Análisis de un ejemplo perfecto de cómo los grandes medios de comunicación manipulan la realidad. Y cuando hablamos de desinformación en la actualidad, uno de los protagonistas es, cómo no, Hugo Chávez.
El reportaje titulado “Venezuela: Esperanza y Fracaso” emitido por el canal 24 horas de Televisión española el domingo 19 de septiembre de 2010 es un magnífico ejemplo para comprobar cómo los medios de comunicación manipulan la realidad con el objetivo esencial de formar opiniones en vez de informar. No por casualidad cuando se habla de la Venezuela de Chávez la manipulación mediática alcanza su apogeo. Según se desprende de los medios de comunicación en nuestro país y en el mundo, más en concreto en el llamado primer mundo, casi el único problema de este planeta es Chávez. No se habla, o se habla muy poco, de lo ocurrido en Honduras, donde mediante un golpe de Estado se liquidó el régimen democrático. No se habla de Arabia Saudí, país donde la democracia es simplemente ciencia ficción. No se habla de la situación de los derechos humanos en Colombia, una de las peores del continente americano. De lo que nadie puede dudar es del protagonismo, extraño protagonismo, de Venezuela, de Chávez en la prensa internacional en general, en la prensa española en particular. Así pues, el análisis de este documental es altamente instructivo para concienciarnos de hasta qué punto de sofisticación llegan los medios a la hora de manipular la realidad. Y por tanto, para protegernos de dicha manipulación.
En las referencias al final de este trabajo se encuentra el enlace a la página web del documental, la noticia que se hace eco de la protesta del embajador de Venezuela en España por la manera en que se hizo, así como un enlace a un programa televisivo venezolano donde se le critica. Asimismo, para ayudar al lector que no haya tenido ocasión de contrastar suficientemente sobre lo que ocurre en la Venezuela de Chávez, he incluido diversas noticias y artículos de la prensa alternativa. Obviamente, no he incluido referencias a noticias o artículos de los grandes medios porque basta con echarles un vistazo casi cualquier día para saber lo que se dice. Queramos o no, todos sabemos perfectamente la imagen oficial que nos transmiten los grandes medios de la Venezuela bolivariana. El propio documental analizado está acorde con dicha imagen. Pero antes de proseguir, quisiera aclarar que yo no estoy, en principio, ni en contra ni a favor de Chávez. Entre otras cosas porque soy un ciudadano corriente que vive en España y no puede juzgar con suficiente conocimiento de causa lo que está ocurriendo realmente en ese país en la actualidad. Simplemente, como ciudadano, reivindico mi derecho a ser informado de la manera más veraz posible de lo que ocurre en cualquier lugar del mundo. Este trabajo simplemente reivindica el derecho a la información. Ni más ni menos.
Una vez visionado por completo el documental, lo cual recomiendo encarecidamente al lector, lo primero que llama poderosamente la atención es la escasez de datos globales, de estadísticas generales. Esto es, cuando menos, sorprendente en un reportaje que pretende informar acerca de la situación general de un país. Además, no se indican las fuentes de los datos mencionados. Y sobre todo, los datos proporcionados tienen que ver con los puntos oscuros del mandato de Chávez. Sólo nos dan algunos datos generales cuando hablan de la delincuencia, de la violencia, del aumento del empleo precario, del rechazo en las encuestas del modelo cubano, es decir, para ilustrar todo aquello negativo o que pudiera parecernos negativo de la gestión del gobierno bolivariano. Sin embargo, cuando se habla de sus logros, como la reducción de la pobreza o de las desigualdades sociales, como las mejoras en las infraestructuras y en la sanidad, nada de nada, los datos no existen, brillan por su ausencia.
Siempre que se pretende informar objetivamente sobre cualquier tema, lo lógico es aportar datos y sus fuentes, incluso aportarlos de fuentes contrapuestas cuando no son coincidentes. Por otro lado, lo suyo es también dar voz, por igual, a las distintas visiones u opiniones, a las partes enfrentadas. En todo juicio, el juez, para intentar acercarse a la verdad y dar un veredicto justo, procura escuchar por igual a ambas partes. No sólo procura que ambas partes dispongan del mismo tiempo, del suficiente para exponer sus argumentos, sino que procura también que ambas partes estén igualmente bien defendidas. Si el acusado no puede pagarse un abogado, el Estado le proporciona uno con la idea, precisamente, de que pueda defenderse decentemente frente a las acusaciones. En la práctica es muy difícil lograr que ambas partes puedan defenderse exactamente por igual porque los letrados enfrentados no son igualmente hábiles. Como suele decirse, los ricos se rodean de los mejores abogados. Y no sin motivo. Sin embargo, la idea es clara: ambas partes deben defenderse de la manera más igualitaria posible. La verdad sólo puede abrirse camino si todas las ideas, todas las opiniones, tienen las mismas opciones. Pues bien, aquí radica uno de los trucos esenciales de la manipulación informativa, uno de los muchos existentes, uno de los más importantes: aparentar que todas las opciones son defendidas por igual cuando en verdad no es así.
En el documental que estamos analizando, quienes defienden a Chávez son sobre todo ciudadanos de la calle, seleccionados en determinados lugares, y un diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela. Por el contrario, quienes hablan en contra de él son unos cuantos expertos o analistas y algunos estudiantes (por cierto, de clases claramente pudientes, no parece haber estudiantes a favor de Chávez, lo cual es muy sorprendente puesto que con él la educación ha mejorado notablemente, si hemos de fiarnos de los organismos internacionales que así lo atestiguan). También hay ciertas personas entrevistadas que no parecen estar ni a favor ni en contra, que más bien podríamos considerar neutrales. Pero lo interesante es fijarse en quiénes declaran a favor y en quiénes lo hacen en contra. Quiénes hablan en contra de la revolución bolivariana son personas cultivadas fundamentalmente. Otra cuestión es su elocuencia. Y quienes la defienden son, a excepción del diputado socialista (que por cierto sólo interviene para hacer autocrítica un par de veces) sobre todo personas de la calle, que lógicamente se saben expresar peor. Algunos se limitan a hacer arengas o consignas. Es como si en el juicio del que hablábamos, el acusado se defiende él mismo contra un abogado de prestigio. En dicho documental, que pretende ser equidistante, objetivo, imparcial, se da mejor voz a los disidentes que a los oficialistas. Sin desdeñar el interés del testimonio de cualquier ciudadano, está clara la desproporción existente. Un ciudadano de la calle no puede tener una perspectiva general de la situación. Para ello se necesita recurrir a los gobernantes, a los opositores, a los analistas. Los testimonios de la gente de la calle son también interesantes, pero son insuficientes. Por si fuera poco, los expertos consultados, además de no basarse prácticamente en datos en los que apoyar sus argumentaciones, dicen cosas francamente muy llamativas.
Como cuando la historiadora Margarita López, refiriéndose a un supuesto electorado de centro, de ciudadanos que realmente no son ni chavistas ni antichavistas, dice:
“Ese sector que tiene una versión más matizada de las cosas que pasan en Venezuela o de las políticas que manan del gobierno, esa porción, que algunos dicen incluso que es mayoritaria, que puede estar entre el 40 y el cincuenta y tantos por ciento de la población, a la hora de las elecciones, ante dos opciones polarizadas o se abstiene, se queda en su casa y no vota, o vota por la opción del presidente.”
¿Quiénes dicen que ese sector de la población puede ser incluso mayoritario? ¿De dónde deduce esta señora que ante las dos opciones polarizadas, a la hora de votar, o votan a Chávez o no votan? Según esta aseveración, por consiguiente, una gran parte del electorado que apoya a Chávez en verdad no lo votaría si hubiera otra opción más centrista. De hecho, una semana después de emitir este documental, en las elecciones parlamentarias venezolanas el PPT, el partido Patria Para Todos, que pretendía recoger el voto de ese supuesto electorado de centro, obtuvo apenas un par de diputados. Esto desautoriza por completo a esta historiadora. Lo cual ya era bastante previsible por la manera en que emitió sus opiniones carentes del más mínimo rigor. Si estos son los analistas que han utilizado para radiografiar la realidad venezolana, ¡empezamos bien!
Luís Pedro España, del Instituto de Investigaciones Sociales, dice que Chávez ha dado más protagonismo al pueblo, a los pobres, a las clases populares, pero al mismo tiempo (siempre usando la palabra “quizás” de forma reiterativa en sus apreciaciones) los ha hecho más “dependientes”, “sus cadenas son mucho más gruesas”. “Quizás”, “quizás”, “quizás”. Muy serio el análisis de este señor. A ver cómo se come que unas personas que ahora tienen más protagonismo, es decir, que tienen cierto control sobre sus vidas, son menos libres, tienen cadenas más gruesas. Que me lo expliquen. ¿Por qué ahora las clases populares son más dependientes? ¿Dependientes de qué? ¿Del petróleo? ¿Antes de qué dependían, si no disfrutaban de las rentas del petróleo? ¿Uno es más dependiente del dinero cuando lo obtiene? ¿A eso se refiere? ¿A que un pobre es más independiente del dinero porque no lo conoce? ¡Pues que viva la dependencia! Este señor es el perfecto ejemplo de los supuestos expertos en que se basan los medios de comunicación capitalistas. No es de extrañar que con semejantes gurús la economía sea tan errática, tan imprevisible, que nos dé los sustos que nos da.
Nos dice la voz en off de este documental que uno de los logros de Chávez es el de haber disminuido la pobreza y las desigualdades sociales, “que nadie lo discute”. Podrían, de paso, haber dado algunos datos de la ONU. Podrían habernos mencionado que Venezuela ha reducido la pobreza incluso antes de lo previsto por las Naciones Unidas, que es el único país de Latinoamérica que ha cumplido con los objetivos del milenio contra la pobreza. Pero no. Basta con decir que nadie lo discute. ¿Querrá esto decir que otras de las afirmaciones dichas en este documental sí son discutibles? ¿Por qué, si es así, no se han dado datos contrapuestos, por ejemplo para hablar de la violencia? La voz en off nos dice que, sin embargo, las causas estructurales de la pobreza no se han resuelto. ¡Por supuesto! Que me den algún ejemplo en la historia de la humanidad donde un país en pocos años haya resuelto la pobreza, sus causas estructurales. De paso, digo yo, lo suyo hubiese sido informar, sobre dichas causas estructurales, aunque sea sólo mencionarlas.
Pero aun así, una cosa puede deducirse fácilmente: si la pobreza ha disminuido, como reconocen (aunque ellos por si acaso no dan cifras, no vaya a ser que veamos la contundente disminución de la pobreza), se estará, quizás, en proceso de resolver sus causas estructurales. Que todavía no se hayan resuelto no significa que no se esté haciendo nada por hacerlo, o que no se pretenda hacerlo. Podrían explicarnos un poco qué está haciendo el gobierno de Chávez para intentar resolver la pobreza, o qué no está haciendo y debería hacerse. Decir que la pobreza ha disminuido pero que las causas estructurales no se han resuelto es casi como no decir nada. De todos modos, el documental obvia el hecho de que la disminución de la pobreza en Venezuela desde que gobierna Chávez ha sido una de las más importantes de la historia del país y de Latinoamérica. Se conforma con decir que la pobreza ha disminuido. Menos no se puede decir. Lo siguiente hubiera sido mentir ya descaradamente. Por otro lado, más adelante, se habla de que las políticas sociales han sido importantes, pero no se concreta. No se dice nada, por ejemplo, de la educación. No se menciona que Venezuela erradicó el analfabetismo. En fin, parece ser que los logros de Chávez se reducen a la preeminencia de “políticas sociales” y a la “reducción de la pobreza”. Así de escueto y de genérico.
