Un equipo de investigadores de la Universidad de Valencia (UV) ha comprobado que bajo las sombrillas de playa se filtra un 34% de radiación ultravioleta. Según publican en la revista Photochemistry and Photobiology, las sombrillas interceptan todo el flujo directo que llega del Sol, pero no la radiación difusa que se cuela por los lados.
“Hemos comprobado que la irradiancia (radiación incidente por unidad de superficie) que llega al suelo cubierto por una sombrilla es el 34% de la total”, destaca a SINC José Antonio Martínez-Lozano, coautor del estudio y coordinador del Grupo de Investigación de Radiación Solar en la UV.
Para realizar el trabajo, que ha publicado recientemente la revista Photochemistry and Photobiology, el equipo colocó un sensor de rayos ultravioletas en la base de una sombrilla de lona pintada de azul y blanco, de 80 cm de radio y 1,5 metros de altura.
“La sombrilla intercepta la radiación directa que llega del Sol, pero parte de la radiación difusa, que es aproximadamente un 60 % de la global, alcanza el sensor desde el cielo no cubierto por la sombrilla”, explica Martínez-Lozano.
Los resultados demuestran que la loneta tiene una capacidad muy alta para absorber la radiación, “con sólo un 5% de transmisividad”, pero eso no impide que la radiación ultravioleta difusa se cuele por los lados.
El equipo ha desarrollado, además, un modelo geométrico de obstrucción del cielo para calcular la irradiancia que se recibe en los distintos planos horizontales y verticales bajo la sombrilla. En el caso de la irradiancia horizontal, los valores que proporciona el modelo coinciden con los registrados experimentalmente con sólo un error relativo del 3%.
De este forma, y utilizando diversas configuraciones de cielo, suelo y sombrilla, los investigadores han podido simular la situación real de las personas, que no siempre permanecen acostadas bajo los quitasoles, sino que se pueden levantar, sentar o estar de pie.
Protección contra el cáncer de piel
Los científicos confían en que este estudio ayude a entender mejor la epidemiología de algunos cánceres de piel. El exceso de radiación ultravioleta no solo se relaciona con la aparición de melanomas, también con las quemaduras solares, el fotoenvejecimiento, diversos daños oculares –especialmente cataratas-, debilitamiento del sistema inmunitario y daños en el ADN.
La atmósfera terrestre es una barrera natural que atenúa los efectos nocivos de los rayos UV, pero los expertos recomiendan utilizar otras, como sombrillas, prendas de vestir, sombreros de más de 7 cm de ala, gafas con protección y cremas solares. Además aconsejan reducir el tiempo de exposición y evitar las horas en las que el sol está más alto (entre las 12h y las 16h, hora local).
En cualquier caso, el uso racional de las radiaciones ultravioletas también tiene efectos beneficiosos para la salud humana, pues éstas sirven para tratar enfermedades dermatológicas y formar vitamina D3. Incluso algunos estudios destacan sus propiedades para disminuir la hipertensión y reducir la aparición de determinados cánceres internos, como el de próstata.
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Referencia bibliográfica:
Utrillas, María P., Martínez-Lozano, José A. y Núñez, Manuel. “Ultraviolet Radiation Protection by a Beach Umbrella”. Photochemistry and Photobiology 86 (2): 449-456, 2010. Doi: 10.1111/j.1751-1097.2009.00677.x.
Fuente: SINC