Economía

Culpemos al becario (Un error informático adelanta una tasa de desempleo del 20% en la EPA)

La era de las telecomunicaciones tiene esas cosas, que un simple error informático, un simple equivocarse de tecla, un simple pulsar publicar en lugar de guardar en borrador basta para que un dato tan transcendental como el del desempleo sea visible antes de su validación estadística.

De esta forma ayer el INE, según publica hoy el ABC (gran trabajo, por cierto), hizo públicos unos datos que tiene previstos para este viernes, tras pasar todos los ficheros por el habitual filtro estadístico y de corroboración de los datos, tanto de entrada como de salida.

En cualquier caso, los datos no son nada halagüeños y por mucho que varíe una décima arriba o abajo, el caso es que el desempleo en España se estaría colocando por encima del 20%, algo que no se conocía desde el año 1997, pero más traumático ahora ya que la población activa en España se ha incrementado sobremanera en los últimos 13 años.

Y todo ante la mirada condescendiente del Gobierno, que parece no percatarse de la gravedad de la situación y se limita a volver al diálogo social, un diálogo en el que ya no se habla y en el que se olvidó su faceta social hace demasiado tiempo.

España necesita una reforma laboral estructural inmediatamente, y la primera medida que se debería de tomar es el fomento del despido libre, ajustado con medidas de formación continua de los trabajadores. Esta es la única manera de que se cree empleo estable en este país.

España no es un país de grandes corporaciones, la mayoría del empleo es creado por PYMES. Estas PYMES están retrayendo su contratación porque desconfían del futuro inmediato y temen hipotecarse con un trabajador al que luego tendrán que despedir con la pertinente indemnización.

Un despido libre permitiría que las PYMES no se lo pensaran dos veces antes de contratar. Contratarían e intentarían incrementar su actividad económica, porque entonces el trabajo dejaría de ser un coste y se convertiría, de una vez por todas, en lo que siempre debió haber sido, en una inversión.

Y el trabajador que antes estaba desempleado y ahora está trabajando estará feliz, porque tiene trabajo y porque durante el tiempo que esté desarrollando su labor recibirá una formación continua, bien en su sector bien en sectores diferentes, que le permitirá seguir siendo competitivo en todo momento, mejorando su productividad y su capacidad para ser contratable si la coyuntura económica le dejara desempleado.

Todo es cuestión de afrontar el problema con rigor económico y dejando de un lado demagogias baratas y acciones políticamente correctas. Un despido libre, bien estructurado, bien desarrollado y bien regulado, puede beneficiar tanto al trabajador como la mayor de las indemnizaciones, sólo es cuestión de ponerse a trabajar en ello, sin complejos y sin mirar al pasado, mirando, tan sólo al futuro.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.