Manipular la verdad no consiste sólo en mentir, en obviar, en censurar, sino también en contar las cosas de cierta manera, incluso en gestionar el tiempo empleado para contarlas. Uno de los grandes trucos de la desinformación consiste en pasar rápido por aquellas informaciones que no interesan y explayarse en aquellas que sí interesan. Por ejemplo, los noticiarios de la televisión se han convertido casi en una continua crónica negra de asesinatos en la cual se dan toda serie de detalles macabros, en la cual casi todos los habitantes del pueblo de turno donde se produjo algún hecho violento son entrevistados, mientras que otras noticias son dadas en unos pocos segundos sin apenas dar datos ni entrevistar a sus protagonistas. Se pierde mucho tiempo innecesario en ciertos hechos, haciendo multitud de entrevistas a ciudadanos que no aportan casi nada y, por el contrario, para otros eventos no hay tiempo. Los dirigentes de los sindicatos o de ciertos partidos políticos, especialmente los más críticos con el sistema, no tienen voz o apenas la tienen, pero quienes eran amigos de tal asesino o asesinado casi pueden hasta contar su vida. La desinformación consiste en eso: en hablar mucho para no decir casi nada, en dedicar mucho tiempo a no decir nada prácticamente, sobre todo nada peligroso para el sistema establecido.
Nuestro ilustre analista, Luís Pedro España, es capaz incluso de decir que la “gran explicación” de la pobreza en Venezuela es el aumento del empleo precario desde que gobierna Chávez. Aquí el susodicho analista, con perdón para los verdaderos analistas, nos proporciona un dato, uno de los pocos datos que se nos da a lo largo del documental (por supuesto sin decirnos la fuente): el empleo precario en Venezuela ha pasado de 4 millones de personas a 7,5 millones. “Es una cifra escalofriante y esa es la explicación de la pobreza”, dice.
Nótese cómo se da este dato. En vez de decirnos en qué porcentaje relativo ha aumentado la precariedad, nos dice que el empleo precario ha aumentado porque el número de personas con empleo precario ha aumentado. Pero es que, quizás, esto que se nos aparece tan negativo a primera vista, en verdad no lo sea tanto. Porque puede haber ocurrido que las personas que ahora tienen empleo precario, antes no tenían ni empleo. Pudiera ser que el empleo precario haya aumentado en términos absolutos porque el empleo en conjunto haya aumentado. Es más, pudiera ser que aun habiendo aumentado el empleo precario en términos absolutos, no lo haya hecho en términos relativos, porcentuales. Quizás, quizás, quizás. Esto no lo sabremos gracias a este señor ni gracias a este documental. Esto se llama informar y explicar. Está claro que es importante que nos proporcionen datos, pero esto de por sí tampoco es infalible. Tan importante como que nos aporten datos es que nos los aporten adecuadamente. Pero la cosa no queda ahí. Yo me pregunto: si la gran causa de la pobreza es el empleo precario y si éste ha aumentado “escandalosamente”, ¿cómo es posible que la pobreza haya disminuido, como todo el mundo reconoce? ¿No debería, precisamente, haber aumentado? No entiendo nada. ¡Y acabamos de empezar!
La causa de la pobreza, según dicho experto, “la gran explicación” como dice textualmente, no tiene nada que ver con la distribución de la riqueza del país entre sus ciudadanos, sino en que el empleo es más precario. Podría habernos explicado, de paso, qué entiende por empleo más precario. ¿Esa precariedad no es la flexibilidad de la que nos hablan aquí continuamente? ¿Cómo es que aquí, en España, como en casi todos los sitios, de acuerdo con el dogma neoliberal imperante por doquier, nos dicen que el empleo debe ser flexible para crear riqueza, para que la economía crezca y funcione, y ese señor achaca la pobreza de Venezuela, precisamente, a dicha flexibilidad, a dicha precariedad? ¡Que nos traigan a ese experto a España! ¡Aquí tenemos mucho empleo precario! Y más que vamos a tener si sale adelante la contra-reforma laboral de nuestro gobierno presuntamente socialista, ya ni siquiera socialdemócrata. Que el empleo haya aumentado, si es que así ha sido, yo creo que es algo positivo. Que sea demasiado precario es algo, obviamente, negativo. Pero que me expliquen cómo puede ser eso la causa última de la pobreza de un país. Yo siempre pensé que la causa principal de la pobreza era la inexistencia de riquezas o su mal reparto. Pero la verdad, ahora ese señor me ha hecho replantearlo todo, me ha hecho dudar, me ha iluminado. Quizás, quizás, quizás.
En el documental analizado algunos ciudadanos de ciertos barrios nos explican los problemas de infraestructuras que tienen en la actualidad. Alguno nos dice que, a pesar de las necesidades latentes, ha habido ciertas mejorías en los últimos años. Alguno pide incluso auxilio porque no tienen lo básico. No hay datos globales que nos permitan saber cuánto ha variado la situación, en cuanto a infraestructuras, desde la llegada al poder de Chávez. Tan sólo testimonios puntuales en ciertas calles, en ciertos barrios. En este documental se centran más en explicar lo que falta por hacer que en lo que se ha hecho, se contentan prácticamente con mostrarnos la situación actual, sin darnos una perspectiva general, sin compararla con la que había antes de la llegada al poder de Chávez, que era precisamente lo interesante. Es imposible, en base a la información proporcionada por este documental, saber cuánto ha cambiado la situación en el conjunto del país. Por lo menos, en cuanto a los posibles aciertos del gobierno actual. No así, como veremos, en cuanto a los posibles desaciertos.
Se nos habla, un poco de pasada, de organizaciones comunales, pero no se nos explica en qué consisten exactamente. Se nos habla de cooperativismo pero se nos sentencia que son experiencias ya en decadencia, sin dar ninguna explicación. Nos dicen que han contribuido a reducir la pobreza pero que no atajan los problemas de fondo, sin mencionar siquiera cuáles son éstos. Se nos dice que la gente se auto-organiza, auto-construye sus casas, pero no se dice nada de cómo puede ser eso posible. ¿Por qué ahora la gente se auto-organiza y antes no lo hacía? Se habla de ciertas mejoras en la sanidad pero casi se insiste más en que aún son necesarias más mejoras. Los datos brillan por su ausencia. De esta manera se nos presentan los logros del gobierno de Chávez de forma escueta, sin datos que pudieran ilustrarnos para saber la magnitud de los mismos, como escasos y como casi algo ajeno a él. Se resta protagonismo al gobierno de Chávez. Sobre todo para lo bueno. Se nos da la impresión de que el dictador, como le llaman en tantos medios de nuestro país, se ha limitado a darle al pueblo algo de dinero, de que consiente que se auto-organice, de que no interfiere en sus asuntos locales. Parece que el gobierno tiene poco que ver con la auto-organización de las clases populares. Parece como si la gente se hubiera empezado a auto-organizar por arte de magia, espontáneamente, por su propia iniciativa. ¡Intentemos auto-organizarnos aquí en España! A ver cómo reaccionan nuestro gobierno, nuestros políticos, nuestros grandes empresarios, nuestros medios de comunicación. No se habla para nada de los posibles esfuerzos de Chávez para hacer protagonizar al propio pueblo la revolución. Del posible papel decisivo hecho desde arriba para que los de abajo asuman el protagonismo. Tan sólo alguna mención a que Chávez ha dado algo de dinero. Parece, pues, que eso es lo único que ha hecho.
Por supuesto, en todo el documental no hay ninguna mención a las reformas constitucionales de Chávez. Sólo se dice que inauguró la Quinta Republica. Pero nada de hablarnos del proceso constituyente. Nada de explicarnos en qué se diferencia la actual república de la anterior. Nada de mencionar que gracias a él ahora en Venezuela existe el referéndum revocatorio, al que, por cierto, tuvo que someterse para seguir su mandato. Nada de decir que allí los referendos son vinculantes. No vaya a ser que la gente de aquí descubra que en España no lo son. Y encima afirman alegremente, sin datos, sin argumentaciones suficientes, por supuesto, que Chávez actúa en contra de la democracia participativa. ¿Fomentar las comunas no es fomentar la participación popular? ¿Reformar la constitución para que el pueblo participe más y mejor en la democracia es actuar en contra de la democracia participativa? ¿Cómo se explica que si Chávez actúa en contra de la democracia participativa, ahora, la gente monte comunas, se auto-organice, vote en referendos revocatorios para decidir directamente si los representantes electos siguen gobernando o no? ¿Cómo es posible que la gente ahora asuma protagonismo? ¿La democracia no era el poder del pueblo? ¿Si el pueblo asume más protagonismo, no tenemos más democracia, no es ésta más participativa?
El documental se explaya durante un buen rato para hablar del problema de la violencia, de la delincuencia, del contrabando. En este caso sí nos dan abundantes datos globales. Que si se ha duplicado la delincuencia de todo tipo. Que si Caracas es considerada, tras Ciudad Juárez, la ciudad más violenta e insegura de América. ¡Esto sí lo destacan! Pero la pobreza simplemente se ha reducido. Y de la erradicación del analfabetismo ni mención. Eso no interesa. Nos hablan, ¡por fin!, de lo que ha hecho el gobierno, en materia de seguridad (en materia política o económica parece que no interesa). Para destacar, por supuesto, que no está haciendo lo necesario. Que si “el 80% de los delitos no se resuelven ni se castigan, quizás porque las fuerzas de seguridad están implicadas”. Podrían habernos comparado estas cifras con lo que ocurría antes de Chávez. Pero no hubo esa suerte. Que si “en el 20% de la comisión de delitos en Venezuela hay participación de policías”. Que si “los grupos paramilitares son responsables de 600 ejecuciones extrajudiciales al año”. En fin, es en esta parte del documental, donde la cantidad y calidad de datos aportados se dispara. ¿Casualidad? Aunque, por supuesto, sin comparar antes y después de Chávez (salvo en algún caso muy puntual que, casualmente, perjudica a Chávez). Y sin decirnos nada de las fuentes de dichos datos.
La historiadora Margarita López retoma la palabra para decir que la política de Chávez está fracasando porque ataca a la propiedad privada y la gente tiene derecho a poseer los frutos de su trabajo. En concreto dice que el discurso de Chávez en contra de la propiedad privada no ha calado, lógicamente, entre el pueblo. “La gente defiende la propiedad privada. Si usted tiene un carro, si usted tiene 3 carros, a la gente le parece bien que usted tenga 3 carros, si usted trabajó para eso, usted los debe tener”, dice esta señora. Es increíble el semejante descaro a que llegan algunos supuestos historiadores. Ni siquiera en los regímenes llamados comunistas del Este de Europa se atentó contra la propiedad privada de las personas. El socialismo nunca buscó, ni busca, expropiar las posesiones privadas de todas las personas, exterminar por completo la propiedad privada. Lo que busca es que los medios de producción, las grandes empresas fundamentalmente, sean públicas. En todo caso se expropian algunos bienes particulares de ciertas personas que acaparan mucho, por ejemplo los latifundios de los terratenientes. Nada más y nada menos. Incluso en los países capitalistas como el nuestro las expropiaciones se producen por el interés general, por ejemplo para construir carreteras o embalses. El socialismo no consiste en que cualquier ciudadano no vaya a disponer de coche o casa propia. El socialismo lo que busca es la igualdad de oportunidades, es redistribuir la riqueza. Si se expropia es, normalmente, a los ricos, a los acaparadores. No a todo el mundo, desde luego. Chávez ha expropiado empresas de sectores estratégicos, con el apoyo del electorado.
