En su paso por la ciudad de Barcelona, el embajador español en China, Carlos Blasco Villa, ha presentado el estado de las relaciones entre España y el gigante asiático. Con un entusiasmo notable, el funcionario ha revalidado la necesidad de conocer y acercarse a ese mercado trascendental. También ha destacado el poco conocimiento general que tiene la población china respecto a la cultura española y ha sublevado ciertas estrategias para estrechar los lazos entre ambos países.
Una situación económica increíble
“China es el mercado del mundo”. Con estos términos el embajador de España en China ha descrito la relevancia del país asiático en la economía mundial. Las cifras lo demuestran, el desarrollo de los últimos años ha sido descomunal. Es el único país que ha multiplicado por cien su renta per cápita en sólo 60 años, convirtiéndolo en el mayor mercado físico del mundo (aunque no en poder adquisitivo). Ya representa el primer mercado de internautas con 300 millones de usuarios y, a diferencia de Estados Unidos, esta cifra seguirá creciendo a un ritmo frenético durante muchos años. De la misma forma, China se ha convertido desde el año 2009 en el mayor mercado de automóviles.
Queriendo ilustrar la intensidad de la actividad, Carlos Blasco ha subrayado la velocidad vertiginosa de los cambios. Lo que las economías occidentales han logrado en 150 años, China lo está consiguiendo en 10 o 15 años. Los planes de extensión del mercado ferroviario demuestran la rapidez de ese desarrollo y también explican las situaciones paradójicas que existen con la aparición de dirigentes comunistas multimillonarios.
Si bien se observan barreras para la apertura de negocios, quejas por corrupción y falta de transparencia, cabe destacar que 480 de las 500 empresas más importantes del mundo están en China. Según Carlos Blasco, este dato es un claro indicio de que los intereses superan notablemente los obstáculos.
Presencia española y relaciones con China
Desde que España restableció sus relaciones con la República Popular China en 1973, las relaciones han sido muy próximas, llegando incluso a ser reconocida como uno de los socios más próximos en la Unión Europea. No existe ahora mismo ningún contencioso, las relaciones nunca han sido tan amistosas y, sin embargo, Carlos Blasco ha destacado la debilidad del comercio bilateral entre los dos países (si se compara con otras potencias europeas). Según el embajador, esto se debe a la falta de presencia empresarial en China. De momento, sólo se encuentran 600 empresas españolas instaladas en el mercado asiático y esa cifra contrasta enormemente con las 1500 de Italia (el más cercano de los cuatro países europeos que supera a España en presencia empresarial).
El embajador ha manifestado su perplejidad con respecto a la voluntad de las empresas españolas y su clara concepción de las prioridades económicas. “¡No sé si nos lo tomamos en serio!”, ha declarado antes de desvelar un dato importante: el conocimiento que tienen los chinos de España es plano y fundado en tópicos. “Los chinos nos conocen especialmente por el futbol y los toros”, ha expresado Carlos Blasco Villa con algo de insatisfacción. Así pues, España es el quinto país más conocido de los países de Europa (detrás de Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia) y, sin duda, este dato puede mejorarse.
Preguntado sobre la lentitud de la inversión española, el representante diplomático ha sido contundente. “Si algunos argumentan que España ha llegado tarde en China, eso es insostenible cuando el país crece al 10% anual”. De la misma forma, ha resaltado que el gigante asiático es un mercado totalmente trascendente y que constituye un potencial de inversión muy importante.
Oportunidades y vías de acercamiento
Sin lugar a dudas, el gobierno español está haciendo un esfuerzo colosal para que las empresas entiendan que China es “el mercado del mundo”. También se está fomentando el intercambio cultural y la implantación de asociaciones lingÁ¼ísticas. “Es intolerable que el español, el segundo idioma a nivel mundial, sea el quinto en China” ha expresado el embajador. A continuación, ha revelado la reciente apertura de un centro Cervantes en la capital china que, debido al recelo de las autoridades (quienes consideran esa presencia asociativa como una invasión cultural), ha sido una empresa delicada.
Por otro lado, Carlos Blasco ha destacado una oportunidad muy interesante en el sector de la educación para fortalecer las relaciones entre ambos países. Según él, España goza de una ventaja competitividad al poder ofrecer cursos universitarios de alto nivel a un precio por debajo de la media europea. “Hay un millón de chinos que estudian al extranjero y la mayoría vuelve a su país”, ha puntuado antes de comentar que no hay mejor publicidad que un visitante contento.