Sociopolítica

Oriente Medio, Sócrates y el Real Madrid

Mientras el vuelo de Iberia me transportaba desde Tel Aviv de regreso a Madrid no pude dejar de pensar los dislates por los que va el mundo en su apreciación sobre los asuntos del Oriente Medio. Al aterrizar en Barajas y mientras el taxista del aeropuerto se apiadaba de mi rescatándome del frío invierno español y en busca de mi cama caliente cercana a la siempre bella y activa Gran Vía, recordé el remanido adagio de Sócrates y su “solo se que no se nada”. Excluyo misericordiosamente a los ideologizados y fanáticos, ellos tienen claras sus ideas, si se quiere, hasta deben ser respetados por ello, aunque por la criminalidad de sus acciones sean despreciables. Pero me invade la sensación que a muchos políticos occidentales y público en general Sócrates les va al dedillo en la percepción que manifiestan sobre la realidad de aquella turbulenta y conflictiva región.

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Baqa El-Garbiyya, una ciudad israelí poblada por árabes, que no quiere tener nada que ver con un posible Estado Palestino

El taxista me cuenta de que va la marcha por estos días en la siempre hermosa Madrid, el esta preocupado “por la mala campaña del Real” y el derby que se avecina con el Barcelona que no encuentra al equipo en su mejor rendimiento, Lo escucho atentamente, el Madrid siempre dispone de mi simpatía al igual que el River Plate de la Argentina, 2 viejos amores junto al La Salle de Beirut — en básquetbol –, si de deportes hablamos por allí va mi costado deportivo. Pero de momento mi pensamiento va por otro lado, lejos del mítico estadio Bernabeu.

Estoy de regreso de Jerusalén, Haifa, Hebron, Tel Aviv, Belén, el Golán, la frontera Sur del Líbano, Ramala y los territorios palestinos, recorrí esos sitios por 15 días pudiendo ratificar conocimientos y descubrir otros de primera mano en dialogo con diputados de la Autoridad Nacional Palestina como el Dr. Ahmed Abu Holy (Abu Ghareb), también con el Primer Ministro Fayyad y varios funcionarios de la ANP de los que pude conocer cual es el pensamiento actual palestino. Colecte allí la inapelable experiencia que ofrece el terreno mismo de los eventos donde se dirime el conflicto. Personalmente no me sorprendí por los diálogos off the record de algunos funcionarios palestinos. Pero la jauría antisemita internacional que a menudo va de marcha por el mundo aliada con la izquierda anacrónica hurtándonos nuestro verdadero sentido del “Progresismo” haciéndose llamar “progresistas”, si se sorprendería, aunque a decir verdad, no estoy tan seguro que quisieran conocer ciertas realidades.

Usted mismo como lector, aun de buena fe, se sorprendería al conocer las percepciones de muchos dirigentes de la ANP como me sorprendí yo por un tema puntual: “El Muro”.

El Muro es una construcción a la que muchos en Occidente — guste o no — definen como de Apartheid. No pretendo avanzar sobre posiciones de rechazo o apoyo en esta materia ni en lo que pueda simbolizar. Lo cierto es que cuenta efectivamente con 350 kilómetros de construcción, aunque en principio estuvo planificado construirlo por 750 kilómetros (la construcción fue interrumpida por orden de la Corte Suprema israelí ante un reclamo judicial de sectores palestinos. Si! leyó bien, organismos no gubernamentales internacionales y sectores palestinos presentaron un pedido de bloqueo y la Corte israelí hizo lugar a la queja esgrimida por estas agrupaciones, así se detuvo la construcción. Para algunos un acto de demagogia, para otros un ejemplo de una medida democrática en un estado democrático, algo impensable en varios países de la región si la cosa fuera a la inversa). No menos cierto es, que en los últimos 2 años el nivel de atentados suicidas y asesinatos de población civil israelí según las estadísticas marca un descenso del 91%. De los 350 kilómetros construidos, solo el 25 % de ellos es muro de cemento, el 75 % restante es una cerca de alambre con sensores no electrificados. Para mi sorpresa, descubrí que mas allá de mis estudios y de no pocos años de indagar e investigar los eventos del Oriente Medio, los medios de prensa, las agrupaciones que malversan la defensa de los derechos humanos, los pacifistas del mundo devenidos en anti-imperialistas y los neo-antisemitas camuflados de anti-sionistas: Me habían mentido por todos estos años respecto del muro.