Por cierto, podrían habernos explicado un poco esto de las nacionalizaciones. Quizás esto tenga algo que ver con la reducción de la pobreza. Pero no. Chávez está atacando a la propiedad privada en general y lógicamente la gente no puede estar de acuerdo con eso porque todo el mundo tiene derecho a poseer ciertos bienes, los frutos de su trabajo. ¡Si Chávez quiere quitarme mi casa y mi coche yo desde luego no puedo estar a su favor! ¡Dios nos libre de él! ¡Menudo elemento! Este documental no es capaz de presentar ningún testimonio de ninguna persona a la que le hayan quitado sus posesiones particulares, si excluimos de éstas los medios de producción. Ni de mostrar ninguna declaración del presidente de la República hablando en contra de la propiedad privada de los bienes de las personas. Se puede estar de acuerdo con el socialismo o no, pero decir que consiste en quitar a la gente todas sus posesiones es flagrantemente falso. Denota mala intención. Como mínimo, ineptitud. Esa señora que se hace llamar historiadora o es muy mala historiadora o miente descaradamente. No sé qué es peor.
El cúmulo de despropósitos de este documental parece no tener límites. Pero hay algo que, al margen de contrastar con otras fuentes de información alternativas, insisto, debe siempre ponernos en guardia: las apreciaciones no documentadas, la poca cantidad y la mala calidad de los datos aportados, especialmente en algunas cuestiones. Cuando alguien no nos proporciona datos, es que no nos quiere informar. Cuando nos aportan datos también podemos ser manipulados. Porque los datos se pueden presentar de cierta manera, porque pueden ser incompletos, insuficientes. Si no hay datos, si son escasos, si sólo se aportan para lo negativo pero no para lo positivo, o al revés, la cosa canta mucho, mucho. Y a lo largo de este documental, supuestamente informativo, los datos brillan por su ausencia (sobre todo en uno de los lados de la balanza). Se nos dice en determinado momento que la corrupción sigue tan vigente como antes, pero no se dan cifras. Ni, por supuesto, se dice nada de la política del gobierno respecto a este tema. No se dice si la corrupción está siendo combatida o no. No se habla de las posibles medidas tomadas, o de las que habría que tomar, si es que no se están tomando. Desde luego, parece que la corrupción no afecta al propio Chávez porque si así fuera estoy casi convencido de que nos lo hubieran dicho insistentemente. Por cierto, si sigue tan vigente la corrupción como antes, ¿por qué pierden tanto tiempo en hablar de ella? ¿No hubiera sido más interesante centrarse en lo que ha cambiado desde que Chávez llegó al poder? ¿Por qué dedican más tiempo al viejo problema de la violencia o de la corrupción que a la inaudita reducción de la pobreza? ¿Lo lógico no hubiese sido justo lo contrario?
Se nos dice que las expectativas populares se han visto defraudadas pero no sabemos de dónde sacan esa conclusión. Eso se ve cuando el pueblo vota. Las encuestas ya son muchas veces poco fiables pero las afirmaciones de ese tipo son el colmo del colmo de la falta de rigor. De hecho, las últimas referencias de votaciones anteriores a la emisión de este documental eran dos: el referéndum constitucional de 2009 donde Chávez venció con el 54,86% de los votos emitidos, y las elecciones regionales de 2008 donde el partido de Chávez arrasó, consiguiendo la mayoría en 20 de los 23 parlamentos regionales, obteniendo el 77% de las gobernaciones y el 80% de las alcaldías. Todos estos datos pueden obtenerse de la Wikipedia. Por tanto, ¿de dónde demonios sacan que las expectativas populares se han visto defraudadas, por qué afirman esto tan alegremente? De hecho, en las elecciones parlamentarias, celebradas una semana después de la emisión del documental analizado, el partido de Chávez logra la mayoría absoluta en el parlamento estatal, aunque no logra los 2/3 que se había fijado como meta. Se puede decir que, en todo caso, el apoyo de Chávez ha bajado, pero de ahí a afirmar tan contundentemente que las expectativas populares se han visto defraudadas hay un largo trecho. Es falsear la realidad descaradamente.
Marino Alvarado, coordinador de Educación y Derechos humanos, nos suelta el siguiente párrafo, que desde luego no tiene ningún desperdicio:
“Más del 50 por ciento de la protesta en Venezuela en este momento es una protesta de carácter popular, aunque la que pueda tener una mayor visibilidad es la protesta de carácter político, ya sea la que realiza la oposición, ya sea la que hacen sectores apoyando al gobierno, que ocupan el séptimo lugar en cuanto a las manifestaciones que se realizan en Venezuela.”
¡A ver si alguien es capaz de interpretar semejante joya de declaración! ¿Qué entiende este señor por protesta? ¿Se refiere a denuncias legales, a manifestaciones en las calles, a críticas en los medios de comunicación, al enfrentamiento ideológico? ¿50 % de qué? ¿Qué significa eso de la visibilidad? ¿Hay protestas invisibles? ¿Este hombre cómo evalúa el porcentaje de protesta? ¿Alguien entiende algo? ¿Le han enseñado a este hombre a hablar en castellano? ¿De dónde sale semejante experto en protestas, que es capaz de decir esas frases tan elocuentes? ¿Comprende él mismo lo que dice? Incluso admitiendo que entendiéramos a qué 50 % se refiere, no se nos dice nada de cómo ese gurú llega a esa conclusión. ¿Será adivino? Este sujeto a medida que va hablando, más que aclarar nos sume aún más en la confusión, si es que ello es posible. Se saca de la manga un dato tras otro, a cual más confuso. Habla de que “las protestas de carácter político ocupan el séptimo lugar en cuanto a las manifestaciones que se realizan”. Según el guión proporcionado en un documento pdf en la web de Televisión Española este señor dice que ocupan el primer lugar, pero yo entiendo claramente que dice séptimo. Por cierto, el guión en pdf tampoco tiene desperdicio. Como diría Groucho Marx: “Claro que lo entiendo. Incluso un niño de cuatro años podría entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cuatro años!»
En cualquier caso, cualquiera de las dos frases es absurda. Pues si ocupan el séptimo lugar, no parece que haya mucha gente protestando contra el gobierno (o a favor). Me cuesta mucho imaginar qué tipos de manifestaciones hay en los seis primeros lugares. En mi país, normalmente, cuando la gente se manifiesta suele ser en contra o a favor del gobierno, o por temas relacionados con la política del gobierno. Normalmente. No he hecho un ranking, ni creía que los hubiera, pero dudo que estén en el séptimo lugar. Cualquier gobierno firmaría por esa estadística. Y si las protestas de carácter político ocupan el primer lugar eso no dice nada. Las manifestaciones populares son normalmente contra los gobiernos, o a favor, en todo caso son de carácter político. Lo significativo para saber si son importantes es la frecuencia y la participación. Que si protestas “visibles” o “invisibles”, que si de “carácter popular o político”, que si 50 % de no se sabe qué, que si el séptimo o el primer lugar. Si esos son los datos científicos que demuestran lo acabado que está el proyecto de Chávez, éste desde luego debe estar frotándose las manos.
En fin, todo un despropósito. He de reconocer que mientras miraba esta parte del documental me he reído como no lo consiguen muchas comedias modernas. Este hombre es un genio prestidigitador de las estadísticas y de las palabras. Casi supera a Groucho Marx en su famosa escena de “Una noche en la ópera” cuando habla de “la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte». Yo reconozco que no entendí nada de lo que dijo ese señor. Tan sólo que, según él, hay mucha protesta. Quizás ese sea el objetivo de tan ilustrativo testimonio: que nos quede claro, avalado por datos científicos, objetivos, que la gente protesta contra Chávez, o por lo memos que hay mucha, mucha protesta. Que la cosa está que arde, vamos. ¡Oléééé!
Esto debería usarse en todas las escuelas de periodismo como el ejemplo a seguir de información seria. ¡Este documental no tiene desperdicio! ¿No han encontrado mejores expertos? Algo también muy curioso de este gran documento audiovisual es la falta de analistas internacionales, lo cual suele ser bastante habitual en cualquier documental que se precie, o por lo menos así era cuando se hacía periodismo en los grandes medios. Porque a pesar de los pesares algo de periodismo se hacía. ¡Qué tiempos aquellos! ¡Y nos quejábamos! Y no menos curioso es que no se consulte a ningún experto en economía, cuando el protagonismo de la revolución bolivariana reside, precisamente, además de en la política, en la economía. Curioso. Lo dicho, este documental es toda una obra maestra del documento audiovisual.
Poco antes del final del documental nos topamos con el controvertido tema de la prensa en Venezuela. En esta parte los autores de este trabajo, los supuestos periodistas que lo han realizado, con perdón para el periodista de verdad, se salen, llegan a la cumbre del orgasmo manipulador. En este tema no dan voz al gobierno ni a los favorables a Chávez. En cualquier tema, lo lógico, si se desea ser imparcial e informar, es dar voz a las partes enfrentadas. Más, si cabe, si el tema es polémico. Pues bien, en el tema de la prensa, polémico como pocos, sólo se da voz a una de las partes. ¡Viva la imparcialidad! Nos insisten machaconamente en que Chávez está amordazando a la prensa. Aunque, quienes lo dicen, no pueden evitar contradecirse continuamente a sí mismos, insultando a la inteligencia del espectador.
Como cuando Teodoro Petkoff, “veterano militante izquierdista y periodista combativo”, como así nos lo presentan, nos dice que Chávez está presionando a la prensa, que es “el gran hermano” de la novela 1984 de George Orwell, pero reconoce, al mismo tiempo, que en Venezuela hay mucha prensa crítica con él. ¿Es que este hombre no ha leído la novela? ¿No se acuerda que en 1984 no existía eso de la prensa crítica? Este “periodista combativo” denuncia la coacción a los medios por parte de Chávez, sin especificar, por cierto, en qué consiste exactamente, pero al mismo tiempo llega a decir que “los medios son críticos, muchos de ellos, no todos lógicamente” con el presidente. “No todos”. ¿Quiere decir que muchos, muchos? Incluso llega a decir que “la prensa escrita y todavía la radio de manera significativa, aquellos que no se han autocensurado, porque hay bastante autocensura en el país como es lógico, sin embargo mantiene una línea crítica”. Nótese cómo dice lo de significativa. Casi le da vergÁ¼enza decirlo. Casi lo susurra. En fin, ¿alguien comprende lo que dice este señor? ¿Cómo se puede decir al mismo tiempo que la mayor parte de la prensa es crítica con Chávez y que hay bastantes medios que se autocensuran? ¡A ver cómo se come eso! ¿Qué pretende este hombre que todo el mundo critique a Chávez? ¿Los que lo critican es porque ejercen su derecho a expresarse y los que no lo critican es porque se autocensuran? ¿Por qué se autocensuran unos y otros no?
No entiendo nada. Debo ser muy tonto. O sea que Chávez limita la libertad de expresión y al mismo tiempo muchos medios, no todos, son críticos con él, incluso beligerantes. Que me lo expliquen. Este Chávez parece un dictador bastante chapucero. Más que un “gran hermano”, yo creo que es un “pequeño hermano”. Aquí en España, desde luego, sabemos muy bien lo que es un dictador en condiciones. Con él no había ningún medio crítico. Aquí en España sí sabemos lo que es autocensura de verdad. Basta con considerar lo que ocurre con la monarquía. Cuando hay censura, o autocensura, esto normalmente afecta a todos los medios. Las declaraciones de ese supuesto periodista, desde luego, no tienen desperdicio. Simplemente con ellas ya podríamos concluir que lo que nos cuentan sobre la prensa en Venezuela es, como mínimo, muy sospechoso. Ese hombre no hace más que contradecirse continuamente. Palabra tras palabra. ¡ChÁ¢peau!
