El incremento del índice de masa corporal (IMC) durante la mediana edad puede conducir a un riesgo considerablemente mayor de sufrir cáncer de mama tras la menopausia, según los resultados de un estudio presentado en la 101ª reunión anual de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer (AACR, por sus siglas en inglés), celebrada del 17 al 21 de abril en Washington.
La evidencia científica ya había relacionado el exceso de peso con un mayor riesgo de padecer cáncer de mama en las mujeres después de la menopausia, pero pocos han estudiado el efecto específico del aumento del IMC. Ahora, los científicos suponen que el estrógeno producido en el tejido adiposo (la grasa corporal) de estas mujeres puede fomentar la proliferación de las células mamarias.
“Comparadas con las mujeres que mantuvieron aproximadamente el mismo IMC, las que experimentaron un aumento de 5 kg/m2 o más entre los 20 años y el momento de empezar a participar en el estudio tenían casi el doble de posibilidades de padecer cáncer de mama”, explica Laura Sue, una de las autoras del estudio y becaria de investigación del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de EE UU.
Los investigadores analizaron a 72.007 mujeres, entre 55 y 74 años, del Ensayo sobre el Diagnóstico del Cáncer de Ovario. El trabajo, presentado en la 101ª reunión anual de la AACR que tiene lugar estos días en Washington (EE UU), incluyó 3.677 casos de cáncer de mama postmenopáusico, lo que lo convierte en uno de los mayores estudios de este tipo.
Los resultados mostraron que casi el 57% de los IMC del estudio aumentaron 5 kg/m2 o más entre los 20 años y el comienzo del estudio, lo que equivale a que una mujer de estatura mediana (1,62 m) gane aproximadamente 13,7 kilos. Las relaciones más marcadas se observaron en las mujeres que nunca habían empleado terapias hormonales durante la menopausia.
Las mujeres que afirmaban haber experimentado un aumento del IMC de 5 kg/m2 o más entre los 20 y los 50 años tenían un 88% más de riesgo de desarrollar cáncer de mama postmenopáusico, en comparación con las mujeres que afirmaban tener un IMC estable. En el caso de las mujeres que declararon haber sufrido este aumento entre los 50 años y la edad al comienzo del estudio, el riesgo aumentaba un 56%.
“El aumento del IMC, tanto antes como después de los 50 años de edad, contribuye por sí solo a un incremento del riesgo de padecer cáncer de mama postmenopáusico”, concluyen los autores.
Fuente: SINC