Visite también la ciudad árabe israelí de Baqa El-Garbiyya, una importante urbe de unos 35 mil ciudadanos israelíes cuya población es totalmente de origen árabe-palestino, me entreviste con el Alcalde Jamal Majadla que también es Rector de la Universidad de la Ciudad, visitamos juntos la Universidad, observe como estas personas no quieren ningún trato con los sectores a los que ellos mismos denominan terroristas sin sonrojarse como si lo hacen los irresolutos funcionarios de Naciones Unidas. Orgullosamente el Alcalde me decía que sus hijos y los niños de la ciudad tienen futuro allí, que ellos mismos cuentan con movilidad social y que su hermano “es el Ministro de Cultura y Deporte del Estado de Israel”, algo impensado desde luego en un país árabe para un judío. Esta vez pensé aliviado, no mintieron con esto en occidente. ¿O será que no lo hicieron porque no tienen conocimiento que Baqa El-Garbiyya existe? Y si lo supieran cual seria la diferencia: no es rentable para los profetas del odio y la envidia dar a conocer este tipo de cosas.

El taxista continúa poniéndome al corriente sobre nuestro equipo de fútbol favorito mientras conduce y me dice que no es justo “que todas las ostias” caigan sobre el entrenador del Madrid, que los jugadores son responsables y no están rindiendo y ninguno escapa a su enojo desde el portero a los diez de campo por igual. Parece, según el hombre que la culpa no es toda del entrenador.

Algo similar ocurre con la propaganda que Hezbolá dirige a los libaneses de cómo defender al Líbano de las agresiones israelíes sobre el territorio libanés manteniendo su mito original de manera inexacta, cuando no falsa, sobre la agresión israelí contra el pueblo palestino y el libanés.

El gobierno del Primer Ministro Siniora influenciado por la oposición defiende esta postura, algunos diputados, los minoritarios, discrepan con ella. La realidad es que nunca ha existido “una directa e inicial” agresión israelí contra el Líbano y cualquiera que evalúe analítica e imparcialmente los últimos 60 años de la historia reconocerá este hecho. La excepción a este tema la configuran las masas árabes empobrecidas y adoctrinadas desde 1948, intoxicadas por regímenes dictatoriales que han manipulado este aspecto propagandístico para mantenerse en el poder absoluto inventando el mito del enemigo externo: Israel.

Lo cierto es que Israel nunca ha sido agresor militar primario con el Líbano, ni una sola vez. Desde el 14 de mayo de 1948, cuando cuatro ejércitos de los siete países de la Liga Árabe de ese momento, Egipto, Irak, Transjordania y Siria con el respaldo de Arabia Saudita y Yemen, atacaron a Israel en violación de la Resolución 181de la ONU al no aceptar la partición de Palestina en dos estados, uno palestino y otro israelí. Los ejércitos árabes fueron derrotados produciéndose así el masivo éxodo de civiles palestinos. La historia moderna mundial documenta y demuestra claramente estos eventos con excepción de aquellos libros de historia y literatura de los estados árabes cuya memoria selectiva y sesgada es mundialmente conocida y se lleva adelante con el fin de canalizar las frustraciones de las masas pobres a quienes se les otorgo un enemigo exterior para evitar cambios y mantenerse en el poder, fue así que los regímenes árabes inventaron el «mal» en el enemigo israelí. Y han causado a partir de ese momento, el sufrimiento de millones de ciudadanos de sus propios pueblos.

En concreto y por los últimos 60 años, los estados árabes abandonaron a su suerte a sus propios hermanos palestinos, condenándolos a vivir de manera brutal y miserable en campamentos de refugiados, se les negaron sus derechos humanos básicos y han vivido en la más absoluta pobreza y denigrante abandono siendo utilizados para la violencia y olvidados en la ayuda humanitaria, mientras muchos países árabes extraen miles de millones de dólares diarios en petróleo. Los hechos están documentados a través de la historia: Treinta y dos mil palestinos fueron asesinados en el recordado Septiembre Negro de 1970 en Jordania cuando se levantaron contra el régimen del reino hachemita. Ochocientos según la ONU, tres mil según fuentes palestinas, fueron asesinados por extremistas cristianos en los campos de refugiados de Sabra y Shatila en Líbano. Otros 5000 fueron muertos por chiítas prosirios en Borj El Brajneh, también en Líbano. Miles fueron detenidos, torturados y muertos en Siria. Cientos de miles fueron deportados masivamente de Kuwait y el Golfo después que Arafat y la OLP hiciera público su apoyo a la invasión de Saddam Hussein en la primera guerra del Golfo. Numéricamente, muchos más palestinos murieron y sufrieron cruelmente a manos de sus propios “hermanos” árabes que por acciones militares de Israel.

Tampoco Líbano padeció ataques de Israel en 1948 en su guerra de independencia y a pesar del ataque no provocado que sufrió el estado israelí. Tampoco Israel invadió el Líbano en 1956 en la guerra del canal de Suez, ni lo hizo durante la guerra de los Seis Días de 1967, ni en 1973 en la Guerra de Yom Kipur. Líbano ha estado a salvo del conflicto árabe-israelí durante décadas, hasta que Siria abrió su territorio a la guerra de guerrillas palestinas, hecho que fuera luego legalizado por el propio gobierno libanés de ese momento ante presiones de la Liga Árabe en el tristemente celebre «Acuerdo del Cairo» en el año 1969 donde se concedió el territorio del Sur del país a la OLP para atacar a Israel, con lo que se favoreció la justificación de Israel a su legítima defensa para atacar Líbano.