Nos dicen que Chávez cerró Radio Caracas Televisión, por lo menos matizan que su licencia no fue renovada, todo un detalle de rigor (de vez en cuando hay que aparentarlo), pero no nos dan ninguna explicación de por qué lo hizo (se acabó el rigor, ya hemos tenido bastante dosis). No dan opción al gobierno de explicarse, de aportar sus razones. No nos dicen que dicha emisora, según el gobierno, incitó y apoyó el golpe militar contra la democracia venezolana de 2002. No mencionan, a pesar de esto, que dicha emisora pudo emitir hasta el final de su contrato, es decir, durante 5 años más. ¿Que no le renovaron el contrato? Si es cierto que apoyó el golpe, es lo mínimo que se podía hacer. Si en una democracia alguien atenta contra ella, si conspira contra el gobierno elegido por el pueblo, guste o no, lo lógico, lo ético, es defender la democracia. ¿O no? En España por mucho menos se cierran medios. La no renovación de licencias a los medios de comunicación está a la orden del día aquí. Los gobiernos de turno dan licencias a los medios afines y no las renuevan a los no afines. En nuestro preciado documental, se nos saca al vicepresidente de Globovisión, Guillermo Zuloaga, diciendo que su padre fue detenido por emitir una opinión, pero no se nos dice qué opinión emitió. ¡Vete a saber lo que dijo! Esta es la prueba irrefutable de que el canal Globovisión, “de gran audiencia y muy crítico con el gobierno”, según nos dicen textualmente en el documental, está en el punto de mira. De gran audiencia y muy crítico con el gobierno. Que alguien me explique en concreto qué significa estar en el punto de mira. ¿Significa que uno es censurado, que es detenido, que es multado? Hechos concretos, por favor. ¡Qué chapuza de dictadura donde un canal muy crítico tiene gran audiencia! Este Chávez es un aprendiz de dictador, es un aficionado. ¡A ver si alguien le enseña! El vicepresidente de dicho canal nos dice que pueden decir lo que quieran, que son libres, pero esto luego tiene “consecuencias, un alto costo”, y nos da la prueba definitiva: su padre fue detenido en una ocasión por emitir una opinión en el extranjero.
Una vez más, ya son tantas, algo no me cuadra. Resulta que a un señor que emite una opinión en el extranjero lo detienen, y, sin embargo, su propio hijo nos dice que ellos en su país son libres de decir lo que quieran (en un canal muy crítico y de gran audiencia, no lo olvidemos). ¿Por qué no detienen a los que emiten opiniones en el propio país, muy críticas según reconocen en el documental, y no sólo a los que la emiten fuera? ¿No sería más lógico detener a los que emiten opiniones en casa y no a los que lo hacen fuera (más que nada por la repercusión internacional)? Con todo lo que se critica a Chávez fuera, ¿qué mal hace una opinión más (hecha fuera del país)? Que alguien me lo explique, porque yo no lo entiendo. Aquí huele a chamusquina. ¿Nos toman por tontos? ¿O es que lo somos ya tanto que nos tragamos cualquier cosa, que ya ni siquiera se esfuerzan un poco en desinformar con cierta elegancia? ¿No será que las famosas consecuencias de las que habla el vicepresidente de Globovisión consisten simplemente en que Chávez les rebate con contundencia ante toda la población?
Da esa sensación desde luego, pero esto reconozco que es una impresión mía. No tengo pruebas para afirmarlo rotundamente, sólo tengo sospechas, aunque no infundadas. Las tengo por lo que dicen quienes se sienten acosados y por la manera en que lo dicen, por los testimonios que podemos ver en este documental. Que el lector juzgue si llevo razón o si soy un paranoico perdido. Parece como que Chávez puede ser criticado, incluso muy criticado, pero que si él se defiende entonces eso es acoso. Parece como que los medios críticos deben copar la audiencia, el mapa de frecuencias, dominar la escena audiovisual, pero que los chavistas, apoyados mayoritariamente todavía por la población, no pueden aspirar a ser escuchados también. Parece que lo que les molesta en verdad a los medios de comunicación privados (pertenecientes a la oligarquía, que alguien se atreva a negarlo) es no monopolizar a la audiencia, que ésta pueda contrastar entre lo que dicen ellos y lo que dice Chávez que, para su desgracia, es bastante mediático, se le da bastante bien hablar delante de las cámaras. Á‰sta es la sensación que a mí me da la visión de este documental. Hubiera sido interesante oír a las dos partes. Lástima. Seguiremos con las dudas y las elucubraciones. Una buena prueba de lo instructivo que es este documental, de la gran información que nos ha aportado.
Nos dicen que “el acoso es paulatino, con recursos legales, incluso la entrada del Estado como accionista de Globovisión”. Desde luego, nadie me negará que hubiera sido interesante escuchar los argumentos del gobierno. Pero tendremos que imaginarlos. Yo creo que hubiera sido interesante también que nos explicaran qué tipos de recursos legales usa el gobierno para acosar a los medios. Nos quedamos con las ganas de saberlo. No parece que los autores de este documental deseen precisar. Por otro lado, que yo sepa, cuando en mi país, un país donde funciona el capitalismo, una empresa o un organismo compra acciones de otra empresa, eso no se considera acoso necesariamente. En todo caso, puede no gustar. Digamos que forma parte de las reglas del juego. Yo me pregunto: ¿es que Globovisión no ha comprado nunca acciones de otras empresas? Que no lo sé si lo ha hecho o no. Pero si pudiera hacerlo, ¿no lo haría? ¿No está de acuerdo con la filosofía del capitalismo? ¿Está dicha empresa en contra del capitalismo? En fin, a mí ese tipo de declaraciones no me dicen nada. Lo cual no significa que no haya acoso. Que a lo mejor en verdad lo hay. No lo sé. Pero en base a lo que dicen en este documental no puede creerse mucho, la verdad. Este documental, a mí en particular, no me aporta nada concluyente. Pero esto es una apreciación mía carente de pruebas. Puedo estar equivocado. Lo que yo creo que es evidente es lo mal que nos están informando en este mal llamado documental.
Por otro lado, el señor Zuloaga hijo afirma que no cree que Chávez vaya a cerrar ningún medio ahora mismo pero que el “Gran Hermano” amenaza a sus clientes, las empresas de publicidad, más aun, los ataca. Podría haber explicado, por lo menos mencionado, en qué consisten en concreto esas amenazas, esos ataques de los que habla. Lo que sí deja claro es que como algunas empresas se han nacionalizado entonces su cartera de clientes ha disminuido. ¡Ahí nos topamos, quizás, con el quid de la cuestión! El problema es, tal vez, que no pueden hacer tanto negocio porque ciertas empresas pasan a dominio estatal. Pero, no me negará el lector, que ser perjudicado por cierta política general, respaldada por el pueblo en las urnas, no es lo mismo que coartar la libertad de expresión. Convertir los inconvenientes de cierta política en un atentado contra la libertad de expresión es retorcer las cosas hasta extremos perversos. Toda política siempre beneficia a unos y perjudica a otros. En eso consiste la política. Que diga ese señor claramente lo que de verdad le fastidia, en verdad lo insinúa, casi con vergÁ¼enza, casi susurrándolo: no puede hacer tanto negocio. ¿Ese es el peligro de la libertad de expresión en Venezuela? Aquí en España sólo podemos acceder a ciertas informaciones a través de Internet. Los grandes holdings mediáticos hacen suculentos negocios pero muchas ideas o noticias, especialmente las que cuestionan el sistema, por ejemplo la monarquía, son silenciadas, sólo están en el coto de Internet. ¡Que me traigan aquí esa falta de libertad de prensa! Aquí no hay medios masivos de gran audiencia críticos con el sistema. Tengamos en cuenta que allí hay un enfrentamiento sistémico. No se trata sólo de medios críticos con un gobierno sino con el sistema que ese gobierno está desarrollando mediante el apoyo en las urnas. La prensa crítica allí sería equivalente con la prensa antimonárquica o anticapitalista aquí. ¿Alguien conoce alguna televisión o radio o periódico de gran audiencia antisistema aquí en España? ¿Alguien puede, siquiera, imaginárselo? Yo, desde luego, rotundamente no. Repito: ¡Que me traigan aquí esa falta de libertad de prensa!
Yo no quiero justificar nada. No quiero negar ni afirmar que en Venezuela la libertad de expresión peligre. Simplemente digo que no puede concluirse nada en este sentido en base a lo que vemos en este reportaje. No podemos concluir nada si no nos muestran a la otra parte en conflicto, si nos basamos sólo en las declaraciones confusas e incongruentes de una sola de las partes. Se habla de que allí se acosa a la prensa y la única prueba concreta que se aporta es un caso de detención en el extranjero por emitir una opinión crítica. Un caso que no aclaran suficientemente. Aquí en España también se detiene a la gente, incluso a veces se la maltrata policialmente, o se la multa. ¡Que alguien se atreva a emitir una opinión crítica sobre la monarquía! Aquí en España se censuran ciertas noticias. Yo, como simple ciudadano corriente, sin ser periodista, puedo dar ejemplos concretos, puedo también decir sobre qué no se puede hablar en los grandes medios de la prensa española. En mi país no se ven ideas anticapitalistas en la prensa más conocida, no es posible ver nada que cuestione globalmente al sistema, que hable de la democracia, de la República. A mí nadie me ha explicado todavía sobre qué no se puede hablar en Venezuela. No creo que allí no se pueda criticar al sistema que intenta desarrollar Chávez. No creo que no se puedan ver ideas antisocialistas en la prensa venezolana. Todo lo contrario, por lo que da a entender este mismo documental. ¿Alguien ha visto, en los grandes medios españoles, la petición de investigar al Rey admitida a trámite en el Congreso de los diputados? ¿Alguien ha visto la noticia de la fortuna acumulada por Su Majestad, estimada en 1790 millones de euros según la revista Forbes? ¡Que alguien haga alguna foto a unos policías cacheando a unos inmigrantes! ¡Que alguien agite una bandera republicana ante la comitiva Real! Con todo esto no quiero decir que los males ajenos se justifican porque también son propios, sino que cuando se dice que en cierto país la libertad de expresión peligra, hay que dar razones y datos más contundentes. No basta con decir que allí ocurre lo mismo que aquí, incluso menos, y a continuación concluir que allí, a diferencia de aquí, no se respeta la libertad de expresión. Esta forma de plantear las cosas no es seria. Es cuando menos, sospechosa. A estas alturas del documental mis sospechas ya están prácticamente confirmadas: esto no es información, es simplemente propaganda.
Sigamos con esta joya de documental. En él escuchamos cosas, francamente, cuando menos chocantes, como que el directivo de un gran medio privado de comunicación diga que su medio es “independiente”. ¡Que digan a quién pertenece dicho medio! Los acaudalados empresarios Guillermo Zuloaga y Nelson Mezerhane son sus máximos accionistas. La familia Zuloaga forma parte de la oligarquía desde la época colonial. Tan es así que el personaje entrevistado tiene el apellido Zuloaga. Parece el hijo del dueño de la empresa. Debe ser. El empresario Nelson Mezerhane fue el dueño del Banco Federal, hasta que se lo expropió Chávez. ¡Menuda independencia! Ya conocemos ese tipo de independencia. El directivo de Globovisión habrá querido decir que es independiente del gobierno, de este gobierno. De acuerdo. Pero también podemos decir que los medios públicos venezolanos (a diferencia de los españoles, por ejemplo) son independientes de la oligarquía, del poder económico. No sé qué independencia es mejor, francamente. Y no seré yo quien defienda la dependencia de los medios públicos respecto del gobierno de turno. Pero tampoco seré yo quien defienda la dependencia de los medios privados, de los grandes holdings mediáticos, respecto del poder económico. Remito a mis artículos “La libertad de prensa” y “La separación de poderes”, disponibles en mi blog.
