Leo cuanto sigue y que me hace sonreír: “El Gobierno suprime las ayudas a VPO; la ministra comunicó ayer a las comunidades autónomas los recortes para 2011; las nuevas medidas afectarán tanto a compradores como a promotores – esas ayudas afectarán igualmente a la rehabilitación de viviendas y al alquiler de las mismas (según IU). Todo esto y mucho más lo leo en ABC del 23-07-2010 el que en dos páginas informa pormenorizadamente de “otra idea luminosa” de éste desastroso gobierno que hace mucho tiempo debiera haberse disuelto y convocar nuevas elecciones, puesto que ya no tienen justificación para seguir estando.
No tienen idea de lo que es crear riqueza, trabajo, bienestar, ilusión y todo cuanto es necesario para que se dinamice una sociedad o un pueblo; todo ya se han vuelto recortes, impuestos, profusión de multas y sanciones; exprimirnos cada vez más sin que ellos redujeran el enorme aparato político que nos aplasta con sus cuantiosísimos gastos y que deben ser reducidos de forma convincente para el que estamos hartos de pagar y no recibir nada a cambio.
Y esas reducciones ya lo he dicho más de una vez, deben ser sensiblemente aplicadas desde al Rey y su casa, pasando por el enorme gasto de la Moncloa y así hasta llegar a todos y cada uno de los que cobran del Estado; suprimiendo tantísimo gasto inútil como soportamos en otros sectores y que podemos situar desde las cantidades enormes que se pagan a sindicatos obreros y empresariales, hasta a asociaciones absurdas y que deben nutrirse de lo que recauden particularmente o desaparecer.
El dinero público si se emplea bien creará riqueza, junto con el ahorro si es bien encauzado; si no es así, la miseria a que nos han llevado estos inútiles seguirá creciendo y ello lo vamos a ir apreciando, nada más pase el “bluf” del verano; puesto que pasado el mismo y con cosas como la que al principio cito, la miseria seguirá avanzando… “imparable”, como dice en otro sentido, un eslogan político que es de risa y que se ha empleado hasta la saciedad en la más arruinada Andalucía, que ya cuenta con un millón cien mil parados… y mucha gente sigue viviendo de la limosna estatal.
Como soy ya bastante viejo y he vivido tantas etapas y he visto tanta miseria y luego una gran prosperidad, debo recordar cosas muy acertadas de los tan criticados cuarenta años de Franco, donde en muchos aspectos se tomaron medidas que dieron un resultado magnífico y aún vivimos muchos millones de españoles que lo vivimos y que a muchos de ellos, nos ayudó a prosperar en la vida y de paso, a crear enorme cantidad de puestos de trabajo, puesto que cuando se consigue “el valor añadido”, es algo notable por lo positivo, puesto que ese efecto se va multiplicando y es lo contrario de lo que ahora ocurre, que lo que se va multiplicando es la miseria… y ello es peligroso.
En los gobiernos de Franco, en primer lugar se tenían férreamente controladas a todas las entidades de crédito, bancos incluidos y el Estado poseía una red de bancos, que regulaban muy bien (o bastante bien) el mercado del dinero, de los préstamos y de todo el movimiento económico; hoy en manos de especuladores y a quienes debemos la situación actual, que ahora quieren corregir y ya veremos si lo consiguen. En USA recientemente el señor Obama, parece ser que “les ha apretado el cinto”, a todo el mundo del dinero y esperamos ello sea efectivo y cunda el ejemplo en el resto del mundo, “el control del dinero no debe dejarse suelto”.
Pues bien, en aquellas épocas, las entidades bancarias, cajas de ahorros y demás; tenían que invertir un determinado coeficiente de caja, en las cédulas que el Estado les obligaba y entre ellas, estaban las cédulas hipotecarias para la construcción de la vivienda, para la industria hotelera y hostelera, para el turismo, para la pequeña y mediana empresa, para la agricultura y en fin, para todo lo que de verdad creaba y crearía riqueza multiplicable.
Aparte de esa obligatoriedad de las entidades, el Estado fijaba unos intereses bastante aceptables para esas cédulas hipotecarias y que incluso gozaban de exenciones fiscales, totales o muy notables; por lo que el ahorrador, encontraba en su compra una remuneración muy aceptable para sus ahorros y además se establecía un mercado bolsístico donde esas cédulas se compraban y vendían, por tanto el que necesitaba su dinero lo podía recuperar rápidamente y sin pérdidas, puesto que aquellos mercados eran bastante estables.
Hoy los especuladores del dinero (bancos en especial) tienen cautivo una enormidad de dinero en forma de “fondos de inversión”, que no benefician a quienes los tienen, por no sabemos qué; pero sí a los que los manejan… “y ellos y el Gobierno deben saber el por qué de ello y por tanto fiscalizarlo y corregirlo los que dicen mandar y dirigir en una nación”. El ahorro está miserablemente pagado hoy, cuándo es en el ahorro y la buena administración donde está la solución de todo.
Hoy el ahorrador ahorra por miedo al porvenir, pero no con la ilusión que antes había de que sabías que ahorrabas precisamente para conseguir un mejor porvenir y que muchos felizmente conseguimos… ¿por qué no se vuelve a estos sistemas? Que alguien me lo explique y que lo haga convincentemente.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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