Sí, deplorable, desastroso, desorientado, desorganizado y todo cuanto más se le pueda añadir a este estado de un Estado, pésimamente gobernado o administrado por inútiles e todos o casi todos los estamentos que lo conforman.
¿El pueblo? Pues como siempre, un inmenso rebaño indefenso al que se le engaña constantemente, se le expolia al máximo (ya ruinoso por demás) y que indefenso no tiene otra cosa que entretenerse, mendigar a los que lo expolian y los pocos que aún tienen iniciativa propia, ideas positivas y que pueden hacer algo, simplemente hacen lo que pueden; en la mayoría de casos sobrevivir a esta tragedia en que ya vive España.
En los días 14 y 15 de julio, se monta de nuevo “el circo político”, en que en el parlamento principal (en los autonómicos igualmente se monta “el circo de las autonosuyas” y como remedo y copia del nacional) se debate lo que se ha venido en denominar… “el estado de la nación”.
Allí y como siempre, los representantes de los cientos de “mudos apretabotones”; que en realidad son la inmensa mayoría de lo que jocosamente se siguen denominado “padres de la patria”. Digo que esta “media docena” de jefes de partido, empiezan sus discursos “de hablar mucho y no decir nada”; y así consumen horas y horas, para en definitiva, ya digo… nada de nada y una vez más y como tantas otras, todos salen tan contentos, cuando los únicos aplausos que han recibido son los que les han dado, los de su cuerda. Aplausos obligados y que entran entre las obligaciones de las suculentas prebendas y sinecuras que cobran… “gracias al jefe”.
En éste circo último, se ha llegado a lo inimaginable cual es, el que un inútil jefe de gobierno, que lleva seis años predicando y practicando una cosa (derroche a troche y moche y arruinar todos los fondos públicos aparte de contraer una deuda enorme y nacional) ahora dice todo lo contrario y sin que se le caiga la cara de vergÁ¼enza (no tiene) banalmente dice que va a salvar a la patria… de la ruina que él mismo le ha proporcionado (esto último lo digo yo) e incluso y estando en minoría parlamentaria, sigue con sus fanfarronadas y reta a que le presenten una moción de censura si es que quieren echarlo; que él no convoca elecciones por que no le sale de… “los bemoles”.
El partido mayoritario, se las tiene que tragar todas, por cuanto la llave de esa moción la tienen los parlamentarios catalanes, cuyo portavoz, aparenta sacudirle en las espaldas al presidente nacional, pero lo que le está diciendo en lenguaje entendible por todos, es más o menos lo siguiente… “ya ves que te seguimos teniendo agarrado por los bemoles, así es que del dinero que aún le quede a España, ve preparando cantidades que ni te imaginas, que nos las llevaremos para Cataluña (vascongadas, canarias, si siguen siendo compinches) puesto que si no es así, no te venderemos una vez más, lo que necesitas para seguir arruinando a España… al resto de esos pobres territorios y españoles que los habitan, que les den por la retafumba”.
El pueblo sigue distraído o impotente y sigue hablando del campeonato de fútbol mundial (aún hay muchas banderas colgadas en ventanas y balcones), que no sirve para absolutamente nada en relación a todo cuanto tenemos encima los españoles; pero ese pueblo que aún sigue comiendo y bebiendo, no intuye la ruina actual y mucho menos la que les espera en el futuro, donde ya se dice que las pensiones públicas, no llegarán ni para atender las necesidades mínimas a la mayoría.
Eso sí, las clases privilegiadas (o depredadoras) ya se apalancarán jubilaciones de lujo, en el tiempo que sea y como sea, puesto que como tienen las llaves del dinero y ellos serán siempre los primeros en cobrar, el resto se sobre entiende.
Así y como ya escribiera hace un siglo Vicente Blasco Ibáñez, que supo hacer una disección real y cruda de la sociedad de su tiempo… “el presupuesto de España, en su mayor cuantía, lo consumía el rey y su casa real, el ejército y la iglesia católica”.
No me he atrevido a dar la carcajada que esto último me produce, por miedo a que se me desencajen las mandíbulas y tenga que ir a urgencias… pero es para ello y para mucho más, pensando en esta plaga de “progresistas” que nos cayó encima hace ya bastantes lustros y que nos han llevado a la situación actual.
Y la solución para todo es sencilla, sencilla pero durísima para la plaga de parásitos que nos parasitan; puesto que habría que adelgazar el aparato oficial, como mínimo dos terceras partes, echarlos a todos a la calle y que produzcan, reducir los gastos desde al rey hasta el último de los sepultureros (los dos son necesarios de momento) y dejar la mayor parte del dinero en la iniciativa privada, que bien dirigida y controlada, es la que de verdad produciría riquezas enormes… como ya las produjo en tiempos de Franco y de cuyos tesoros se ha vivido en España hasta que empezaron a endeudarnos, pues en aquella época no había ni deuda, era una economía bastante sana y por tanto sólida en extremo.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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