Tras los escaso avances conseguidos tras un año de conversaciones a tres bandas, la situación en Israel se habría agravado con la constitución por el primer ministro Benjamin Netanyahu de un Gobierno de Coalición poco proclive a las tesis palestinas y partidario de continuar la política de expansión de asentamientos judíos.
Así, cuando se suscribieron los Acuerdos de Oslo, 100.000 colonos poblaban Cisjordania y en la actualidad serian 300.000 , aunado con la prevista culminación del Muro de Cisjordania que incluiría aproximadamente el 10% del territorio de Cisjordania, incluida Jerusalén Este, (donde unas 60.000 casas palestinas podrían ser demolidas al carecer de permisos oficiales y habría unos 200.000 colonos más que en 1.993) , a pesar de la “extenuante presión norteamericana “ para finiquitar los mismos, lo que ha originado un enfriamiento de las relaciones de Obama con Netanyahu.
Por ello, Netanyahu acudío a Washington con el objetivo de lograr la ayuda de sus padrinos del AIPAC para que le ayuden a convencer a Obama de que contener los planes nucleares de Irán es en estos momentos mucho más importante que frenar los asentamientos judíos y para que se aplique sobre los palestinos la misma presión que sobre los israelíes para que se puedan reanudar las conversaciones de paz sin condiciones.
Por su parte, Hillary Clinton tras un sonoro desencuentro mediático con Netanyahu, declaró en la misma reunión del AIPAC que « los nuevos asentamientos en Jerusalén Este o en Cisjordania socavan la confianza mutua y amenazan las conversaciones de paz», quedando instaurada la ceremonia del desencuentro de la Administración Obama con la AIPAC.
Entronización de una nueva geopolítica “primus interpares”:
Desde siempre se ha creído que la AIPAC y los halcones del Pentágono actúaban como un gobierno fantasma en Washington, distorsionando la política en función del interés israelí en lugar del de EE.UU, pero la realidad es que el lobby pro-israelí tiene verdadero peso en los ámbitos del poder, pero sólo porque EE.UU. e Israel compartían los mismos intereses geopolíticos.
Así, EE.UU. contaría con Israel para mantener a los Estados árabes de Oriente Próximo bajo la amenaza constante de ataque, asegurándose de paso que se mantengan serviles ante Washington e Israel no podría seguir existiendo en su forma actual sin el fuerte apoyo político y material que recibe de EE.UU. ( más de 2.500 millones de dólares en ayuda militar de EE.UU. en 2009), pero en estos momentos asistiríamos a un conflicto de intereses entre las dos partes, debido al nuevo concepto geopolítico imperante en la Administración Obama, cuyo cerebro sería Zbigniew Brzezinski, el ingeniero geopolítico de Obama,
En una reciente entrevista de Brzezinski a Gerald Posner del The Daily Beast (18 de septiembre de 2009) , Brzezinski advierte sobre las consecuencias desastrosas de “una colisión estadunidense-iraní” de la que Estados Unidos y China saldrían seriamente afectados, mientras Rusia emergería como el gran triunfador.
Así, el previsible cierre del Estrecho de Ormuz en el Golfo Pérsico,( donde atraviesa el transporte de petróleo destinado al noreste asiático (China, Japón y Sur-Corea), Europa y Estados Unidos), elevaría el precio del oro negro a niveles estratosféricos y tendría severas repercusiones en la economía global , pasando a ser la UE totalmente crudodependentiente de Rusia y además, la enorme preponderancia de Irán sobre la mayoría chiíta en Irak pondría en peligro la retirada del atribulado ejército de Estados Unidos e incrementaría la notable influencia de la teocracia chiíta iraní en Afganistán,
Por tanto, la nueva estrategia de la Administración Obama para Oriente Medio buscaría profundizar las líneas de la negociación «multilateral» , (incluida la apertura de una línea directa con el régimen de Teherán, y la conformación de un frente aliado árabe, para aislar a los halcones «militaristas», tanto de Teherán como de Tel Aviv) y estaría además apoyada en las nuevas sanciones impuestas por la ONU a Irán con el objetivo de lograr el debilitamiento real de la economía iraní y con el posible renacimiento de la llamada “Marea Verde”, ( movimiento que trató de socavar las estructuras de la República Islámica)
Además dicha estrategia estaría complementada con las medidas del Pentágono para contentar a los halcones del lobby judío y según informaba el periódico con sede en Londres Al-Quds al-Arabi , más de doce buques de guerra de EE.UU. e Israel, (incluido un portaaviones), habrían pasado por el canal de Suez el viernes y se dirigirían hacia el mar Rojo., previo permiso de las autoridades egipcias, no siendo descartable un ataque preventivo a Irán antes de culminar el proceso de la obtención de armas nucleares , caso de no llegarse pronto a un arreglo diplomático.
