EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
La verdad es que cuando uno lee que es muy posible que el juez que juzgue, por la querella presentada por Falange, a Garzón por intentar investigar los crímenes del franquismo, pueda ser Adolfo Prego, y después de leer también las inclinaciones ultraconservadoras de dicho juez a uno le da la impresión de que esto se parece mucho a aquello de poner un zorro a cuidar gallinas.
Periódicos como Público, El País o El Plural han dicho sobre el juez Prego que ha tildado el golpe franquista de “contrarrevolución”, además es patrono de honor de la fundación ultraderechista Defensa de la Nación Española (Denaes) que se ha mostrado en contra del Estatut de Catalunya y se ha mostrado también contrario a la política antiterrorista de Zapatero, a más de su conocida oposición a la Ley de la Memoria Histórica firmando un manifiesto sobre la misma junto con otros significados elementos de la ultraderecha. En dicho manifiesto se hacía constar que la ley pretendía recordar “como mártires de la libertad a muchos de los peores criminales de la historia”. También dicen las mismas fuentes que Prego ha escrito artículos para la revista Altar Mayor de la Hermandad del Valle de los Caídos. Públicamente se ha mostrado contrario a los matrimonios entre homosexuales. Ha criticado duramente a Zapatero. Todo esto añadido a las manifestaciones del ex Fiscal Anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, afirmando que “la extrema derecha ha sometido al Tribunal Supremo” (El País 9-03-10) y que ninguna de las querellas tiene fundamento.
Reconociéndole al juez Prego el derecho a ser considerado imparcial a la hora de juzgar dejando a un lado sus sentimientos ultraconservadores, cosa harto difícil porque el juez Prego es humano y los humanos solemos ser débiles ante nuestros sentimientos y teniendo presente que al juez Garzón no se le aplica la presunción de inocencia, no hay más que leer las declaraciones de algún miembro del Consejo General del Poder Judicial que piden su cese cautelar hasta que se celebren los juicios, hay que ponerse en la piel de Garzón y considerar que tiene motivos más que suficientes para estar preocupado en lo referente a la posibilidad de tener derecho a un trato, juicio, justo.
La verdad es que uno teme que no se haga un proceso neutral a Garzón máxime después de ver como en Valencia, en el caso GÁ¼rtel, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV), Juan Luís de la Rúa, reconocido amigo de Camps, aprovechó la ausencia por vacaciones de uno de los jueces que debían decidir sobre los trajes de Camps para colocarse él como sustituto y más en un mes, agosto, inhábil a efectos judiciales y ya pudimos ver el resultado : El archivo de la causa contra Camps.
Si es cierto eso de que a los jueces les importa su prestigio personal y el de la Administración de Justicia, hay que evitar a todo trance que se repitan hechos como el del TSJCV y por tanto el juez Adolfo Prego nunca debe, ni por asomo, entender en el caso de Garzón. Esto supondría para la Justicia un rejón de muerte ante los ojos de todos los españoles.