Dice el directivo de esa cadena que el gobierno le pone trabas para acceder a las fuentes gubernamentales. Pues bien, si es obligación del gobierno el permitir el acceso a dichas fuentes, que dicho canal lo denuncie ante los tribunales competentes nacionales o internacionales. Y si así lo ha hecho, que no lo sé, lo suyo habría sido decirlo en el documental. Y si no es obligación legal permitir a los medios de comunicación el acceso a las fuentes gubernamentales, esto hubiera sido una ocasión magnífica de poner en evidencia al régimen bolivariano. ¿Por qué no se ha hecho? No será porque no le han dado tiempo de expresarse al señor Zuloaga. Es uno de los entrevistados al que más tiempo se le ha dado en este documental.
Cuando alguien denuncia algo, concreta y explica también las denuncias legales pertinentes que ha cursado, para afianzar su denuncia, para tener credibilidad. Todas las personas consultadas en el documental, con respecto al tema de la prensa, afirman que el gobierno actual de Venezuela les amordaza pero no son capaces de dar ningún caso concreto de censura, de detención, de maltrato, de denuncia legal. La única prueba mencionada es la detención de un señor, del padre de uno de los consultados. Un señor acusado de usura. Si entre todas las personas entrevistadas de la prensa, supuestamente acosada, en el punto de mira como se nos repite machaconamente, sólo han podido mencionar UN solo caso de detención, mal explicado por cierto, es que no parece haber un gran problema de acoso a la prensa en ese país. Cualquiera que pueda acceder a la prensa alternativa de Internet puede mencionar varios casos concretos de detenciones, multas, malos tratos policiales en España. Si a mí, como ciudadano corriente, me entrevistaran, yo podría dar varios nombres. Incluso si una cadena de televisión extranjera quisiera informar sobre el acoso a la prensa en España, entrevistaría directamente a quienes fueron multados, detenidos, censurados o maltratados. ¿Por qué no lo han hecho en Venezuela? ¿No han encontrado a ningún periodista que pudiera testificar ante las cámaras? Curioso. Dicen los periodistas entrevistados que pueden decir lo que quieren pero que se sienten amenazados y no son capaces de concretar, de dar ejemplos. Tal vez este documental sea una auténtica chapuza informativa. O tal vez no.
Se nos dice que Chávez sale mucho en los medios de comunicación, pero no se nos dice cuántos medios hay a favor de él y cuántos en contra. No se nos radiografía el panorama de la prensa venezolana. De entrada el canal Globovisión es un canal de noticias 24 horas. Y no parece ser favorable a Chávez. Con lo cual muchas horas al día Chávez será criticado en dicha emisora. Nos dicen que Chávez acapara los medios, pero también nos dicen que los medios críticos son mayoritarios. Según la Wikipedia, la mayor parte de los medios de comunicación privados de Venezuela son críticos con Chávez. Incluso alguno de los periodistas consultados en este documental reconoce que “muchos medios, no todos lógicamente, son críticos, incluso beligerantes”. Se nos dice que Chávez obliga a los medios privados a emitir sus alocuciones, pero no se nos dice por qué, no se nos menciona la explicación oficial. No se nos dice que, según el gobierno, por lo que he podido leer en la Wikipedia, así se intenta compensar la desproporción entre los medios a favor y en contra. Cuando, no lo olvidemos, por ahora, la población sigue apoyando mayoritariamente a la revolución bolivariana, al gobierno. No hay más que recordar los resultados de las últimas elecciones. Es decir, el gobierno intentaría que la población favorable a Chávez tenga también voz en los medios.
Hubiéramos salido de dudas si nos hubieran dado un dato muy sencillo: número de canales a favor y número de canales en contra. Nos hubiera aportado algo, indudablemente, alguna explicación por parte del gobierno. Pero no. Nada de datos. Nada de contrastar con la parte opuesta. Sólo calificativos como “muchos” o “significativa”. ¡Eso es informar! No seré yo quien defienda que unas ideas, por ser mayoritarias, deban tener más opciones que las minoritarias. Si esto ya atenta contra la libertad de expresión, si ya impide que podamos acercarnos a la verdad (sólo podemos acercarnos a ella si todas las opciones tienen las mismas oportunidades), no digamos ya si son las ideas minoritarias las que tienen más opciones. Y por lo que se desprende de este mismo documental, la mayoría de medios en Venezuela son críticos con Chávez cuando la mayoría de la gente, sin embargo, le apoya. Insisto. Hubiéramos salido de dudas simplemente con un dato: número de medios a favor y número de medios en contra. Pero parece que el objeto de este llamado documental no es resolver nuestras dudas, sino afianzarlas. No es aclarar, sino sumirnos en la confusión. Más en concreto, en cierta confusión, en la confusión que interesa. Esto se puede resumir en dos palabras: el objeto de este mal llamado documental no es informar sino desinformar.
No se nos explica en qué consiste el programa “Aló, presidente”. Según la Wikipedia, es un programa donde Chávez explica su acción de gobierno. No parece que esto sea algo muy despreciable. Sería así si no hubiera medios críticos con él, pero todo apunta a que no es así. Todo lo contrario. Parece que la mayor parte de medios están en su contra. Yo creo que, por el contrario, un presidente que en directo explica al pueblo por qué hace lo que hace, que se somete a preguntas en directo, que toma decisiones en directo (las cuales son presentadas por ciertos medios de información como la prueba más palpable de su autoritarismo, como si los primeros ministros de cualquier democracia no lo hicieran en sus despachos, a escondidas), es algo positivo para la democracia. Todo lo que signifique que los políticos expliquen, rindan cuentas al pueblo, es algo, en principio, positivo. Aunque insuficiente. También es necesario que se sometan a debate ante los contrincantes. Algo que no puede saberse si se hace o no en base al presente documental. Aunque sospecho que si así fuera, si el presidente venezolano no posibilitara el debate con la oposición política, nos lo hubieran dicho hasta la saciedad. Pero esto, lo reconozco, es una apreciación mía de la que no puedo estar seguro. Aunque tengo claros indicios de que puede ser bastante correcta.
Así pues, por no prolongarme demasiado, podemos decir que este documental, por llamarlo de alguna forma, pretende informarnos sobre la Venezuela de Chávez sin aportar datos (o aportando sólo algunos datos de la parte negativa de la situación), sin dar suficiente voz a los que la apoyan, usando distintos tipos de voces (sobre todo gente de la calle en un caso y expertos o gente formada en el otro), no recurriendo ni siquiera al propio Chávez para que se explique. Una de las cosas más llamativas de este documento audiovisual. Cuando se hacen (o se hacían) documentales sobre la situación de cualquier país se recurre (o se recurría), entre otros, a los portavoces del gobierno de turno para que se expliquen, además de a los portavoces de la oposición, además de a los analistas de distinto signo, además de a la gente de la calle de distintas clases sociales. Aquí no. A favor de Chávez casi sólo hablan unos cuantos ciudadanos corrientes que apenas pueden explicarse y que sólo pueden hablar de sus problemas locales, como es lógico, aunque, indudablemente, esto es siempre una fuente de información interesante. Pero ningún portavoz del gobierno, sólo un diputado del partido de Chávez que interviene un par de veces (para hacer autocrítica sobre todo). Quienes hablan en su contra, por el contrario, son conocidos opositores que, sin embargo, no sustentan sus afirmaciones en datos, en hechos concretos, ni siquiera en razonamientos que puedan calificarse como tales. O que lo hacen en base a datos imprecisos, incompletos, muy discutibles, muy poco fiables, cuando no confusos.
Otro truco típico de la desinformación consiste en poner las opiniones o versiones que interesan promocionar sobre todo al final, para que la última impresión sea la que quede. En el periodismo, la última impresión es la que cuenta. Y en este documental todas las opiniones emitidas al final son de analistas críticos con Chávez, excepto la del diputado socialista que, insisto, practica la autocrítica. Parafraseando al director del programa cuando dice que la primera palabra que nos viene a la cabeza al hablar de la Venezuela actual es polarización, a mí, la primera palabra que me viene a la cabeza al hablar de este documental es confusión, y la segunda premeditada y la tercera manipulación. Como mínimo, confusión.
Según concluye este portentoso documental, el problema de Venezuela es su riqueza natural, el petróleo. ¡Maravilloso, genial! Ahora resulta que el problema de un país es que tenga riquezas naturales. Justo lo contrario de lo que cualquier persona con un poco de sentido común diría. El principal problema de Venezuela es que sigue sin despegarse de la maldición del país, del petróleo. ¡Sublime! ¡Ya quisieran muchos países, entre ellos el nuestro, por qué no, tener esa maldición! Se reconoce que la pobreza ha disminuido (esto es algo tan obvio que no reconocerlo restaría toda credibilidad) pero este hecho se minimiza y se desvincula todo lo posible de la política de Chávez. Dan casi a entender que esto ha sido así a pesar de él, en vez de gracias a él. Se nos presenta a Chávez como uno de los dirigentes del golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez, pero no se nos habla nada del contexto en que ocurrió dicho golpe. No se nos dice que el ex-presidente Rafael Caldera acusó al propio presidente Pérez del golpe, cuando dijo que “no se le puede pedir al pueblo que defienda la democracia cuando tiene hambre”. No, por supuesto. Ni se dice que otro grupo de militares, al margen de Chávez, se sublevó poco después. Ni que Carlos Andrés Pérez fue destituido por el congreso tras ser acusado de corrupción. No. Simplemente se dice que Chávez participó en un golpe de Estado. ¡Que les pregunten a los portugueses si todos los golpes de Estado son iguales! ¡Que les pregunten si la revolución de los claveles fue algo positivo o negativo! En Portugal, gracias a la sublevación de ciertos militares izquierdistas, se derrocó a la dictadura de Salazar para instaurar la democracia.
Los golpes de Estado no son siempre iguales. Ni las circunstancias tampoco. Al descontextualizar nos presentan así a Chávez como una persona con tendencias golpistas, autoritarias. Se habla de su participación en un golpe sin más. Sin mencionar que fue contra un gobierno corrupto que tenía a su pueblo pasando hambre. Pero, curiosamente, en dicho documental no se hace casi mención a un hecho mucho más reciente e interesante (si se trata de hablar de la Venezuela bajo la batuta de Chávez, como se supone): el golpe de 2002 en su contra. A mi parecer, casi no se habla del golpe del 2002 porque ese golpe delata mucho a los gobiernos extranjeros, a los medios de comunicación internacionales y venezolanos, a las grandes empresas multinacionales, que conspiran contra la democracia bolivariana. No se habla casi de dicho golpe porque en él Chávez fue víctima. Y no conviene presentarlo como víctima. Porque dicho golpe fue desmantelado por el apoyo del ejército a Chávez. Y lo que es peor, peor para los medios de desinformación, por el apoyo del pueblo venezolano, de una parte importante del mismo. Todo esto no interesa resaltar, ni siquiera mencionar.