Peligra la alianza EEUU-Israel-Turquía:
Para colmo, la votación de ampliación de sanciones en la ONU contra Irán, llegó justo una semana después de que Estados Unidos presionara para que el Consejo no emitiera una dura resolución condenatoria a Israel por su ataque a una flota humanitaria que iba camino a la Franja de Gaza y en la que murieron nueve activistas turcos, por lo que podría peligrar la alianza Estados Unidos- Israel- Turquía.
La crisis diplomática entre Turquía e Israel hace tambalear la alianza estratégica militar de los últimos años y y además de suspender maniobras con Israel, ( Anatolian Eagle,previstos para el próximo mes de octubre), Ankara expulsó a los cazas hebreos de su territorio y podría poner fin a la presencia de instalaciones que los servicios de inteligencia del ejército israelí (conocidos como Aman) mantenían en los últimos años en la parte oriental de Turquía, (una base desde la que se podían escuchar los susurros de Teherán), por lo que Israel se habría visto obligado a lanzar el satélite militar Ofek-9, que cuenta con cámaras de alta resolución y que podría ser utilizado para espiar el programa nuclear de Irán.
Netanyahu, el peón sacrificado:
Tzipi Livni, la líder de la oposición israelí, había presentado una moción de desconfianza contra el gobierno por el manejo de la crisis provocada por la “Flotilla de la Libertad”, un grupo de seis barcos con ayuda humanitaria que fue atacada hace una semana por la Marina israelí, cuando intentaba alcanzar las costas de la Franja de Gaza, con el consabido saldo de 9 pasajeros muertos, 30 heridos y la peor crisis diplomática que sufre Israel en los últimos años .
A pesar de conseguir rechazar dicha moción de censura, Netanyahu ha comenzado a ser objeto de críticas no solo de la oposición política, sino también por parte de la prensa y de oficiales en la reserva que lo acusan de los errores políticos que han conducido a Israel al aislamiento internacional ,en especial dirigidas contra la indecisión de Netanyahu respecto de la formación de una comisión de investigación.
Además, el fiscal general de Israel, Mija Lindenstraus, provocó ayer gran preocupación en el Gobierno al anunciar que pretende investigar el proceso de toma de decisiones que llevaron al abordaje de la Flotilla de la Libertad, así como el fracaso de la política de esclarecimiento por parte del primer ministro, Beniamin Netanyahu, y el responsable de Defensa y dejó claro que llegará allí donde no llegue la comisión Tirkle, (impulsada por Netanyahu para esclarecer los hechos), pero totalmente descafeinada, pues pese a contar con dos observadores internacionales, éstos no pueden votar al tiempo que ni interrogará a los militares que asaltaron la flotilla ni pedirá dimisiones.
Lindenstraus podría pues ponerlos en aprietos ya que desea averiguar por qué los servicios de inteligencia no previeron la resistencia de un grupo de activistas a bordo del Mavi Marmara (,el buque insignia de la flotilla ) y Netanyahu podría ser acusado de errores políticos y de conducir a Israel al aislamiento internacional, rememorando el caso de Ehud Olmert que fue acusado de corrupción y y que finalmente forzaron su dimisión.
Caso de ser defenestrado políticamente Netanyahu, habría llegado el momento de la ganadora moral de las pasadas elecciones israelistas: Tzipi Livni , líder del Partido Kadima y actualmente líder de la oposición ( la baza oculta de la Administración Obama para encauzar definitivamente el proceso de paz palestino-israelí), que estaría dispuesta a recorrer un largo trecho en forma de concesiones a cambio de la paz con los vecinos árabes, aunque siempre con la condición sine-qua-non de lograr que el Estado de Israel sea fuerte, autosuficiente y respetado por los países de la región.
Bajo presión del Cuarteto para Oriente Próximo, Hamás procedería a la liberación del soldado judío Gilad Shalit, (cautivo en la Franja desde el 25 de junio de 2006 ) y en contrapartida , Israel accedería a flexibilizar el boicot a Gaza, no siendo descartable la aplicación por parte de la ONU del Capítulo VII de su Carta Constitutiva.
Dicho Capítulo establece que “ cuando una zona o área determinada cae bajo el control de un grupo político-militar (como lo es la resistencia islámica de Hamas), y cuando la población civil está expuesta o bajo fuego debido a las acciones militares de ese grupo, el Consejo de Seguridad de la ONU debe intervenir para asegurar la protección de la población civil y al establecimiento de la paz allí donde se haya alterado, “ , emulando las pasadas intervenciones de la ONU en zonas como Bosnia y Timor Oriental.
Con estas premisas y bajo presión del Cuarteto, Obama se vería así obligado a participar personalmente en el proceso de negociación con el objetivo de establecer las bases para la creación del futuro Estado Palestino( previo reconocimiento del Estado de Israel por parte palestina ) y que podría concluir con la firma de un Tratado de Paz entre el nuevo Primer Ministro israelí y el nuevo Presidente de la Autoridad Palestina (que sería el representante del nuevo Gobierno de Unidad que surgiría tras la inevitable aproximación de Hamas y Al Fatah).
GERMÁN GORRAIZ LOPEZ