El conocido periodista John Carlin, autor del libro en el que se ha basado Clint Eastwood para su película Invictus, descubrió en un acto público en Barcelona su admiración por la figura de Nelson Mandela. Con un tono vibrante, el reportero relató los años en que residía en Sudáfrica, describió los últimos años de uno de los regímenes más tiránicos del siglo XX y explicó las circunstancias de su primer encuentro con el gran líder sudafricano.
Un carisma y una personalidad descomunales.
Era la primera rueda de prensa que daba Nelson Mandela después de veintisiete años de encarcelamiento y John Carlin insistió en el carácter único del ex-presidiario. “No sabíamos cómo iba a ser el hombre, había estado tantos años en la cárcel. Teníamos todos muchas expectativas y muchos temores”. Enseguida el líder negro les cautivó, a él y a los doscientos otros periodistas que acudían de todas partes del mundo. Entre ellos, destacaban veteranos del New York Times y de la televisión americana, profesionales curtidos en el escenario político, y todos sucumbieron ante la fortaleza y el carisma de Mandela. “De repente nos dimos cuenta en la rueda de prensa que el hombre supera de mucho las expectativas. ¡El tipo es un crack total!”.
Y al final de ese primer encuentro con el líder negro, ocurrió lo que John Carlin nunca había visto antes en un acto político: los periodistas se olvidaron de su supuesta objetividad, no pudieron controlarse y aplaudieron todos efusivamente al luchador africano para celebrar su liberación. “Nunca he visto esto con un político, ni antes ni después. Es inconcebible”. Como bien lo describió el reportero hispano-británico, en ese momento se impuso el factor humano. Las eternas corazas de los mejores periodistas no pudieron contener la euforia y la alegría que sentían.
“Está cientos de años por encima de la media de los líderes políticos”
“Para mí, Mandela es un hombre súper evolucionado. Está cientos de años por encima de la media de los líderes políticos que hay en la Humanidad”. Cuando se trata de hablar de Mandela, todos los términos empleados por John Carlin son elogios y emociones sublimes. Á‰se es el efecto que provoca un hombre que, después de 27 años de cárcel, sin ver la televisión y sin conocer los avances del país, sale en público, se encuentra a gusto en su casa con miles de cámaras observándole y, además, promueve un discurso tremendamente actual. Sin haber presenciado los últimos cambios, Mandela se hizo de inmediato portavoz de mensajes rompedores y novedosos como la igualdad de géneros, el perdón a la minoría blanca, la inclusión de todas las razas en un solo espacio, la promoción del deporte como una forma de entablar un diálogo y una dinámica de colaboración. Así es cómo Nelson Mandela confirmó que, más que un opositor legítimo, era un visionario y un líder maravilloso.
Indagando en los rasgos del ex–presidente sudafricano, John Carlin afirmó que “es un gran seductor. Sus armas no son el miedo y el temor, son su generosidad, su carisma y el respeto”. ¿Y qué mejores armas para construir un mundo mejor en el que se pueda vivir en paz? El mensaje pacifista y generoso de Nelson Mandela fue tan rompedor y sabio que muchos de sus congéneres tardaron en comprenderlo y apoyarlo, pero el gran regalo de Mandela es que Sudáfrica sea hoy una democracia estable. Así lo recalca el periodista que permaneció seis años en el país: “En Sudáfrica no hay ningún movimiento independentista, tampoco existe un movimiento terrorista, el gobierno central es considerado legítimo y el estado de derecho funciona muy bien”.
“Sudáfrica es una tierra dorada”
Preguntado sobre el futuro del país, John Carlin se mostró notablemente positivo. Claro está que Sudáfrica se enfrenta a la delincuencia, la corrupción y la pobreza, pero es importante subrayar que cuando llegó allí, veinte años atrás, el país estaba al borde de una guerra civil, con una división racial importante, hasta que llegara Mandela al poder. “Todavía me sorprende que no haya surgido un movimiento terrorista de la extrema derecha blanca en esos años. Es un milagro”.
Sudáfrica se ha transformado para los africanos en lo que Estados Unidos es para América Latina. Es una tierra dorada, llena de oportunidades, que atrae a gente de todo el continente, de Somalia, Nigeria, Mozambique, Niger, Congo, etc…. Se calcula que en los últimos diez años han llegado más de doce millones de emigrantes ilegales y esto supone nuevos retos para un país en vía de desarrollo. “Ahora el gobierno se está preparando para celebrar el evento más grande del planeta”. Eso es digno de admirar, insiste John.
Y efectivamente, es algo increíble y esperanzador para todo el continente. Aunque los desafíos sean importantes, Sudáfrica goza, gracias a la lucha de Nelson Mandela, de una estabilidad inédita y de un estado democrático incomparable. El periodista cerró su intervención con una reflexión destacable y con ella cerraré este mismo artículo: “Políticos como Mandela existen muy pocos y la humanidad está muy afortunada de contar con un hombre como él”.