Una de las cosas más graciosas de este documental, y mira que hay muchas, graciosas si no fuera por las nefastas consecuencias de la desinformación, es cuando la voz en off casi al final, en un alarde de rigor inaudito (inaudito porque brilla por su ausencia durante todo el metraje) nos dice que “aparentemente las cosas han cambiado desde que gobierna Chávez”. ¡Aparentemente! Por cierto, la palabra aparentemente desaparece en el guión mostrado en el documento pdf. Quizás les haya dado vergÁ¼enza incluirla. Quién sabe. Resulta que de lo dicho a lo largo del documental, lo único que es obvio, que todos ya sabíamos, como es que las cosas han cambiado en Venezuela (para bien o para mal, cada uno tendrá su opinión), nos lo califican de aparente. Esto es como si nos dijeran que la raíz cuadrada de 125 dividido por 2 y multiplicado por 7 es 35 a lo largo de todo el documental, pero de repente nos dijeran que aparentemente 2 más 2 son cuatro. ¡Viva el rigor! ¡Viva la ciencia! Un documental plagado de afirmaciones sin suficientes argumentaciones o algunas que insultan a la inteligencia del espectador, sin datos serios en los que sustentar dichas aseveraciones, y repentinamente nos dicen que las cosas han cambiado aparentemente en Venezuela. Lo cual ya sabíamos todos desde el principio. Ya sabíamos que habían cambiado. Pero ese “aparentemente” nos sume en la duda. La duda razonable aparece aquí repentinamente producto, sin duda, de algún milagro. Quizás se trate de eso. De crear dudas donde no las hay y de crear seguridad donde no la hay. Muy instructivo el documental. Pero muy eficaz. Mucha gente que lo haya visto sin un mínimo espíritu crítico, sin un poco de escepticismo, sin usar un poco el coco, habrá sacado las conclusiones deseadas por los productores de dicho documento. Vamos a decirlo sin tapujos. Ya no hay duda posible (al menos para mí). De dicho panfleto propagandístico.
Otra de las joyas que nos espeta la persona que habla en off es que “se habla de revolución, de poder popular, pero más allá de los discursos, los problemas estructurales siguen sin resolverse”. Por supuesto, no se dice que los problemas estructurales “siguen sin estar resueltos”, o “sólo están en camino de resolverse”, o “empiezan poco a poco a resolverse” (como afirma el diputado socialista, textualmente “estamos comenzando a transitar ese camino”). Así, quizás, muchos televidentes podrán interpretar que en verdad “siguen sin resolverse” significa que “siguen sin querer resolverse”. Así, el espectador interpreta de forma muy probable que no se está haciendo nada por resolver los problemas de fondo del pueblo venezolano, más allá de los discursos. Así, no mencionando las medidas concretas implementadas por el gobierno (sólo se menciona brevemente que se han dado preponderancia a las políticas sociales y que se han realizado ciertas nacionalizaciones, pero más que nada para presentarlas como un atentado contra la propiedad privada de ciertas personas concretas, grandes empresarios de familias oligárquicas tradicionales, aunque de este último detalle nada de nada), no mencionando las reformas constitucionales, las reformas democráticas, algunas de ellas de mucho calado (basta con echar un vistazo a la constitución venezolana actual), no explicando qué se entiende por “problemas estructurales”, y simplemente hablando de discursos, de que se habla, se crea así la imagen de que en Venezuela lo que ocurre es lo siguiente: Chávez se asienta en el poder, el pueblo está siendo dominado por el “Gran Hermano” sin resolver sus problemas de fondo, limitándose el gobierno a dar algunas migajas a las clases populares gracias al petróleo.
En fin, no quiero decir que no esté pasando realmente esto. Que yo en verdad no lo sé seguro porque no vivo allí. Quiero decir que con panfletos publicitarios como el que analizamos no es posible saber, con un mínimo de rigor, lo que ocurre allí. Es más, este documental me hace sospechar que, precisamente, está ocurriendo lo contrario de lo que me pretenden transmitir. El problema es que esto lo consiguen en gente como yo, en gente que estamos mejor informados porque contrastamos con la prensa alternativa, que pensamos un poco más, que no aceptamos las cosas de forma acrítica. En la mayor parte de la gente, que no contrasta con otro tipo de prensa porque no la conoce o porque la desprecia, que se conforma con digerir de forma pasiva lo que ve y oye, sin embargo, el efecto es justo el contrario, el deseado: asentar la visión transmitida. Porque este documental tiene por objeto no informar sino transmitir cierta visión de las cosas para que la gente la asuma. Ya no puede haber dudas en cuanto a esto. Al menos para mí.
En algunos momentos, un poco más interesantes, se nos habla del problema de Venezuela en cuanto a su excesiva dependencia del petróleo. Pero esto se toca muy de pasada y de una manera bastante chapucera. Porque podrían habernos explicado de qué depende la economía venezolana. Podrían habernos dicho si Venezuela sólo depende del petróleo. Sólo nos dicen que el 95 % de las exportaciones son de petróleo. Podrían decirnos cuándo se calcula que se agotará. Qué otros recursos naturales tiene el país. ¿Gas natural quizás? La composición de la economía en sus distintos sectores. El nivel de paro. El consumo interno. ¡Tantas cosas! Y, además, hay algo más que a mí no me cuadra mucho. Se nos dice que el día que se acabe el petróleo la economía venezolana tendrá un grave problema. Pero, que yo sepa, Colombia, país que está justo al lado, no tiene petróleo, por lo menos no tanto. Si el problema de Venezuela es que depende del petróleo, que tarde o pronto se acabará, ese problema ya debería tenerlo Colombia. Es más, toda Latinoamérica. Y no digamos ya los países del Golfo Pérsico que son prácticamente desiertos y allí sí que tienen sólo petróleo. Este panfleto disfrazado de documental, llamemos a las cosas por su nombre, da a entender que los logros del gobierno actual de Venezuela son gracias al petróleo, y casi (por ser prudentes) a pesar del gobierno de Chávez. Esa es desde luego la impresión que a mí me ha dado. Si el objeto de este presunto documento era informar sobre la situación actual de Venezuela, más en concreto sobre la dependencia del petróleo, desde luego, a mí no me ha servido absolutamente para nada. No digamos ya en cuanto a lo de la polarización. Se han limitado a decir que el gobierno se ha ido “radicalizando”, que ha abrazado el marxismo y poco más. Nada de concretar, nada de explicar por qué hay esa polarización. Nada de explicar por qué la oposición es tan beligerante, por qué el gobierno es tan beligerante. Tan sólo el recurso a la palabra “radicalización”, que por supuesto asusta al común de los mortales, y gracias. ¡Con la sacrosanta palabra demonizada “radical” nos hemos topado!
Si el objeto de este documental era informar. Lo cual yo dudo mucho que así sea. Una de dos. O este documental es un auténtico desastre, partiendo de la base de que las intenciones eran buenas. O es propaganda pura y dura de toda la vida, pero con las formas de nuestros tiempos. Yo más bien me inclino por esta segunda opción. No me puedo creer que, casualmente, todos los errores informativos cometidos en este supuesto documental sean en perjuicio de Chávez. La mala imagen transmitida por este reportaje del mandatario venezolano concuerda con la línea habitual de los grandes medios en nuestro país. Parecen demasiadas casualidades. Pero, lo reconozco, estas conclusiones que yo saco no puedo asegurarlas con absoluta certeza, aunque casi. Prefiero pecar de prudente y comedido. El lector juzgará en función de mis razonamientos y del visionado del documental.
Se nos dice que el proyecto chavista está en decadencia, pero no se nos dice el porqué. O se nos da causas incompletas, que vienen a decir nada. Como que tiene “debilidades estructurales”. ¿Por qué no nos explican cuáles son, en qué consisten? Presuntas “debilidades estructurales” que lo hacen “inviable”. Amén. El capitalismo está en plena crisis, una más, pero no hay sistema alternativo. Lleva más de cinco siglos funcionando a pleno rendimiento, ha tenido tiempo de sobra de ser probado, de demostrar si es viable o no y, a pesar de las enormes desigualdades que ha provocado, a pesar del crecimiento a largo plazo de las mismas, a pesar de todo el paro que genera, a pesar de que pone en peligro de extinción a la humanidad y su hábitat, no es inviable, es el único sistema posible. Sin embargo, se intenta probar un nuevo sistema en Venezuela y en pocos años ya se nos dice que es inviable, aunque extrañamente, sospechosamente, no se nos dice en concreto por qué. Tres cuartos de hora de documental para decirnos que el proyecto bolivariano está agotado, pero no me pregunten por qué. Porque unos cuantos expertos, de los que no entendí casi nada, lo han dicho. ¡Amén!
Margarita López, presunta historiadora, nos dice que “Venezuela tiene una economía petrolera rentista, que no logra traducir esa abundancia del recurso en un aparato productivo…”. La cosa prometía. Parecía que, por fin, nos iban a explicar un poco en qué consisten los famosos problemas estructurales de la economía venezolana. Uno (¡iluso!) esperaba que le fueran a explicar un poco en qué consiste eso de “economía petrolera rentista”, que le explicaran algo sobre el aparato productivo del país. Lo lógico hubiese sido consultar a algún economista que nos ilustrara un poco. Que nos hablara de lo que ha hecho Chávez o de lo que no ha hecho, de lo que debería hacer. De sus aciertos y de sus errores técnicos. Pero nada de nada, una vez más. Ni siquiera una breve explicación de las famosas nacionalizaciones. En vez de esto, la voz en off sentencia de forma definitiva:
“Resultaría irónico que el régimen de Chávez, que tantas expectativas y esperanzas ha generado en Venezuela y en todo el continente, se agote ahogado por todas aquellas lacras que tanto critica y denuncia. Venezuela perdería una oportunidad histórica de emprender un nuevo modelo capaz de traducir sus grandes riquezas naturales en grandes mejoras económicas y sociales para todos los venezolanos.”
Que no nos viene a decir prácticamente nada. Simplemente así nos quedamos con la idea de que el régimen chavista parece a punto de agotarse. Quizás, ese era el objetivo fundamental del documental, que nos quedáramos con la idea de que, si no lo está ya, el socialismo del siglo XXI parece agotarse, apenas empezado el siglo XXI. ¡Qué poco tiempo le han dado!
Cuando no se dan datos, cuando no se dan suficientes, cuando los datos son confusos, cuando se dan para lo negativo pero se obvian para lo positivo, o al revés, cuando no se dan las fuentes de los mismos, cuando se descontextualiza, cuando simplemente se dan opiniones no suficientemente razonadas, cuando no se dan las mismas opciones a las partes enfrentadas, cuando no se concreta, cuando no se profundiza, …, no se informa. Este documental no es un informativo. Es simplemente una serie de opiniones emitidas mayoritariamente por opositores al gobierno actual de Venezuela. Opiniones poco o mal razonadas y carentes de datos o basadas en datos que no merecen tal nombre. Es propaganda disfrazada de información. Es subjetivismo disfrazado de objetividad. Es religión disfrazada de ciencia. No debemos confundir la opinión con la información. El problema es cuando la opinión viene disfrazada de información. Así se nos presentan las cosas no como son, sino como desean que las veamos. Así no se nos informa, se nos forma. Se nos forma la opinión. Así es cómo los mal llamados medios de información nos manipulan, haciendo que deduzcamos lo que ellos desean que deduzcamos. En vez de informarnos para que nosotros mismos saquemos nuestras propias conclusiones, tal como nos presentan las cosas, nos fuerzan prácticamente a sacar unas conclusiones concretas: sus conclusiones. Los autores de tales documentos nos fuerzan a asumir sus conclusiones.
