El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha dado una nueva muestra de su incapacidad para poner orden en su partido, y es que unas redes de corrupción que llevan gestándose ya varios lustros son difíciles de controlar.
Después de la trama de Correa en la sierra noroeste de Madrid, en la que están implicados varios (ahora ex) alcaldes del Partido Popular de municipios gobernados desde hace varios lustros por dicho partido, con supuestas conexiones con el PP valenciano, pero incluso con posibles conexiones con alcaldías socialistas del sur de Madrid, las corruptelas varias de las Islas Baleares, que incluso son más antiguas que las de Madrid, están dando titulares un día sí y otro también, para regocijo del PSOE, y todo parece casi una carrera por demostrar cuál de los dos partidos mayoritarios del reino son más corruptos.
Por otra parte, no parece que el patético partido del señor Rajoy quiera llegar a ser una verdadera alternativa en 2012 para relevar al gobierno más inepto de todos los tiempos de España. El que no sabe arreglar los asuntos internos de su partido tampoco parece tener mucha capacidad para poner orden a mayor escala, como es gobernar todo un país. Para más inri, el comportamiento torpe y para nada convincente de la cúpula del PP es el mismo que hace un año, con evidentes intentos de silenciar lo que ocurre. Y no sólo eso: Cada día se descubren más incongruencias que hacen dudar de la integridad moral de todo un partido que mantiene en sus cargos a los sospechosos de corrupción y les paga elevados sueldos como «ayuda» para poder superar el trance de tener que buscarse otra ocupación.
Rajoy eludió en días pasados pronunciarse sobre la posibilidad de que la dirección de su partido siguiera abonando un sueldo al ex presidente de Baleares, Jaume Matas, cuando dejó la política y trabajaba para una empresa privada en Estados Unidos. En un encuentro con periodistas en la capital de la isla de El Hierro comentó que no tenía nada que añadir a lo que dijo el día anterior sobre el ex presidente balear.
Con ello remitió a lo declarado por él al ser preguntado por la fianza impuesta a Matas de tres millones de euros y por la información que publica hoy el diario El Mundo en la que se asegura que el ex presidente de Baleares siguió percibiendo un sueldo del PP tras abandonar la política. Y uno se pregunta cómo es posible que un ex alto cargo del partido siguiera percibiendo elevados salarios teniendo un trabajo y un sueldo sin duda no de escasa cuantía. ¿Le sobra al PP el dinero para seguir enriqueciendo a quienes han prestado un flaco servicio a su región y su partido? No olvidemos aquel tesorero del PP, Luis Bárcenas, implicado en la trama GÁ¼rtel y otros asuntos bastante lamentables como el misterioso espionaje entre PP de Madrid capital y PP de la Comunidad de Madrid, al que querían mantener en su puesto a toda costa, o el el ex alcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega, que ocupaba un cargo bien pagado en la empresa municipal del Mercado de Puerta de Toledo de Madrid.
Desde La Laguna (Tenerife), Rajoy aceptó la baja temporal del partido solicitada por Matas y le deseó lo mejor, “que se defienda y, si puede, demuestre su inocencia”.Y en eso se quedan estos asuntos: baja temporal en el partido o suspensión de militancia, como si con estas medidas pudieran lavar la cara de un PP bastante tocado de ala.
Mientras tanto, el ex presidente de Baleares Jaume Matas hace gestiones para reunir fondos con los que pagar la fianza de 3 millones de euros decretada contra él por el juez del “caso Palma Arena”, segúnexplicó su abogado, Rafael Perera, quien prevé que el ex político agote el plazo y la presente el día . No cabe duda que con tantas ayuditas recibidas en el pasado no le costará mucho reunir el dinero, aunque simule tener dificultades para que la cosasea demasiado llamativa.
Por su parte, el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, que se caracteriza por repetir tres veces cada dos palabras que pronuncia en busca de las ideas perdidas, ha asegurado que la actuación de su partido en Baleares ante el ‘caso Palma Arena’ ha sido “correcta, la que tenía que ser”. Además, Arenas ha respaldado que el ex ministro Jaume Matas cobrase una cantidad del partido una vez cesó en su actividad, ya que se “ha hecho en alguna ocasión” en el seno de la formación popular. De hecho, el ex ministro de Medio Ambiente percibió entre 2007 y 2008 un total 63.609 euros, lo que supone unos 5.000 euros mensuales, y eso que normalmente estas personas o siguen como diputados o disfrutan una indemnización por haber dejado de ser diputados, ministros u otros cargos públicos para poder financiar el tiempo que se supone necesitan para encontrar un nuevo empleo.
Junto al silencio de los peperos en relación con las tramas de corrupción varias que dan que hablar a la prensa y las tertulia spolíticas de todas las cadenas de radio y televisión nos vemos ante sorpresas como los elevadísimos sueldos que reciben de su partido, con lo que invalidan sus propias críticas al PSOE, que practiuca las mismas costumbres, como se ha podido saber en el caso de Leire Pajín, por ejemplo.
Lo que queda claro a la vista de todo lo que ocurre es que el principal problema es el actual sistema de elección de cargos públicos. Seguramente, si se limitaran a ocho años los mandatos en cada institución, tanto si se trata de un parlamento, de un ayuntamiento o de otra formada por cargos electos, sería mucho más difícil que se puedan formar tramas de corrupción y, además, se daría paso a gente nueva constantemente y con ello tendrían entrada ideas nuevas para que la democracia y el país puedan progresar sin depender de hipotecas adquiridas por los líderes de los partidos. Casi es una inmoralidad que un político alardee de llevar treinta años en la política y que gobiernos actuales se nutren de personas que llevan ya en el parlamento y en cargos de gobierno desde los años ochenta. Hace falta un cambio radical de los usos y las formas para modernizar y dinamizar nuestro orden democrático, cada vez más abocado al inmovilismo y el fracaso, el enriquecimiento ilícito de unos pocos y la compra y venta de favores políticos y votos en el parlamento en función de intereses partidistas y de poder.
Los ciudadanos nos merecemos otro estilo de hacer política y una gestión eficiente de la cosa pública, más participación ciudadana en las cuestiones fundamentales de gobierno y sistemas de control e intervención para que no se eternicen en sus puestos personas carentes de méritos para decidir sobre nuestro país y nuestros municipios.