EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
No voy a comentar, ni a dar mi opinión, sobre lo que está aconteciendo con la ya más que cansina retórica de la pretendida compra de acciones de Repsol por parte de la empresa rusa Lukoil. Y no lo voy a hacer por que me considero una persona educada y no está en mi ánimo adjetivar peyorativamente lo que me está pareciendo la actitud del Partido Popular, que es quien más motivos tiene para callar en todo este asunto ya que por lo visto están tan desmemoriados, les suele ocurrir con frecuencia, que no se acuerdan que fue el Gobierno de Aznar quien privatizó Repsol y por tanto es el culpable de que se haya llegado a esta situación muy lógica en una empresa privada. Si no la hubiera privatizado privando al Estado de una de sus pocas empresas rentables, o hubiera seguido el consejo que desde el PSOE se le dio de que el Estado se quedara con parte de las acciones, hoy, con toda seguridad, no nos veríamos en esta situación. Por cierto habría que preguntarle a los del PP si se opondrían a la venta de acciones a Lukoil si esta empresa fuera al 100% norteamericana.
Pero a lo que yo quiero referirme es al espectáculo tan lamentable que estamos asistiendo cuando Rajoy, habla de «inmoralidad» por parte del Gobierno, que por otra parte no puede intervenir en los aconteceres de una empresa privada. Si hablemos de inmoralidades habrá que decir que inmoral, inmoral, es apoyar una guerra ilegal como la de Iraq. O el intentar quitarse de encima el «muerto» del «Prestige». O querer engañar a los españoles el 11M, entre otros. Esto sí son inmoralidades.
Decían, y suelen seguir diciéndolo, los del PP, que Zapatero era el amigo de los terroristas y ahora dicen que la mafia rusa, deberían demostrar que mafia hay metida en Lukoil por que el 20% de la empresa rusa está en manos estadounidenses, entra en el corazón del capitalismo español de la mano de Zapatero. No me extrañaría que algún día dijeran que Zapatero está convirtiendo a España en una especie de Isla Tortuga, la isla caribeña refugio de piratas. Todo esto no es hacer oposición, esto es insultar, confundir, mentir y no asumir que determinados casos, como el de Repsol-Lukoil, vienen dados por los errores por ellos cometidos. El día que un corte de energía les impida enchufar el ventilador para crear una nube de polvo que oculte sus muchos errores, vamos a ver muy nítidamente quienes son y lo que son, en el Partido Popular.