EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
A todos aquellos que se muestran contrarios a la práctica de la eutanasia yo les invitaría a que visitaran los centros geriátricos para que pudieran darse cuenta de la situación de degradación física y mental de muchos de los allí ingresados y les invito, a la vista de los diferentes “cuadros” que pueden ver, a que reflexionen sobre el derecho a la vida que como bien han dicho los médicos Luís Montes y Fernando Soler, del Hospital Severo Ochoa de Madrid: “La vida es un derecho, no una obligación”.
Seguro estoy de que si estos que se manifiestan contra la eutanasia vieran en “directo” como acabamos las personas, personas que en su vida normal han observado siempre una conducta intachable y que han vivido con dignidad y con respeto asimismo y hacia los demás, que fueron muy educadas y que la pulcritud fue una de sus constantes, se encuentran en una situación en las que gritan e insultan a todos aquellos que están a su alrededor, que se hacen encima sus necesidades fisiológicas por que su estado no les permite ser conscientes de lo que están haciendo, si estas personas estuvieran en condiciones de responder, aunque solo fuera por unos instantes, seguro que se mostrarían arrepentidas de no haber hecho en su día su testamento vital que les hubiera evitado sufrir una situación indigna, no por su culpa, clara está, sino porque como bien se suele decir “los años no perdonan”, porque no creo que nadie quiera vivir inmerso en el deteriorado estado físico y mental en que viven otros muchos que seguro que desearían la muerte antes que verse en semejante situación. Son muchos, incluidos los que se muestran contrarios a la eutanasia, lo que dicen: “Antes de verme así prefiero la muerte”.
Evidentemente no me olvido de los que mueren sufriendo terribles dolores a causa de su enfermedad, a esos sí les pueden decir, desde los círculos religiosos aquella frase tan manida como sufrida que dice “descanse en paz”, porque los últimos días de su vida han sido de constante y duro sufrimiento para morir al final.
A todos esos que dicen que la eutanasia es un atentado contra la vida, les invito a que visiten esos lugares donde se ve claramente lo que al final supone la vida, estoy seguro de que muchos de ellos se apresurarían redactar su testamento vital.