La conclusión que cualquier ciudadano puede sacar, si no contrasta suficientemente, si visiona este documental de forma pasiva, acrítica, es que en Venezuela ha disminuido la pobreza, pero que esto ha sido sobre todo por el petróleo; que Chávez no está haciendo nada serio para mejorar las cosas, que simplemente da migajas al pueblo; que las causas estructurales de la pobreza siguen ahí, y sin querer o intentar resolverse; que Chávez tiene tendencias golpistas y autoritarias, por supuesto populistas (ésta es la causa de que la gente le vote, porque manipula a las masas, porque se aprovecha de sus esperanzas, porque las canaliza); que acosa a los medios de comunicación opositores; que acapara los medios como el “Gran Hermano” de la novela de George Orwell (lo cual explica su gran apoyo popular); que su proyecto está acabado y la población ya no cree en él (aparte de una colectividad ilusa que se agarra a la esperanza infundada de que con el gobierno bolivariano el país mejorará), pero que le siguen votando por falta de alternativas, por miedo a volver al pasado; y que hay un serio peligro de totalitarismo, que la democracia está siendo finiquitada por Chávez. “Venezuela: Esperanza y fracaso” es el título de esta joya de documental que, quizás algún día, si logramos alcanzar la auténtica democracia, se imparta en las escuelas de periodismo como recuerdo de cómo se manipulaba la información en las “democracias” capitalistas.
En el mismo título ya nos transmiten el mensaje que quieren impregnar a fuego en nuestras mentes. Fracaso sugiere que el proyecto del socialismo del siglo XXI ya está acabado. Aunque, en verdad, en dicho documental no hayan sido capaces de dar ningún dato, ninguna prueba, ningún indicio, en los cuales basar la conclusión a la que nos abocan desde el principio, declarada a bombo y platillo en el mismo título de este falso documento. El presentador de esta joya, que deberían nombrar candidata a los Oscar en el apartado de cine de animación, José Antonio Guardiola, director de En Portada, ya nos lleva por el terreno que él desea cuando nos habla de que han podido hacer este documento “intentando saltar el muro de la omnipresencia de Hugo Chávez”. ¡Pues no será omnipresente en este documental! ¡Yo no he visto ninguna entrevista a su persona! Se han conformado con entrevistar un par de veces a un diputado de su partido, y lo han sacado sólo para hacer autocrítica, para hablar más de lo que falta por hacer que de lo que se ha hecho. Dando así la impresión de que en verdad no se ha hecho casi nada. Lo que sí yo he detectado, por el contrario, es la omnipresencia de la oposición en este documental, paradigma de objetividad. Según el director de esta joya de documento audiovisual, Chávez tiene omnipresencia en Venezuela, pero resulta que, según da a entender este maravilloso informativo, lo que ha ocurrido (sobre todo lo bueno) en Venezuela desde que gobierna casi no tiene que ver con él, salvo la violencia, la represión a los medios de comunicación y el “Aló, presidente”. En fin, lo dicho, este documental es un canto al rigor, a la información, a la objetividad, de principio a fin. Lo guardaremos como oro en paño para que cuando alguien nos pregunte qué es eso de la desinformación, se ilustre rápidamente.
Si a alguien le preguntan en qué consiste la desinformación, aquí tiene un ejemplo magnífico, perfecto. Desinformar consiste en transmitir opiniones bajo el disfraz de informaciones. En opinar aparentando que se informa. En disfrazar subjetividad con objetividad. Consiste en lograr que la audiencia opine lo que uno desee, pero creando la falsa ilusión de que las conclusiones a las que llega dicha audiencia son producto de ésta, de su libre albedrío, son consecuencia de procesar ella misma cierta información, cuando en verdad la información ya viene procesada, cuando en verdad lo que se ha transmitido es una opinión. Á‰sta es la filosofía general de funcionamiento de los medios de comunicación de masas. Son transmisores de opinión camuflados, disfrazados de transmisores de información. Son medios de adoctrinamiento. Los ciudadanos creen que reciben información, pero en verdad reciben opinión. Creen que sus opiniones son propias cuando son ajenas. Creen que ellos procesan la información cuando en verdad son otros los que se las proporcionan ya procesadas, dispuestas a ser digeridas. Debemos de agradecer a los autores de este magnífico documento por darnos la posibilidad de analizar las técnicas de desinformación actuales. Es una buena forma de combatirlas. Es la mejor forma. Con ejemplos concretos y claros. Una imagen vale más que mil palabras. Este documental es tan sólo un ejemplo más, aunque muy significativo, de la desinformación que practican sistemáticamente los grandes medios de comunicación, los falsimedia como ya empiezan a conocerse en ciertos círculos. Esta manipulación llega al éxtasis con todo lo referente a la Venezuela de Hugo Chávez. Sin ir más lejos, hasta los propios resultados de las elecciones parlamentarias recientemente celebradas en ese país son manipulados. La conclusión que podemos sacar es, como mínimo, que no debemos fiarnos de los grandes medios de comunicación.
La forma de luchar contra la desinformación es sobre todo contrastando para identificar incoherencias, contradicciones. Si contrastamos, dentro de la propia información ofrecida, y sobre todo con otras informaciones opuestas, cuanto más opuestas mejor, indudablemente, nos acercamos más a la verdad. Analizando este mismo documental ya podemos encontrar numerosas cosas que no cuadran, que nos hacen sospechar de la objetividad del mismo. Y si, además, accedemos a otros medios alternativos, a la prensa alternativa disponible en Internet, entonces nuestras sospechas se confirman.
No es suficiente, para algunos temas, especialmente para todo aquello que pueda cuestionar en profundidad al propio sistema, contrastar sólo entre los medios oficiales, entre los medios capitalistas. Todos los grandes medios de comunicación privados, los más conocidos, son capitalistas, pertenecen a grandes capitalistas. Se necesita mucho dinero para tener un medio de comunicación que llegue a mucha gente. Y los medios públicos dependen de los gobiernos de un sistema capitalista. Por esto, ningún medio oficial cuestiona al capitalismo. Todos evitan cuestionarlo. Esto es tema tabú para toda la prensa capitalista. El cuestionamiento del sistema es tabú para la prensa del sistema. Los medios más conocidos son, en todo caso, suficientes para contrastar con respecto a ciertas cuestiones secundarias, pero no con respecto a aquellas que tengan que ver con el propio capitalismo, con la democracia y, en España, con la monarquía. Por tanto, si queremos contrastar sobre cuestiones que tengan que ver con las bases del sistema, debemos recurrir a la prensa que no pertenezca al sistema, que funcione de forma diferente a cómo funcionan los medios del sistema, o por lo menos que no esté tan sometida a la lógica de funcionamiento del sistema. Sólo así el contraste es posible para las cuestiones que atañen a las bases del sistema. Es mayor y mejor en general para todas las cuestiones. En un sistema capitalista debemos acceder a la prensa anticapitalista. En un sistema socialista, por el contrario, a la prensa capitalista. Internet nos lo posibilita. Está rompiendo el monopolio que ostentan los medios sistémicos en todos los países. Internet es casi el último reducto de la libertad de expresión y de pensamiento.
Pero aun así, aunque no contrastemos con otros medios, insisto, por poco que pensemos, que observemos, que analicemos, ya podemos sacar algunas conclusiones interesantes a partir de la supuesta información dada. El problema es que debemos procesar un poco lo que nos dicen. No debemos aceptar de forma pasiva lo que vemos u oímos. Debemos practicar el pensamiento crítico y libre para minimizar la manipulación a la que nos someten. Debemos estar muy alerta porque la forma en que hacen las cosas puede engañarnos. Las apariencias engañan, pero no del todo. Hay que permanecer intelectualmente activo para no sucumbir ante dichas apariencias.
En definitiva, como he intentado demostrar, lo visto en el documental analizado no es nada nuevo. Es desinformación en estado puro, en su apogeo. Es la propaganda de toda la vida. Sólo cambian las tácticas, las estrategias, pero no el objetivo. Sólo cambian las formas pero no el fondo. De acuerdo con este documental, no sabemos en verdad qué ha ocurrido en Venezuela durante el mandato de Hugo Chávez. Tampoco sabemos si su proyecto es viable o no. El tiempo dirá. Pero, desde luego, en base a la información recibida en este documental, no podemos decir nada. Ni a favor ni en contra. Al menos así podemos concluir quienes no somos sometidos a la manipulación, por lo menos no tanto. Habrá que intentar informarse por otros lares. Menos mal que ahora tenemos Internet. Para quienes deseamos estar un poco informados, claro. Para quienes no nos creemos todo lo que nos cuentan. Para quienes intentamos mantener un espíritu un poco libre. Para quienes procuramos seguir pensando con algo de criterio propio. En suma, para quienes procuramos no ser ovejas, no demasiado ovejas.
Finalmente, unas reflexiones personales. Unas opiniones que no puedo demostrar, aunque no infundadas desde luego. Esto es un artículo de opinión. La mayor parte de opiniones que he dado, las he intentado razonar todo lo posible, he procurado demostrarlas. Dar opiniones es lícito. Lo ilícito es no dar opiniones plurales cuando se pretende ser imparcial, no sustentarlas en datos, en argumentaciones. Lo ilícito es presentar una opinión como información objetiva. Las apreciaciones que voy a exponer están basadas en lo que yo he podido contrastar entre los medios de la prensa de masas y la prensa alternativa de Internet. Y son las siguientes.
Con respecto a Chávez hay algo que a mí no me cuadra. ¡Hay tantas cosas que no me cuadran! Y es la siguiente. Si Chávez es simplemente un hombre ambicioso que sólo desea poder, ¿por qué se enfrenta a la oligarquía de su país?, ¿por qué se enfrenta a los Estados Unidos, al país más poderoso del planeta? Cuando alguien desea poder, lo normal, lo lógico, no es enfrentarse al poder establecido. Todo lo contrario. Es venderse a él. Si Chávez lo único que desea es poder, es enriquecerse (no creo que nadie desee poder sin querer enriquecerse también), lo más fácil, lo más rápido, hubiese sido, simplemente, venderse al poder establecido, ponerse de su lado, como tantos y tantos políticos han hecho y hacen. ¿Por qué no lo ha hecho? ¿Por qué, incluso, intenta transformar el sistema, en vez de adaptarse a él, en vez de aprovecharse de él? Cualquier trabajador sabe perfectamente que cuando algún compañero desea ascender, es decir, desea prosperar, tener más poder, ganar más dinero, lo que hace es ponerse del lado del poderoso, del jefe, del empresario, y no enfrentarse a él. Y, menos todavía, intenta cambiar las reglas de la empresa. Las verdaderas intenciones de Hugo Chávez no las sabremos más que con el tiempo. Pero, repito, algo no cuadra con respecto a la imagen oficial que nos transmiten de él en los grandes medios.
