EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Comenzó cuando Carlos Fabra, presidente de la Diputación Provincial de Castellón, llamo hijo de puta a un diputado socialista cuando este le preguntó por los delitos que se le imputaban. Era un 25 de agosto de 2008. Posteriormente, el 29 de enero de 2010, Esperanza Aguirre, la heroína de Bombay, dijo aquello de: “Hemos tenido suerte de quitarle al hijo puta” y más recientemente, el 2 de febrero de 2010, fue un concejal del ayuntamiento de Torrejón perteneciente al Partido Popular quien llamó hijo de puta a un edil de IU. Al parecer todo esto entra dentro del contexto de las nuevas formas de hacer política por parte del partido que lidera ¿o no lo lidera? Rajoy, el cual en un intento por restar importancia a estos comportamientos de bajo estilo ha dicho que esto se enmarca en las pequeñas cosas de la vida. O sea que según Rajoy esto forma parte de la cotidiano, de lo normal entre la gente. Que te cruzas con un conocido le saludas con un ¡Hola hijo de puta! ¿Qué tal hijo de puta? ¿Adónde vas hijo de puta? ¿Y los hijos de puta de tu familia que tal están? ¿Y los hijos de puta de tus hijos, estarán ya muy crecidos? ¿Crecidos? Quisiera que los vieras están hechos unos hijos de puta. Lo cotidiano, lo normal, las pequeñas cosas de la vida, según afirma Rajoy. Por cierto, siempre se ha dicho que son las pequeñas cosas las que hacen felices a la gente, pero me asalta la duda de si eso de que se puedan referir a uno es acudiendo a la muletilla del “hijo de puta” la verdad es que no me parece ni muy bien ni muy correcto y mucho menos que te haga sentirte feliz. Pero en fin, si lo dice Rajoy.
Yo creo que dado que se están estableciendo los primeros contactos para consensuar la nueva ley de educación se debería tener sumo cuidado en que los del PP no pretendan que esta forma de expresión y de comportamiento se incluya en la asignatura de Educación para la Ciudadanía. En todo caso lo que deben hacer es reunir a los expertos del PP en eso de llamar a los demás “hijos de puta” para ver de hacerle un hueco en el contexto de dicha ley a estas nuevas formas de referirse a los demás. No quiero decantarme por nadie y por tanto sugiero que como ponentes actúen Fabra o Esperanza Aguirre. Cualquiera de los dos es bueno para sacar adelante esta iniciativa. Los dos son muy didácticos y harían un buen papel visitando colegios dando charlas a los niños. Es la nueva era dialéctica de la política promovida por el PP y esto hay que difundirlo para conocimiento y uso de todos. Esto de tratar a los demás de “hijo de puta” se debería introducir en la dinámica parlamentaria de la ONU. A lo mejor se arreglaba el mundo. Quién sabe.