Al ser preguntado por su edad, Raimon Panikkar suele afirmar que tiene seis mil años, pues se siente plenamente heredero de lo acaecido en la historia. Goethe escribió que vive en la oscuridad quien no es consciente de los últimos tres milenios; Panikkar ha ido tres milenios más lejos para abrazar al máximo el conjunto de la aventura humana sobre la tierra.
Ello le ha llevado a ser peregrino en las orillas del Ganges y catedrático en California; a obtener doctorados en Filosofía, en Ciencias y en Teología, a sumergirse en lenguas clásicas como el sánscrito, el griego y el latín, a escribir y dar conferencias inspiradoras en inglés, italiano, alemán y francés, además del catalán materno y el castellano que hablaba con su padre, y publicar cincuenta y siete libros de enorme rigor intelectual que cuentan con ediciones en más de una decena de idiomas.
Su estancia en la India fue transformadora: “Marché cristiano, me descubí hindú y vuelvo budista, sin haber dejado de ser cristiano. De hecho, Panikkar se declara simultáneamente cristiano, hindú, budista y secular, no en el sentido de un sincretismo o mestizaje sino como miembro de pleno derecho de cada una de esas tradiciones religiosas y de la tradición secular moderna.
Raimon nos ha ayudado a sentir el compromiso y la fuerza de la palabra “que causa lo que significa, que crea lo que dice, que transforma lo que toca”.
Panikkar considera que “la identidad humana es transcultural y no puede tener por tanto un único punto de referencia”, y que una cultura no puede conocerse a fondo hasta que aprendemos a ver la vida con sus ojos y a oír cómo habla el mundo con su lengua.