Nos dicen que se quiere perpetuar en el poder porque posibilitó que los cargos públicos no tengan un mandato limitado en el tiempo, pero quienes nos dicen eso se olvidan de varias cosas. En primer lugar, que eso se hizo mediante un referéndum en el cual el pueblo lo decidió así. En segundo lugar, que aquí en España el mandato es ilimitado. Y yo no veo a quienes critican que ahora lo sea en Venezuela incitar a que en España el mandato tenga límite. En tercer lugar, que el mismo Chávez también posibilitó que cualquier cargo público pueda ser destituido directamente por el pueblo mediante la figura del referéndum revocatorio. Sin olvidar que todos los cambios constitucionales se han hecho de forma legal, y sobre todo mediante votación popular. Sin olvidar tampoco que Chávez perdió un referendo para hacer ciertas reformas constitucionales. Derrota que aceptó y asumió. Aquí en España, por ejemplo, si el gobierno del PSOE hubiera perdido el referéndum de la OTAN (el único que hemos tenido en nuestra ejemplar democracia que se permite el lujo de dar lecciones a la venezolana), no tendría por que haber aceptado el resultado porque en nuestra democracia los referendos son simplemente consultivos, no son vinculantes. Si la única prueba de que Chávez desea perpetuarse en el poder es el hecho de que posibilitara la reforma constitucional para eliminar el límite de los mandatos, esa prueba es francamente muy pobre, muy poco concluyente, por no decir ridícula. ¡Y que conste que yo no estoy de acuerdo con los mandatos ilimitados en el tiempo! Para mí, fue un error quitar ese límite en Venezuela. Y es un error no ponerlo en España (aunque el desarrollo de la democracia en España tenga otras prioridades). Si tenemos en cuenta todo esto, más lo visto en este documental, más lo visto habitualmente en la prensa de masas (si consideramos el desmesurado protagonismo que tiene Chávez, totalmente ilógico como dije al principio de este artículo), más lo visto en la prensa alternativa, podemos concluir con bastante seguridad que la imagen que nos transmiten en los grandes medios sobre Chávez parece bastante distante de la realidad. Y a partir de esto, podemos intentar explicar lo que ocurre con respecto a Chávez de la siguiente manera.
Dado que ya no se puede evitar la idea de que en Venezuela se intentan cambios, de que se han intentado cambios estructurales, sistémicos, ahora se trata sobre todo de presentar dichos cambios como aparentes, inexistentes o fracasados. Ya no se trata de luchar contra el intento de llevar a cabo la revolución bolivariana, sino de luchar para que ésta muera cuanto antes, incluso prematuramente. Hay que enterrar al proyecto del socialismo del siglo XXI. Antes se luchaba desde la prensa capitalista para impedir que lo iniciaran, para impedir los experimentos sociales, ahora los medios ponen toda la carne en el asador para lograr que finalicen cuanto antes. Y sobre todo se trata de presentar ante la opinión pública mundial que el proyecto de Chávez es inviable, que sólo es viable el capitalismo. No pudieron impedir el intento de revolución, y ahora procuran sentenciarlo definitivamente, cuanto antes. Incluso, se sacan de la manga un posible proyecto de centro con la intención de evitar los cambios sistémicos. La oligarquía internacional, y por supuesto la venezolana, se ha dado cuenta de que el pueblo venezolano no desea volver a la situación anterior a Chávez. Por tanto, ahora se trata de intentar reconducir la situación para ceder algo frente a las clases populares, para considerar los graves problemas sociales venezolanos e intentar mitigarlos con el objetivo esencial de evitar los cambios profundos, los cambios sistémicos, los peligrosos.
La oligarquía está cambiando de estrategia para de alguna manera lograr que el electorado que hasta ahora ha apoyado a la revolución bolivariana, a Chávez en particular, se divida y se reoriente hacia una solución política menos traumática para el statu quo del poder económico. De aquí surge el concepto defendido por el presente documental de centro, de tercera vía. Esto es algo que ya ocurrió en el pasado. Cuando el sistema capitalista se ve en peligro, cede un poco para evitar romper la cuerda, para sobrevivir. No es de extrañar que en los próximos meses o años asistamos al nacimiento de un movimiento de orientación socialdemócrata que intente reconducir la situación hacia un capitalismo de rostro más humano en Venezuela, con el fin esencial de perpetuar el sistema capitalista. Objetivo prioritario de la oligarquía. El partido PPT podría ser el germen de dicho movimiento.
Visto el fracaso de la vía expeditiva, como fue el golpe de Estado de 2002, vistos los fracasos electorales de una derecha agresiva a la que parece difícil que le apoye una gran parte del pueblo venezolano, la estrategia de los enemigos de Chávez, el poder económico, ahora se redirige hacia intentar ganar a parte del electorado chavista vendiéndole la ilusión de que se pueden resolver los problemas de la pobreza de forma menos “radical”. Divide y vencerás. No sabemos si la revolución bolivariana logrará resolver los problemas de fondo, estructurales, de la pobreza, de las grandes desigualdades sociales, pero sí podemos estar seguros de que cualquier opción capitalista no lo hará. No hay más que observar lo que el capitalismo hace en todo el mundo, lo que ha hecho incluso en la propia Venezuela. El capitalismo nunca resuelve los problemas de fondo de la pobreza o de las desigualdades sociales. En todo caso los mitiga temporalmente. Pero, tarde o pronto, resurgen por la propia lógica capitalista. A los hechos podemos remitirnos. En todos los sitios. El peligro de Venezuela es que la situación se ha descontrolado y ha posibilitado el intento de superar el capitalismo. Á‰ste es el verdadero peligro de Venezuela en la actualidad para el sistema mundial.
Hugo Chávez es muy peligroso para el capitalismo internacional. Es peligroso porque está intentando superarlo. Es peligroso porque esto está ocurriendo en un país rico, con grandes reservas de petróleo y gas natural. Un país rico es más independiente económicamente. A un país rico no se le puede hacer un embargo para presionarlo o ahogarlo. Chávez es peligroso porque está fomentando la independencia de Latinoamérica respecto de los Estados Unidos, porque no sólo se ha enfrentado al imperio, sino que además está contribuyendo de manera notable a que los países de Latinoamérica se organicen al margen de Norteamérica. No sólo se ha rebelado él frente al jefe, sino que además está fomentando, posibilitando, que también lo hagan otros países vecinos. Es peligroso porque cuenta con el apoyo del ejército de su país. Es peligroso porque tiene don de gentes, porque es un hombre mediático. Es peligroso porque planta cara en la batalla mediática. Es peligroso porque le habla al pueblo en su lenguaje, de manera directa, sin tapujos. Es peligroso, sobre todo, porque está intentando transformar el sistema capitalista de forma democrática, pacífica, dando el máximo protagonismo al pueblo. Lo más peligroso de la Venezuela de Chávez es que se está intentando desarrollar la democracia con la participación activa del pueblo. Esto supone un gran peligro para la oligarquía no sólo venezolana, sino mundial. El desarrollo de la democracia pone en peligro a las oligocracias disfrazadas de democracias. Sin olvidar que Chávez, con su política de nacionalizaciones, está perjudicando al negocio de grandes empresas multinacionales. El mandatario venezolano está atacando también a los intereses de ciertos capitalistas, además de al capitalismo en general.
Por todo ello, el enorme acoso mediático internacional contra Chávez y contra su proyecto. Este documental, en este sentido, a mí en particular me ha servido para afianzar aún más estas sospechas. Para mí las piezas del puzzle encajan cada vez más. Nos dicen que Chávez acosa a la prensa y no son capaces de aportar ejemplos concretos serios, ni siquiera argumentos mínimamente coherentes. Yo creo que más que acosar es acosado, pero no sólo por gran parte de la prensa de su país, sino que por la prensa capitalista internacional. Y quien me diga que por qué digo esto de prensa capitalista, que se pregunte a quiénes pertenecen los grandes medios de comunicación de masas, quiénes están detrás de ellos. Están los gobiernos de sistemas capitalistas y grandes holdings empresariales dominados por grandes capitalistas. A todos ellos no les conviene que el capitalismo pueda desaparecer. Y Venezuela es un mal ejemplo, un peligroso ejemplo a combatir. Por esto no molesta la dictadura impuesta en Honduras, ni el régimen feudal de Arabia Saudí, ni los problemas de los derechos humanos en Colombia. A la prensa internacional capitalista sólo le interesa Venezuela porque ese país es el que está liderando un movimiento peligroso de independencia, de desarrollo de la democracia, de superación del capitalismo. También son peligrosos Ecuador o Bolivia, pero esos países no son tan ricos, ni son los líderes del movimiento. Y, como sabe cualquier trabajador, el jefe, el empresario siempre centra sus ataques en los líderes, en los cabecillas. Como sabe cualquier niño en el colegio, el profesor castiga y se centra sobre todo en el líder de los revoltosos. Venezuela, y Chávez en particular, es el cabecilla de la rebelión. Es a por quien hay que ir. Es a por quien están yendo.
En la ciencia hay un principio (llamado la Navaja de Okham) que dice que ante dos explicaciones la más probablemente verídica es la más sencilla. La explicación más sencilla es la correcta. Cuando hay dos teorías que explican igual de bien un fenómeno, se adopta la más sencilla. Esto podemos aplicarlo en general para cualquier verdad. Invito al lector a encontrar una explicación más lógica, más sencilla, de todo lo que acontece alrededor de este personaje llamado Hugo Chávez Frías. Pero antes, si no lo ha hecho ya, le invito también a contrastar todo lo que ya conoce del mandatario venezolano, de su revolución, en la prensa más conocida con la prensa alternativa en Internet. Al final de este trabajo le he indicado una pequeña muestra, por si le sirve. Y, por supuesto, le invito también a rebatir todo lo dicho por mí.
Referencias:
- Documental analizado: “Venezuela: Esperanza y Fracaso” (http://www.rtve.es/noticias/20100915/portada-venezuela-maldicion-riqueza/354268.shtml)
- Crítica al documental realizada en la televisión venezolana en el programa “La hojilla” del lunes 20 de septiembre de 2010 (http://www.youtube.com/watch?v=S-r2gFkxcI8)
Los siguientes artículos y noticias pueden encontrarse fácilmente en Internet poniendo el título entrecomillado en cualquier buscador añadiendo eventualmente el autor o el diario para refinar la búsqueda.
Noticias:
- Las elecciones en Venezuela dejan muy mal parada a la dictadura mediática internacional”. (La República, 27 de septiembre de 2010).
- El PSUV gana por mayoría absoluta las elecciones parlamentarias, aunque pierde la mayoría cualificada. (Kaos en la red, 26 de septiembre de 2010).
- Réplica a “Televisión Española” en protesta al programa “Venezuela: Esperanza y Fracaso”. (Kaos en la red, 20 de septiembre de 2010).
- La inversión social en Venezuela se ha multiplicado por cinco desde la llegada de Chávez. (La República, 17 de agosto de 2010).
- Programa de la BBC se disculpa por aseveraciones falsas contra Venezuela. (La República, 27 de abril de 2010).
- El Intermedio rectifica información sobre Venezuela tras noticia aparecida en TerceraInformación. (Tercera Información, 1 de octubre de 2009).
- Wyoming miente sobre Venezuela en su programa “El Intermedio”. (Tercera Información, 30 de septiembre de 2009).
- Venezuela denuncia que EEUU violó su espacio aéreo. (La República, 19 de mayo de 2008).
- El ministro de Información de Venezuela se dirige a El País acusándolo de parcialidad y manipulación. (Rebelión, 28 de marzo de 2008).
Artículos de opinión:
- Los medios antisocialistas venezolanos: del género idiota. Julio Castro.
- Venezuela: ¿52% de votos para la MUD? Pedro Antonio Honrubia Hurtado.
- El País descubre que “hay una demonización de Chávez” tras entrevistar a Galeano. César Pérez Navarro.
- ETA y Hugo Chávez: lo que no dicen los periódicos. Gennaro Carotenuto.
- Hugo Chávez, la rebelión de los desheredados. Manuel M. Navarrete.
- Los rumores sobre Chávez e Internet. Rafael Rico Ríos.
- El País amordaza a Chávez. Rafael Rico Ríos.
- La demonización de Chávez en España. VicenÁ§ Navarro.
- Cómo convertir a Chávez en terrorista en dos meses. Pascual Serrano.