciscanos, capuchinos, agustinos, jerónimos, benedictinos, escolapios, marianos, mercedarios, carmelitas, trinitarios, catecúmenos y mas reciente (siglo XX) el Opus Dei y Legionarios de Cristo. 

 

Así radica la competencia de poder entre sectores progresistas y sectores conservadores dentro de la Iglesia Católica, que se hizo evidente con todas las reformas eclesiásticas y sociales modernizadoras propuestas en el Concilio Vaticano II durante el pontificado del Papa Pablo VI (apoyado por el ala progresía), pero que finalmente termino con una vuelta a la tradición conservadora anterior (mas cercana a la tradición religiosa del Concilio Tridentino), durante los mas recientes pontificados de Juan Pablo I (que duro breve), Juan Pablo II y ahora Benedicto XVI (Joseph Ratzinger), quien compitió en el purpurado Sacro Consejo Cardenalicio (órgano elector del Sumo Pontífice) con el progresista jesuita Cardenal Carlo Maria Martini para ocupar el trono de Pedro en Roma, y así poder llevar ‘las sandalias del pescador’ con la túnica blanca de Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. 

 

Recordemos que el español José Maria Escrivá de Balaguer, quien escribió el libro ‘Camino’ (1945) como su manifiesto fundamental, fue el fundador de la ‘obra’ de la orden del Opus Dei en la primera mitad del siglo XX (1928), que al morir fue beatificado por Juan Pablo II, siendo el Opus Dei una de las ordenes religiosas conservadoras que le apoyaron en su pontificado y que ahora apoyan a Benedicto XVI. Además que el Vaticano también protegió en vida (y ha encaminado a la beatificación al morir) al mexicano Marcial Marcel, fundador de la orden Legionarios de Cristo, que alguna fue investigado por cargos judiciales de pedofilia y pederastia, pero fue absuelto por el amparo y petición de la Iglesia del Vaticano.

 

La ‘obra’ de la orden del Opus Dei, fundada por José Maria Escrivá de Balaguer, le hizo además ser cercano colaborador religioso del dictador fascista español, Generalísimo Francisco Franco Bahamonde, Capitán General de los ejércitos de tierra, mar y aire, máximo líder del Movimiento Nacional, gestor de la Gran Cruzada Nacional, protector de la Monarquía española, Jefe de Estado y ‘Caudillo de España por la gracia de Dios’, títulos de cargos otorgados en el preámbulo de los Estatutos Fundamentales del Fuero de los Españoles, una especie de Constitución Nacional aprobada por el Movimiento Nacional que triunfo en la guerra civil española, estableciendo una dictadura fascista hasta 1975 (año de la muerte de Franco e inicio de la democracia en España), que además fue aliada de Benito Mussolini de Italia y Adolf Hitler de Alemania (también apoyados por el Papa Pío XII), así como del dictador fascista Antonio de Oliveira Salazar de Portugal (otros cercano colaborador del Opus Dei), pero que posteriormente estos últimos, Franco de España y Salazar de Portugal, se aliarían con Estados Unidos para subsistir en el poder al final de la II Guerra Mundial.

 

El problema fundamental del Opus Dei (y otras ordenes católicas conservadoras, como Legionarios de Cristo, Catecúmenos y otras adicionales antedichas) es que viven enclaustrados culturalmente en el medioevo, pero en plena modernidad del siglo XXI, cuando bien se puede ser cristianos, pero sin volver a la forma de vida de la era de la inquisición moral. Para ser cristiano sólo deberían “amarse los unos a los otros” (el amor al prójimo), que se supone es el 11º mandamiento de Jesús. Empero tal vez no existan realmente (o hayan existido alguna vez) los verdaderos cristianos, como bien dice Friedrich Nietzsche: “el último cristiano murió en la cruz”, pues todo lo demás al decir de Marco Tulio Cicerón: “es humano, demasiado humano; y yo soy humano, nada de lo humano me es ajeno”; y en lo humano “todo no es mas que vanidad de vanidades” y “el dinero es el origen de todos los males” como cito alguna vez Pablo de Tarso, quien les propago a la fe cristiana entre judíos, los gentiles no judíos y los esclavos de Roma, hasta convertirse finalmente en la fe central del Imperio Romano durante el reinado del emperador Constantino (en el Concilio de Nicea), y por lo tanto en la fe central de Europa y posteriormente de todo occidente, aun con los cismas religiosos cristianos entre católicos (latinos), ortodoxos (orientales) y protestantes (reformadores).

 

En eso estas ordenes conservadoras ‘cristeras’ se parecen muchos al fundamentalismo islámico, tanto en marcar el control de la vida moral, familiar, social, política, económica y cultural, pues si observamos bien en la historia de las religiones, así como entre mas recientes cruzados occidentales (George Bush) y guerras santas orientales (Osama Bin Laden), observaremos que no son mas que iguales fundamentalismos religiosos, que al final terminan trastocando a la vida libre y plena del ser humano en el era moderna (y en todos los tiempos), pero que fundamentalmente le impiden a sus seguidores que piensen por sí mismos, atentando así contra el moderno derecho humano a la Libertad, entre otros derechos humanos, como “el derecho a la vida y la búsqueda de la felicidad”. Se dice (como una anécdota satírica religiosa), que al morir el Buen Papa Juan XXIII, en su lecho de muerte, asevero que hubo tres cosas que nunca logro comprender de la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana: 1- En que consistía esa tan cacareada humildad de los franciscanos, pues no era tal. 2- Hasta donde llegaba el verdadero poderío e influencia de los jesuitas.  3- Y que coño era el Opus Dei. 

 

Así en el tierra como en el cielo, Dios (en caso de existir) nos agarre confesados a todos y no libre de todo mal, incluyendo a los que se hacen en su nombre.

 

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.