Indudablemente la flagrante división social que se sucede en el país, producto de una magnifica, consecuente y dinámica presión mediática que transmite el régimen día a día, llegara a un punto de estallido social.
Acobardado y resentido por el apoyo que gran parte de la población dio a un canal de TV y por las marchas de los universitarios que educada, pacífica y solidariamente con el país pensante, encienden libertades y claman futuro, la llamada a los “cerros” a bajar a defender “su” revolución o “a echarle gas del bueno” por parte del “presidente”, es un cobarde acto de barbarie y demencial actitud.
Se siente impune, que lo puede todo y como no? si todo a su alrededor es tasable y comprable, las instituciones públicas, libertinas; la administración de justicia, indecente y con la tramparencia absolutamente necesaria para cumplir con los deseos del “padrino”; los militares, traidores a su juramento y a la patria; los medios de comunicación, sumisos. Quien no se cuadre, al escarnio público. En esta revolución, todo tiene su precio.
La paranoia obsesiva de la conspiración lo obliga a buscar enemigos y enfrentarlos con verbo soez y precario, ofreciendo trompadas y desplantes, vendiéndose como iracundo defensor de esas artríticas ideologías, que le son negociadas como vírgenes a precios de su peso en oro. Y haciéndose ver como el adalid de los indefensos rellena sus arcas de verdes billetes para postreras batallas de consumo social.
En todo esto el país se desfigura, vemos como desaparecen las empresas privadas, se deshace la que fuera la segunda compañía petrolera del mundo, como se pisotea a los productores agrícolas y pecuarios y se invade la propiedad privada; como se criminaliza a la sociedad, se juega con las necesidades del pueblo; como cae el signo monetario del país y el producto interno bruto y crece la inflación. Todo es válido lo importante es la revolución y maromas hacen para encantar al pobre que seguirá siendo pobre y los ricos? más ricos y los del régimen socialista del patria socialismo o muerte, permeados por la paternidad y chequera blanda. Multimillonarios.
En la Alemania nazi, para utilizar un escabroso símil de difícil olvido, se dio la Propaganda como un instrumento de poder y de «guía cultural», además, se estableció mediante las leyes un control y vigilancia absoluta de toda la producción cultural del país. Los decretos ley le permitieron al Estado ejercer una fuerte restricción de la libertad de opinión, de prensa y de las libertades individuales; al mismo tiempo que «legalizaron» atropellos, la confiscación y la intervención de bienes, algo semejante a los once años de actualidad que debemos sufrir a diario en toda las cadenas del espectro radioeléctrico de “todos los venezolanos”, subliminalmente manipuladas por el régimen.
El porvenir en fechas, espero, no muy lejanas y en la historia contemporánea del país, será tema de importancia suprema el resurgimiento de entre las cenizas de un sistema de gobierno de respeto, de libertades y democrático, gracias a la conjunción de voluntades de todos los estratos, se leerá también, de cómo amparados en la sombra de la noche con destinos inciertos al exilio dorado, infelices hordas de mutiladas mentes desaparecerán dejando el pelero.
Pues sí, los veremos vivir de las rentas producto del robo y el escarnio a un pueblo inmensamente crédulo y hasta algunos les dirán, señor.
VM
05.04.2010
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