Hoy, 28 de julio, los dioses de la hipocresía están de rodillas. En Estados Unidos la decisión de la jueza federal Susan Bolton de bloquear las secciones más importantes de la ley que iba a entrar en vigor mañana, obligando a la policía estatal a detener a los sospechosos por su raza o por su acento, criminalizando a los trabajadores ilegales, ejército de reserva de los ricos que desprecian a los más pobres es un respiro para millones de inmigrantes desheredados, en especial para esos millones de latinos, hombres y mujeres invisibles que trabajan de sol a sol y sufren de noche a noche.
Del otro lado del Atlántico, en España, el parlamento catalán finalmente prohibió las corridas de toros.
Como decía, hoy es un mal día para el sadismo mundial. El espectáculo del sufrimiento, enmascarado siempre de justificaciones y buenas razones, bajó el telón por unas horas.
A veces la justicia triunfa sobre los intereses. Son momentos raros, pero existen. Y sólo así progresa la historia.