Todos lo intuíamos pero ahora que lo ha dicho Elena Salgado, nuestra inoperante Ministra de Economía, la cosa cobra oficialidad y nos alarma socialmente, porque todos sabemos que mientras algo no sea oficial no tiene importancia.
Salgado ha anunciado por primera vez que el año 2010, a pesar de ser de recuperación económica seguirá sufriendo un grave ajuste en materia de empleo, con lo que cabe gritar a los cuatro vientos ¿qué tipo de recuperación económica puede haber sin recuperación del empleo?
El problema de fondo es que el Gobierno español lo está viendo venir y no va a hacer nada para evitarlo, al igual que hizo con la crisis, al igual que hará con todo lo que se le venga encima, no hacer nada a ver si se arregla sólo, vamos, el estilo Rajoy, el estilo de la política española.
Sabiendo que 2010 será un año duro para el empleo ya es hora de que el Gobierno tome medidas para evitarlo, más allá del maquillaje de cifras a la que nos acostumbra gracias a cursillos no siempre de interés general.
Ya es hora de que el Gobierno agilice, de manera real y no teórica, los trámites burocráticos para que los emprendedores puedan poner en marcha sus ideas, para que los pequeños empresarios puedan reducir su carga impositiva y para que los saltos cualitativos entre sectores económicos sean más sencillos.
Ya es hora de que el Gobierno incentive de verdad el empleo, y, no nos engañemos, la única forma de incentivar el empleo en un estado de pavor empresarial, dícese del estado posterior a la crisis económica, es flexibilizando la regulación del mercado laboral, facilitando la contratación y el despido, aunque no suene políticamente correcto.
Ya es hora de que el Gobierno realice política fiscal expansiva de manera eficiente, y no se limite migajas para los pobres en forma de planes E escasos y limitados tanto en presupuesto, como en tiempo, como en eficacia.
Ya es hora, en definitiva, de que el Gobierno se ponga manos a la obra para evitar que lo que se está temiendo se convierta en realidad, ahora lo puede hacer, si esperamos hasta 2010 ya sólo nos quedará el lamento.