La guerra de los grupos terroristas palestinos desde el Líbano contra el Estado de Israel persistió desde los años 1970 y hasta 1980 y ello llevo al Líbano a enfrentar las represalias israelíes contra los ataques ejecutados por los palestinos desde territorio libanés. Finalmente, en 1982, Israel entro al Líbano llegando hasta Beirut venciendo militarmente y obligando a Yasser Arafat y sus grupos armados a marcharse a Túnez, ocurrido esto, fueron entregadas nuevamente a los libaneses las instituciones de su estado y soberanía hasta ese momento tomadas y usurpadas por las guerrillas palestinas. Líbano pudo así realizar una elección democrática consagrando presidente por mayoría abrumadora a Bachir Gemayel que fue rápidamente asesinado por Habib Chartouni, un agente del régimen sirio, reanudándose así el circulo vicioso de utilización del Líbano como escenario para las «guerras de los demás».

En 1982, Siria e Irán crearon Hezbolá como un sustituto de la resistencia palestina y se reactivaron los ataques contra Israel. Las nuevas agresiones generaron las consabidas represalias israelíes que culminaron finalmente con la ocupación de una zona de seguridad en el sur del Líbano. Ese mismo año Líbano e Israel comenzaron conversaciones sobre un acuerdo de paz que nunca se pudo concretar debido al régimen Sirio y su constante sabotaje e injerencia en las decisiones y la independencia del Líbano.

Si hacemos un salto en la historia y nos situamos ya en 2008 veríamos por ejemplo a Jordania. El Reino hachemita Jordano tiene un tratado de paz con Israel y disfruta de facto de la protección EE.UU.-OTAN junto a cientos de acuerdos, tratados bilaterales y ayuda económica para fortalecer su economía y asegurar su estabilidad. Jordania no necesita de 40.000 misiles en su estrategia de defensa para protegerse de Israel. ¿Porque entonces el Líbano debería necesitarlos? Queda muy claro que la lógica de la propaganda de que la fuerza es lo que protegerá al Líbano es absolutamente errónea e infantil y esta fundada en el odio y la violencia de algunos cuyas mentes y pensamientos han quedado anclados en el siglo VII.

La diputada libanesa Nayla Muawad sostuvo inteligente y valientemente hace pocas semanas que un tratado de paz con Israel, un vecino que como lo demuestra la historia nunca fue “agresor militar primario” es la mejor — si no la única — solución para proteger al Líbano. La paz es la única estrategia de defensa posible, la resistencia es el camino seguro a la destrucción total y absoluta del país y quienes la proponen son los verdaderos enemigos del Líbano, indico la diputada Muawad.

Personalmente agregaría que, ahora que el nuevo gobierno libanés se ha fusionado con la oposición, todos los libaneses están amenazados en su existencia. La próxima represalia contra Hezbolá puede significar la destrucción a gran escala del Líbano en una guerra de “no tan baja intensidad” como las conocidas hasta aquí. El régimen de Irán — en palabras de su presidente Ahmadineyad — desea la destrucción de Israel y se vale de Hezbola y Hamas para atizar el fuego en la región, pero esta vez, a diferencia de la guerra de 2006 entre Israel y Hezbola, las operaciones militares pueden incluir el uso e intercambio de armas químicas y bombas sucias desde ambos bandos.

Al llegar a mi destino, el taxista me hablaba de la probabilidad de que Bernard Schuster el entrenador alemán del Real Madrid seguramente seria despedido en los próximos días por las malas actuaciones del equipo -el hombre estaba en lo cierto, acabaron despidiéndolo ayer-. Pero mi pensamiento se focalizaba en ese momento en otra probabilidad. En el probable y no deseado escenario del Oriente Medio en el mediano plazo y su extrema gravedad tanto para el Líbano, los palestinos e Israel. Aunque para entonces, mi sorpresa ya no refería a Baqa El-Garbiyya, al Muro o a los diálogos que mantuve con los funcionarios palestinos e israelíes, sino a “la inacción de la comunidad internacional” cuya obligación -incumplida hasta hoy- es la de evitar tragedias mayores. La comunidad internacional continua sin espabilarse e imbuida en la ironía que pregonaba Sócrates pero carente de su mayéutica y sin comprender que no es mucho el tiempo del que dispone antes de que seamos testigos de un desenlace trágico que pueda cobrar millones de vidas inocentes en la región.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.