Celebramos el 12 de junio los 25 años de la adhesión de España y Portugal a la Unión Europea (qué buena federación de Estados sería la suya); habíamos celebrado el día 10 la llegada por primera vez del socialismo español al Congreso de los Diputados, con el acta de Pablo Iglesias, hace 100 años. La sala Ernest Lluch se llenó de mujeres y hombres, que pertenecen a la saga parlamentaria socialista; 1551 parlamentarios, en estos 100 años. Dos efemérides que explican el compromiso socialista con el mundo; el internacionalismo, que hace grande y necesaria a la política. Entre las más de 600 personas, que escuchamos a Felipe González, a José Luis Rodríguez Zapatero, a José Bono, a Gregorio Peces Barba, a Alfonso Guerra, Eduardo Madina y a José Antonio Alonso, estaban Solana, Solchaga, Corcuera, Barrionuevo, Serra, Rodríguez Ibarra; ministras y ministros; todos atentos; yo recordando el programa socialista, redactado en 1888. Que al socialismo lo mueve la pasión por obtener “cada vez mayor cohesión social, en un mundo medioambientalmente sostenible, no esclavizado por tiranos mercados, con control de los movimientos de capital por la práctica de una buena gobernanza económica”, en palabras de González. No es necesariamente simplista y caduca la tesis de que la sociedad es injusta, “porque divide a sus miembros en dos clases desiguales y antagónicas: una la burguesía, otra, el proletariado”, decía Alfonso Guerra, citando a Pablo Iglesias. Para evitar la depredación de los Estados más fuertes se constituyen la ONU, la Comunidad Europea, se declaran los derechos humanos universales, se escribe como programa máximo el Estado del Bienestar, liderado por Europa. España pierde más de 40 años en su incorporación a Europa: el Acta de Adhesión de España a las Comunidades Europeas fue firmada el 12 de junio de 1985, y entró en vigor el 1 de enero de 1986. Felipe González presidía el Gobierno. Puede entenderse que las celebraciones de estos días hayan sido oportunas y emotivas. El Capital, ahora llamado mercados, ha provocado la mayor crisis de la economía internacional. De nuevo los Gobiernos, de modo especial los socialistas, son vigilados por los mercados. Es la hora de la política democrática, de pactos constitucionales por la educación, por la igualdad, por la atención a personas dependientes, por Europa, decía el Presidente Zapatero. Es la hora de “la organización de la sociedad sobre la base de la federación económica, garantizando la enseñanza general científica y especial de cada profesión a los individuos de uno u otro sexo. La satisfacción por la sociedad de las necesidades de los impedidos por edad o por padecimiento” se dice en el programa máximo de 1888.
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Sobre el Autor
Jordi Sierra Marquez
Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.