Se van sabiendo nuevos datos sobre lo pésimamente administrada que está la nación española y los que comento son un signo inequívoco de ello: veamos.
En un artículo publicado en diario ABC del 04-03-2010 titulado “CONFIANZA Y ESFUERZO”, Firmado por Darío Valcárcel, afirma lo siguiente:
“Un estudio reservado de algunos técnicos del CIS fija en torno a 28 millones el número de españoles que trabajan o trabajan mucho, entre ellos 6/7 millones de amas de casa. Trabajan muy poco o no trabajan otros 17 millones. Restados jubilados, niños, discapacitados (9/10 millones) hay unos 7 millones de vagos encubiertos o declarados gandules. La fuerza de trabajo española reflejaría así uno de los porcentajes más altos de Europa, propios de un país solvente”.
Yo, que como vivo y viví siempre “entre la gente” y soy bastante buen observador añado algo más y que es digno de tenerse también en cuenta.
Hay muchos jubilados que trabajan en infinidad de cometidos, que si no reglados o también camuflados, producen un rendimiento al Estado español.
Ello y por simplificar, va desde el jubilado que dejó el negocio a sus herederos pero que sigue trabajando en el mismo, hasta el que para entretenerse o matar el tiempo, cuida de un huerto y produce alimentos vegetales (también algunos animales) para el consumo familiar y algunos incluso para la venta. Puesto que hay jubilados que acostumbrados a trabajar toda la vida, siguen trabajando mientras pueden o mientras viven y por tanto siguen produciendo bienes.
Unamos a todo ello, los familiares “incontrolados”, mayores o menores de edad, que trabajan dentro del negocio familiar y encontraremos de forma global, una fuerza de trabajo enorme y que debiera dar lugar a un país enormemente próspero y sin embargo; se nos ha llevado a un estado de ruina galopante y que sigue avanzando.
¿Por qué todo ello?
Me temo que aquí, en esta “fullera España”… el que menos trabaja es el que más cobra; y habría que saber, lo que nos están costando esos siete millones de vagos que el estudio (que es oficial: ojo) arriba indicado dan como cifra valorable y por tanto efectiva.
Seguro estoy que entre esos millones de parásitos, habrá infinidad de enchufados a los presupuestos oficiales de todo tipo y que entre ellos habrá derivaciones de sueldos, prebendas y sinecuras, de cifras asombrosamente altas y que se llevan con toda la cara dura del mundo… y dejo al lector que imagine, o que simplemente vea su entorno y analice la vida de muchos de estos parásitos que estamos manteniendo con el esfuerzo de todos y debido los impuestos tan altos que nos obligan a pagar esos más que inútiles administradores de la cosa pública.
Administradores que mantienen a sabiendas, desde varios ministerios que nunca debieron existir, pasando por ejércitos de parásitos que dicen necesitar para el asesoramiento de no sabemos el qué y para qué… hasta infinidad de tinglados anexos que camuflados de múltiples formas y maneras, sirven simplemente para derivar dinero en cantidades inimaginables, para que vivan individuos que nunca dieron golpe o “palo al agua”, como aquí se dice en España.
De los parlamentarios mejor ni hablar; baste decir que desde IU (partido minoritario) han pedido que el Parlamento siga funcionando en enero y julio; quizá éstos sientan ya vergÁ¼enza, de las excesivas vacaciones que ya disfrutan y que el ejemplo de tanto vacar no es precisamente “un ejemplo para el sufrido pueblo”.
Parásitos que sí que deben ser necesarios para quienes los mantiene, puesto que en el sistema establecido, lo que cuentan son los votos y son los votos los que llevan al poder… “triste ecuación simple y por cuanto un voto es un voto y vale lo mismo los del que trabaja que los que viven del trabajo de éste” y ese es el maldito círculo vicioso que en “anillos” continuos nos ha llevado a la anquilosada situación actual y donde se llega a las catástrofes naturales y que han producido las excesivas lluvias, riadas e inundaciones consiguientes… mucho de lo cual ha ocurrido, por cuanto los cauces de esas aguas… “llevan siglos sin haberse limpiado, cosa inexplicable; habiendo tanto vago y maleantes en esta aún nación española”.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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