¿Recuerdas aquellos exámenes en los que tan solo había una pregunta a desarrollar? Sí, hombre, seguro que lo recuerdas, por ejemplo: «Pregunta 1: La Guerra Civil española», y hala a contarle al profesor todo lo que sabías sobre el dichoso conflicto que tuvo enfrentados a los españoles durante tanto tiempo.
Pues algo parecido ha hecho el Gobierno en la reunión que ha mantenido con los partidos de la oposición para intentar lograr un acuerdo económico que nos ayude a todos a salir de la crisis. Prometía presentar unas propuestas concretas sobre las que trabajar, y sólo ha presentado unos titulares sobre los que desarrollar.
Vamos, que parece que o Elena Salgado está recordando sus tiempos de profesora universitaria (la verdad es que no sé si esta mujer ha sido profesora, o no) o que quiere que los otros partidos le hagan el trabajo sucio, es decir, el trabajo de completar las propuestas que el Gobierno sólo ha esbozado.
Una vez más, el ejecutivo de Zapatero ha vuelto a demostrar falta de eficiencia y falta de carácter a la hora de tomar decisiones económicas de calado, y su facilidad para eludir responsabilidades y delegarlas en otros, para luego poder reclamar responsabilidades a otros y negar las propias.
Es un acto de cobardía, sí, sí, así como suena, de cobardía pura y dura, un acto de dejar las cosas pasar, seguir gobernando a verlas venir, en una muestra más de que la intención de agradar a todo el mundo lo único que hace es enfadar a todos, porque lo que queremos los españoles es un Gobierno que nos gobierne y no un grupo de administrativos avanzados que se lo lleven crudo por no hacer nada.
Elena Salgado demuestra día a día que es incapaz de gestionar la Economía de un país, y hace que recordemos con nostalgia la figura de Pedro Solbes, un hombre íntegro que nunca debió de haber dejado el cargo. Se limita a ejecutar lo que le dice su jefe, Zapatero, sin aportar una visión crítica o una opción diferente.
Pero la culpa no es de ella, sino de quien la puso allí a sabiendas de su incapacidad con el único objetivo de que le diera la razón en cada decisión que se tomara, por absurda que esta fuera.
¡Qué desilusión! Cada día que pasa, cada medida económica nueva, cada paso supuestamente hacia adelante del gobierno me siento más defraudado con el ejecutivo de Zapatero, yo que un día fui socialista, me están robando la ideología a base de desfachatez tras desfachatez.