He leído muchas condolencias por la muerte del preso político cubano Orlando Zapata tras 85 días en huelga de hambre.
Lamento su muerte, pero estoy convencido que tomo una decisión errónea.
Un suicida es alguien que se quita la vida y a mi parecer no importa como lo haga. Ya sea que se incinere, se ahorque, se corte las venas, se ate una bomba al cuerpo, se envenene o se deje morir de hambre.
¿A quién le sirve un luchado que se ha matado? ¿Quién pensara que estaba en su sano juicio el que atente contra su propia existencia? Y hasta la más noble causa seria dudosa si es promulgada por alguien que se mató.
Ninguna persona que atente contra la vida debe ser considerada un mártir;
No importa el motivo que lo impulse a tomar esta decisión, si justificamos el suicidio esta vez, debemos justificar a todos los que se inmolar por todas las causas y creo que nadie está a favor de este punto.
Aun así, pido un minuto de silencio por el alma de Orlando Zapata.